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Prueba: Lotus Evora – Un Lotus para el día a día

Estamos seguros que para los admiradores más acérrimos de la marca Lotus la introducción de los elevalunas eléctricos y de un sistema de aire acondicionado en el Elise supuso un antes y un después.

Sin embargo, es posible que el Lotus Evora, presentado en 2009, les haya roto el corazón, ya que se trata del único Lotus que, hasta la fecha, que dispone de dirección asistida. Es posible que esto le reste algo de carácter deportivo, pero su idoneidad para un uso diario aumenta enormemente. Dejemos claro que esta utilidad cotidiana no quiere decir que gente con antecedentes de hernia discal deba comprarse un Evora. Aunque el acceso resulta más fácil gracias a unas puertas más grandes, a unos umbrales más estrechos y a unos asientos montados en una posición más elevada que en el Elise, para los conductores de mayor envergadura este movimiento puede resultar similar a un ejercicio sacado de un curso de yoga para principiantes. Y mucho más cuando se quiere acceder a los asientos traseros.

Asientos traseros opcionales

Sí, habéis oído bien. El Evora se convierte en un cuatro plazas por un suplemento de 3.500 euros, con lo que volvemos de nuevo al uso práctico del mismo. Aunque el banco trasero es propenso a generar alguna que otra sensación de agobio, al menos tenemos la posibilidad de vernos acompañados por más de un ocupante, aunque sólo sea en trayectos cortos. Además, el asiento trasero se puede utilizar fácilmente para ampliar el volumen del maletero que, con sus 160 litros, no es ningún milagro de capacidad.

Independientemente de su utilidad diaria, estéticamente le Evora sigue siendo un deportivo de pura raza como nos tiene acostumbrados Lotus. Además, su morro rebajado, sus típicos faros traseros redondos y su pequeño alerón llaman la atención allá por donde va. Por fuera, el Evora no desvela su configuración de plazas (2+2). Además, para este modelo se ha desarrollado un nuevo chasis de aluminio. Sin embargo, con sus 208 kilos pesa más del triple que la plataforma del Elise, aunque a cambio es mucho más rígido.

Bienestar con pequeñas deficiencias

Una vez dentro del Evora, los estrechos asientos deportivos de Recaro resultan bastante cómodos, incluso para largas distancias. Ni siquiera el salpicadero resulta demasiado pobre, como en el caso de algún que otro modelo de este fabricante malayo-británico. Sus botones metálicos deportivos y las superficies de cuero de excelente acabado establecen el nexo de unión perfecto entre el purismo y la sensación de bienestar. Tan sólo la zona de los pies resulta demasiado estrecha, ya que para el pie izquierdo del conductor casi no hay espacio.

¿Algo más que criticar? Los elegante botones metálicos son difíciles de distinguir debido a una escasa retroiluminación y saber, por ejemplo, si las luces están encendidas o apagadas es algo realmente complicado. Los instrumentos reflejan fácilmente y su lectura no es muy buena. Como en todos los Lotus resulta inútil buscar cualquier tipo de compartimento para almacenar objetos. El manejo del sistema de radio y navegación opcional de Alpine es laborioso y, al menos nosotros, no hemos logrado comprenderlo del todo. En realidad se podría renunciar a él, aunque los sensores de aparcamiento (imprescindibles debido a la mala visibilidad) y el programador de velocidad sólo están disponibles en el mismo paquete junto con el navegador.

Mucho más confort

Sin embargo, y en contra de todo pronóstico para un Lotus, su chasis sí permite a sus ocupantes sentirse a gusto. Con muelles Eibach y amortiguadores Bilstein el Lotus Evora también está sumamente bien equipado para cualquier uso deportivo. Sin embargo, éste ofrece mucho más confort que, por ejemplo, el Elise y también es capaz de causar buena impresión incluso en carreteras en malas condiciones, evitando a sus ocupantes esos molestos dolores de espalda.

Debajo del capó, perdón, detrás de los asientos presta sus servicios otra novedad: un motor de seis cilindros. Hasta la fecha, todos los modelos de Lotus iban equipados con motores de cuatro o de ocho cilindros. Su V6 de 3,5 litros de cilindrada procede de la casa Toyota y desarrolla unos imponentes 268 CV. Los japoneses comercializan este propulsor, entre otros modelos, en el Toyota Camry.

No tan vehemente

El motor ha sido revisado para su uso en un Lotus de tan sólo 1.382 kilogramos de peso y, como no podía ser de otra manera, se ha aumentado su potencia. Ahora, el V6 de montaje transversal desarrolla 280 CV y genera 350 Nm. Como es habitual en un deportivo, su fuerza máxima no está disponible hasta las 4.700 vueltas y la potencia total de sus caballos hasta las 6.400 revoluciones. Además, el emocionante sonido de este motor no resalta realmente hasta llegar a la zona alta de revoluciones.

Alcanzar este nivel de revoluciones no representa ningún problema, aunque el motor no se muestra tan vehemente y ni presenta una capacidad de aceleración como la del cuatro cilindros sobrealimentado del Elise. El desarrollo brutal de la potencia da paso a un suministro uniforme de la misma, incluso en el modo deportivo opcional con un admisión más directa. Sin embargo, la palanca de cambios situada muy cerca del volante hace posible un cambio rápido de las seis marchas, impulsando la aguja del cuentarrevoluciones hacia arriba sin esfuerzo alguno. El consumo medio de este deportivo ronda los 12 litros. En 5,1 alcanza los 100 km/h y su velocidad máxima es de 261 km/h. Evidentemente, en Lotus no tiene cabida un regulación electrónica de la velocidad.

Neutralidad

Como suele ser habitual en un deportivo de motor central, el Lotus brilla durante mucho tiempo por su comportamiento sumamente neutro. Incluso al trazar las curvas a gran velocidad, el Evora se mantiene estable mientras no se provoque un cambio de cargas excesivo. El Lotus traduce las órdenes de la dirección directa de forma obediente. Esto es algo que ni siquiera los detractores de la dirección asistida pueden negar.

No obstante, sólo los conductores más diestros deberían atreverse a rodar en la zona límite, ya que estos son conscientes de que, si se pasan de la raya, están expuestos a girar en círculos sobre su propio eje. Esto se debe a que el Lotus carece de un control electrónico de la estabilidad. Tan sólo cuenta con un control de tracción que se puede desactivar. Incluso éste no interviene demasiado a menudo, ya que pocas veces el Lotus se ve en la necesidad de mantener su fuerza sobre el asfalto con sus ruedas traseras de 255 mm.

Para el futuro está previsto instalar un verdadero ESP y, además, Lotus nos tiene reservadas dos variantes más: el Evora S de 280 CV, que tendremos la oportunidad de probar por primera vez a finales de octubre de 2010, y lo que para los discípulos de Lotus podría suponer la siguiente conmoción, una versión con cambio automático. Esto es algo que no resulta muy habitual en la casa Lotus, pero que sí armoniza a la perfección con ese mayor confort cotidiano que muestra el Evora.

Conclusión

Casi 60.000 euros no es una ganga pero, al contrario que con el Elise, en este caso el comprador no sólo obtiene un fantástico juguete, sino realmente un automóvil apto para el día a día. Su acceso más fácil, un mayor confort de marcha, el salpicadero más elegante y, por último, aunque no por ello menos importante, los asientos traseros opcionales son algunos de los aspectos que hablan a favor del Evora. Sin embargo, no reniega de sus genes deportivos, ni estéticamente ni en lo que a las prestaciones se refiere. Aunque su V6 no trabaja de forma tan vehemente como el cuatro cilindros compresor del Elise, el Evora es capaz de convencer incluso a los amantes más empedernidos de la dinámica de conducción.

¿Preparado para lo siguiente?

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