Nosotros hemos probado la versión más alta de la gama, asociada al motor 2.2 CRDi de 200 CV y a la tracción integral, ideal para competir contra los modelos de corte Premium. Cuando Hyundai presentó su primer Santa Fe allá por el año 2000, el segmento de los SUV poco o nada tenía que ver con el de ahora. Por aquel entonces, pocos eran los modelos que lo formaban. Pero con la expansión del mercado, la firma coreana tuvo que cambiar ligeramente su estrategia, enfocando nuestro actual protagonista hacia un sector más Premium y dejando al Tucson en una zona más terrenal.
Con la tercera generación del modelo, presentada hace poco más de dos años y medio, la marca coreana subió un punto el nivel al que nos tenía acostumbrados, circunstancia que ha tenido su continuidad tras el restyling al que le sometió a mediados del año pasado y que centra la prueba que hoy te traemos aquí.
Más empaque
En el exterior, los cambios se han centrado en la inclusión de nuevos paragolpes, contando el delantero con un cubre cárter y el trasero con un difusor específico, más juegos de llantas, una parrilla delantera más estilizada y más superficies cromadas. El conjunto se completa con la nueva forma de las luces de conducción diurna, de tipo LED, tecnología que también se emplea en los pilotos traseros.
En resumidas cuentas, un diseño elegante y de calidad que, si no fuera, por la altura de la carrocería, bien podría servir para dar forma a una berlina de representación. No en vano, su carrocería se extiende hasta casi los 4,70 metros de largo, lo que unido a una anchura de y 1,88 metros y una altura de 1,67, le confiere una apariencia portentosa. Para los que quieran algo más, Hyundai propone el Grand Santa Fe, con 22,5 centímetros más longitud y 2 más de altura
Corte Premium
El habitáculo, por su parte, también ha recibido ligeras mejoras. La más destacada es la llegada del nuevo sistema de multimedia presidido por una pantalla táctil de 8 pulgadas que ofrece un funcionamiento sencillo y bastante rápido. Junto a él, la marca asegura haber mejorado los acabados, al tiempo que ha empleo materiales de mayor calidad. Hecho del que damos fe, pues el ajuste y la presencia del salpicadero se aproximan más al de modelos europeos como el Audi Q5 o el BMW X3 que al de rivales, a priori, más directos como el Nissan X-Trail o el KIA Sorento.
Detalles que se completan con una dotación de equipamiento excelente. Bien es cierto que nuestra unidad iba asociada al acabado Style, el más alto de la gama, por lo que los siete ocupantes no echarán en falta nada en absoluto. Sí, has leído bien, porque si el Santa Fe podía añadir algo más a este cóctel, esa es una tercera fila de asientos que nos permita transportar dos pasajeros más. Eso sí, su limitado espacio, acompañada de una postura algo incómoda en el que las rodillas van muy levantas, nos obliga a pensar que son más aptas para el transporte de niños o, en su defecto, de personas de talla menuda. Ni siquiera el hecho de que la segunda fila pueda desplazarse unos 20 centímetros en el eje horizontalmente, asegura una habitabilidad demasiado apta para dos adultos.
Pese a ello, como decíamos, ninguno de los siete ocupantes echará en falta de nada pues nuestra unidad incorporaba desde el navegador hasta el volante calefactado, pasando por la tapicería de cuero o los asientos delanteros con calefacción y ventilación. Sin olvidar los múltiples asistentes de los que hace gala y que se añadieron tras el restyling, tales como el sistema de frenado automático, la velocidad de crucero adaptativa, el sistema de mantenimiento de carril, el detector de ángulo muerto o el asistente de aparcamiento asistido, entre otros.
Y es que para el que todavía no se haya dado cuenta, el Santa Fe se posiciona como el todocamino más lujoso de la gama, lo que vendría a ser un Génesis dentro del grupo de las berlinas, pero con la ventaja de que podremos circular por fuera del asfalto sin ningún problema.
¡Sal fuera!
Así es, porque además de todas las características mencionadas, el Santa Fe permite a sus conductores poder recorrer caminos de tierra sin preocupaciones. En este sentido, no podemos hablar de un todoterreno puro y duro, ya que ni está equipado con neumáticos para la ocasión, ni posee unos ángulos de entrada, salida y ventral tan dignos como para hacer ‘el cabra’. Ahora bien, el SUV asiático sí muestra su amor por el campo con la incorporación de un asistente de descenso de pendientes –que funciona hasta 30 km/h- y, sobre todo, con la posibilidad de bloquear el diferencial central para asegurar un reparto de par perfecto entre ambos ejes y contar así con una mejor tracción ante zonas algo más complicadas.
A todo ello se une una suspensión con un ajuste más blando, siendo un perfecto compañero de viaje en este tipo de circunstancias. Sin embargo, al entrar de nuevo en el asfalto, dicha holgura se vuelve en nuestra contra ya que resulta ser bastante rebotona, sobre todo el eje trasero, el cual, al superar un badén o un bache pronunciado, tiende a flotar en exceso.
- Ficha Técnica Hyundai Santa Fe 2.2 CRDI 200 CV 4x4 Aut.
Motor: Diesel, cuatro cilindros en línea
Cilindrada: 2.200 cm3
Potencia: 197 CV a 3.800 rpm
Par: 436 Nm entre 1.800-2.500 rpm
Velocidad Máxima: 190 km/h
0-100 km/h: 10,0 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 8,9 / 5,5 / 6,8 l/100 km
Emisiones CO2: 149 gr/km
Dimensiones: 4.690 / 1.880/ 1.675 milímetros
Maletero: 516-1.615 litros
Peso: 1.915 kg.
Cambio: Automática con convertidor de par, de seis velocidades
Depósito: 64 litros
Precio: 47.725 euros
Ni que decir tiene que al afrontar un tramo virado, el aplomo brilla por su ausencia, ya que la carrocería tiende a balancear en exceso. De nada valdrá seleccionar el modo Sport a través del comando situado en la consola central, ya que este solo afecta a la respuesta del motor y, ligeramente, al tacto de la dirección. Por ello, es de recibo decir, que el Santa Fe es más amante de los viajes largos por carretera que de las carreteras serpenteantes. En un tramo de autopista, tanto él como el resto de ocupantes sentirán lo que es de verdad la comodidad.
En este sentido, el perfecto complemento será el motor diésel 2.2 CRDi de 197 CV combinado con la caja de cambios automática, con convertidor de par, de seis relaciones. Una mecánica de cuatro cilindros que responde a las mil maravillas, ya que los 436 Nm de par están disponibles desde las 1.750 rpm. Bien es cierto que la cifra de consumo se dispara ligeramente, hasta los 7,8 l/100 km medidos por nosotros, pues además de esa cifra de potencia, el Santa Fe acarrea un ‘lastre’ de nada menos que 1.763 kilos, lo que unido a unas los neumáticos de nuestra unidad provoca que la cifra sea así de elevada. De ahí que muchos prefieran optar por el otro motor disponible en la gama, el 2.0 CRDi de 150 CV de contrastado éxito, el cual, probablemente, rebaje el gasto en casi un litro. No obstante, quienes se decidan por él, han de saber que, pese a ahorrar cerca de 13.510 euros –más de lo que cuesta un i10 1.2 MPI 87 CV Tecno Plus-, ni podrán asociarlo a nuestro equipamiento ni, claro está al sistema de tracción integral.