Acabamos de probar la versión familiar del i30 con un motor diesel de 110 caballos de fuerza que, a priori, es bastante moderado en todos los sentidos, incluyendo su precio. El diseño de los coreanos ha dado un notable salto cualitativo, ¿verdad? Este familiar, de casi cuatro metros y medio de largo, cuenta con giros bastante expresivos, curvas y bordes finos en la carrocería con los que ya se intuyen los nuevos aires. Por lo menos, en una comparación con fabricantes como VW o Peugeot, parece que las líneas son más atrevidas o arriesgadas sin salirse de la línea de diseño orientada a las masas, es decir, sin correr demasiados riesgos.
Moderno, pero tampoco vanguardista
Igual que en el exterior, el habitáculo también cumple con un aspecto contemporáneo aunque no destaca por nada en especial frente a su competencia. Es moderno, pero no vanguardista. Las superficies son variadas, hay buen procesamiento de los materiales y la ergonomía es intachable. El i30 recibe a sus dueños con un interior bastante funcional, ya que hay abundantes huecos portaobjetos y espacios destinados al almacenamiento. El cuadro de instrumentos muestra de forma clara la información a través de los relojes redondos clásicos, complementados con una pantalla a color en el medio. Situado en el centro de la consola central hay un elegante y gran navegador GPS, el cual está un poquito anticuado en apariencia, pero teniendo en cuenta su precio el desembolso es prácticamente la mitad comparado con lo que costaría equiparlo en un VW Golf.
Un montón de espacio
El i30 también gana muchos puntos gracias a la oferta de espacio. Por ejemplo, el espacio para la cabeza es demasiado generoso (demasiado porque incluso sobra), al igual que en la longitud disponible para las piernas de los ocupantes delanteros. En la parte trasera, el espacio para las piernas es bueno, pero no llega por ejemplo al nivel del VW Golf. En el centro no hay túnel de transmisión y, por lo tanto, el i30 es bueno para un uso habitual de cinco adultos.
Una vez abrimos el portón trasero encontramos 528 litros de espacio disponibles. El maletero está perfectamente terminado, con buenos materiales, puntos de anclaje para la carga, una red de separación y compartimentos adicionales para los artículos pequeños en una bandeja de plástico robusto.
28 litros más de espacio que el Golf Variant
Pero el i30 en versión familiar puede ofrecer todavía más espacio si se exige la máxima capacidad de almacenamiento. Prepararlo es un poco enredoso para conseguir un piso de carga totalmente plano, pero una vez conseguido el volumen de almacenamiento llega a ser de 1.648 litros. En el segmento de los compactos es una muy buena cifra, e incluso supera por 28 litros la capacidad del Golf Variant.
Aunque en comparación con otros competidores salga ganando, también hay algunos detalles que se echan de menos. Por ejemplo, no se pueden abatir los respaldos desde el maletero y tampoco existe ningún sistema para ordenar la carga, por ejemplo unos raíles o alguna barra telescópica. Una vez más, la estrategia seguida por Hyundai es la de ofrecer algo rentable y razonable.
Razonablemente rápido, consumo moderado
También es un acierto total elegir el motor 1.6 CRDi diesel. Desde la perspectiva de las cifras la apariencia es la de un coche más bien modesto, con 110 CV y 260 Nm que, en realidad, se desenvuelven de forma óptima en casi cualquier situación. El peso en vacío a mover es de alrededor de 1,5 toneladas, permitiendo aceleraciones desde parado en 11,8 segundos y velocidades máximas de 185 km/h. La pega es que existe cierto retraso en la entrada del turbo y que el ‘sonido diesel’ resulta un poco más áspero de la cuenta.
Ni que decir tiene que, en condiciones en las que exprimamos a fondo sus capacidades, el i30 CW 1.6 CRDi no va a ser capaz de reflejar el consumo anunciado por el fabricante: 4,5 litros. L realidad es que serán entre 6 y 6,5 litros si queremos ir desahogados y a mitad de carga, aunque si se dan las condiciones adecuadas podemos arañar bastante la cifra final, cayendo hasta los 5 o 5,5 litros.
Cómodo, pero poco especialista en curvas
Para el tráfico de la ciudad, así como para los viajes en vías rápidas, el chasis del i30 familiar está bien equilibrado. Por un lado, la base proporciona una conducción bastante cómoda, incluso a la máxima velocidad se sigue mostrando seguro y bastante tranquilo en la carretera. En las curvas, por su parte, se puede activar un botón Sport que hace que la dirección sea bastante más precisa sin llegar a tener la sensación de ser artificial. Sin embargo, si uno está buscando otro trazado de curvas más ambicioso este no es su coche.
Diesel desde 18.900 euros
El Hyundai i30 con carrocería familiar esta a la venta con dos motorizaciones, una de gasolina de 135 cv (1.6 GDI) y esta diesel de 110 cv, disponible desde 18.900 euros. No estamos ante una ganga, pero es una diferencia bastante grande con respecto a lo que deberíamos pagar por un motor equivalente en un VW Golf Variant y, por si fuera poco, el precio de los equipamientos extras también provoca un ahorro considerable en la factura final. Además, los coreanos siguen contando con el valor añadido de su garantía por cinco años y mayor espacio disponible en el interior. Es una opción a tener muy en cuenta.