Pese a que el Kona se ha apropiado de la bandera de la eficiencia en Hyundai, más aún con la llegada de la versión híbrida que probamos hace algunas semanas, el encargado de abrir dicha puerta no fue otro que el IONIQ. En 2016 la firma surcoreana lanzó su anti-Prius y algo más de tres años después se ha visto respaldado por unas cifras que rozan las 12.000 unidades.
Sin embargo, lo más representativo del IONIQ es que se convirtió en el primer modelo del mercado en ofrecer tres sistemas de propulsión diferentes, todos bajo el denominador común de la electricidad. Así, el cliente podía elegir entre los IONIQ Hybrid, Plug-in Hybrid y eléctrico. Terna cuyas ventas se han decantado lógicamente por el primero de ellos, consecuencia de un precio de partida bastante más reducido que el de sus dos hermanos.
Pues bien, ahora la gama IONIQ quiere seguir con esa dinámica ascendente al poner en liza la típica renovación de mitad de vida comercial que anunció a principios de año y que nosotros hemos podido conocer en primera persona en una ruta organizada por las afueras de Madrid.
Afila su diseño
Del apartado estético lo más representativo son los cambios en el frontal. Todos ofrecen tecnología Full LED para los faros principales, mientras que los LED diurnos se han recolocado en los laterales del paragolpes. La parrilla presenta un nuevo tramado en los híbridos, mientras que en el eléctrico además de ser activa, está completamente carenada por una moldura en plata.
Detrás, además de ofrecer cada uno su anagrama, comparten las luces diurnas traseras, mientras que en lo referente a las llantas mientras que el eléctrico y el híbrido montan unas de 16 pulgadas, el PHEV hace gala de unas de 17 pulgadas, cada una con un diseño específico y con un beneficio aerodinámico que rebaja el consumo.
Más calidad
En el habitáculo, aunque los cambios parecen menores, la realidad es bien distinta. No solo se introduce una tapicería de cuero en marrón que le dota de más estilo, sino que es el primer Huyndai en estrenar la luz ambiente. La jugada se remata con un salpicadero presidido por la nueva pantalla de 10,25 pulgadas (la misma que vimos en el Kona Híbrido) con el sistema BlueLink de conectividad o el cuadro de instrumentos de 7 pulgadas de fácil visualización.
La calidad percibida es básicamente la misma aunque el montaje del comentado monitor central aumenta considerablemente su vistosidad. En lo que a habitabilidad se refiere, ningún cambio y los tres poseen un más que correcto espacio trasero al tiempo que hacen gala de un maletero que va de los 341 litros del Híbrido enchufable, pasa por los 357 litros del eléctrico y llega hasta los 456 litros del IONIQ Híbrido.
Para cada necesidad
Como decíamos al principio, el IONIQ fue el primer modelo en ofrecer a sus clientes una terna de posibilidades enfocada, principalmente, a satisfacer las necesidades de cada uno. En este caso, la mayor novedad la centra la variante eléctrica que analizamos un poco más adelante.
En cuanto a los híbridos, no hay variaciones y mientras que ambos generan una potencia conjunta de 141 CV, procedentes de combinar el motor 1.6 GDI con un módulo eléctrico de 43,5 y 60,5 CV, respectivamente, la principal diferencia llega de la mano de sus baterías. En el caso del Híbrido, su capacidad es de 1,56 kWh, mientras que la del Híbrido enchufable asciende a los 8,9 kWh, siendo así capaz de recorrer hasta 52 kilómetros sin encender el motor térmico.
Ambos estrenan el sistema de retención de la energía visto en el Kona eléctrico, a activar mediante las levas situadas tras el volante (con la izquierda se aumenta el nivel de retención y con la derecha se baja e incluso se puede llegar a detener el vehículo pulsando continuadamente la izquierda). Acción que eso sí se realiza en modo Norma, pues con el Sport estas levas sirven para cambiar de marcha. Por último, además de la diferencia de precio que veremos al final, cada uno porta un tipo de etiqueta distinta: ECO en el caso del primero y CERO en el segundo.
Probamos el eléctrico
De la terna propuesta, sin duda la variante que más cambia es la 100% eléctrica, sujeto de nuestra prueba. Visualmente es quizá la más llamativa, hecho que además se acompaña de un rendimiento que enamora. Basta pisar levemente el acelerador para notar un empuje inalcanzable por cualquiera de sus dos hermanos.
Parte de culpa la tiene el aumento de la potencia experimentado en su motor. Ahora genera 136 CV (antes 120 CV) mientras que el par máximo se mantiene en los 295 Nm, disponibles desde la arrancada. Sigue ofreciendo cuatro modos de circulación, ECO+, ECO, Normal y Sport, siendo este último especialmente divertido de usar si rodamos por carretera secundaria. Ojo, su chasis no está enfocado para trazar curvas, pero si sabemos dosificar con antelación el acelerador, nos lo podemos pasar muy bien con este IONIQ eléctrico.
Ahora bien, si por algo destaca su renovación es por la mejora implementada en la batería. No en vano, ésta ha ganado 10,3 kWh capacidad alcanzando así los 38,3 totales. Cifra que, bajo la medición WLTP le permiten homologar una autonomía de 311 kilómetros. Recorrido más que real tras lo comprobado en la toma de contacto.
Cierto es que ni cubrimos dicha distancia ni realizamos una conducción pensando en la eficiencia, pero lo cierto es que los datos nos sorprendieron al recorrer algo más de 70 kilómetros y ver cómo la autonomía se había rebajado en dicha cifra. Y repetimos, sin fijarnos ni un segundo en el máximo ahorro.
Como dato representativo, llama la atención los cuatro niveles de regeneración de la frenada, que a poco que les cojamos el tranquillo no solo nos permitirán recuperar una gran cantidad de energía, sino reducir el desgaste de partes como las pastillas de freno.
En cuanto a los tiempos de recarga, existen varias opciones en función del tipo de conexión. De serie está equipado con un cargador de 7,2 kW (antes era de 6,6 kW) que convierte la corriente AC de una toma de pared a corriente continua (DC) para cargar la batería en el vehículo. Si se conecta a una estación de 50 kW, el tiempo de carga será de 57 minutos; mientras que en una toma de pared doméstica o a una estación de carga con corriente alterna (AC), la espera asciende a las 6 horas y 5 minutos.
Sus precios
Con todo, la gama comercial de los renovados IONIQ Híbrido, IONIQ Plug-in Hybrid e IONIQ eléctrico está compuesta por tres niveles: Klass, Tecno y Style, con unos precios que se estructuran de la siguiente manera:
Hyundai IONIQ Hybrid Klass LE: 27.045 €
Hyundai IONIQ Hybrid Tecno: 29.495 €
Hyundai IONIQ Hybrid Style: 32.495 €
Hyundai IONIQ Plug-In Hybrid Klass: 33.425 €
Hyundai IONIQ Plug-In Hybrid Tecno: 35.575 €
Hyundai IONIQ Plug-In Hybrid Style: 38.575 €
Hyundai IONIQ Electric Klass: 38.575 €
Hyundai IONIQ Electric Tecno: 41.075 €
Hyundai IONIQ Electric Style: 43.775 €
A estas tarifas se le puede rebajar un total hasta 4.200 € en el caso del Híbrido y el eléctrico o de 2.400 € en el del PHEV dado que no posee los 1.800 € de descuento directo que oferta la marca.