Ni hablar de eso del barroco de Corea: el discreto revestimiento de chapa del i30 fue diseñado en Alemania. En el centro de diseño europeo de Hyundai en Rüsselheim se desarrolló el logrado diseño. Los grandes faros de cristal claro, la decoración de cromo y los cantos de luz en la chapa son los encargados de una apariencia moderna. Destaca especialmente el pliegue horizontal del portón trasero. Recuerda un tanto a la Serie 1 de BMW, mientras que las luces traseras verticales se asimilan a las de la Clase A de Mercedes.
Amplio y variable
Detrás del portón del maletero del i30 se encuentra el maletero con capacidad para 340 litros. Gracias a la sencilla proporción de 60 a 40 del banco trasero, puede obtenerse mucho más espacio. Quien desee emplear el amplio volumen de carga máximo de 1.250 litros, deberá abatir hacia delante los asientos del banco trasero de un modo un tanto complicado. Aunque el i30 no es un maestro del volumen de carga, el acabado limpio del compartimento del equipaje ofrece espacio para una rueda de repuesto completa y otros departamentos pequeños. Ganchos, una red de equipaje y anillas completan la impresión positiva.
De forma alternativa al transporte de objetos grandes, tres pasajeros pueden tomar asiento en la parte trasera. Gracias a los 2,65 metros de distancia entre las ruedas con una longitud total de 4,25 metros, los adultos pueden sentarse con buena libertad de movimiento de las piernas; la libertad de movimiento de la cabeza en la parte trasera es igualmente buena. Asimismo, hay tres cinturones de seguridad de tres puntos y reposacabezas completos.
Lugar de trabajo moderno
En la parte delantera la oferta espacial también es buena y los asientos cómodos. El salpicadero del i30 presenta un diseño moderno y vistoso. El acabado es bueno, los materiales de una calidad media. A pesar de las superficies blandas con espuma en la parte inferior, un VW Golf tiene una apariencia aún más noble. Lo que realmente presenta un aspecto barato es la integración del sistema de navegación en el tablero de instrumentos del i30. Ni el aparato ni la calidad del montaje convencen. A pesar de que la guía digital demostró ser útil en la práctica, preferiríamos un aparato individual más económico a esta solución accesoria.
Mientras que el manejo del navegador cuesta mucha intuición y nervios, el resto de los elementos del control del i30 no suponen adivinanza alguna. Los instrumentos redondos clásicos en el tablero y dos pantallas de iluminación azul le indican al conductor toda la información relevante para la conducción y más. En días cálidos de verano, el sistema de control de clima automático de nuestro ejemplar de prueba dejó la impresión de agotamiento.
Ejerce presión
Esto no se puede decir del pequeño motor diésel de 1,6 litros. El motor turbo se saca de la manga de sus cuatro cilindros 116 CV y un par de 250 Nm. Según las declaraciones de Hyundai, el coche de 1,4 toneladas logra la aceleración a 100 km/h en 11,6 segundos, la velocidad máxima es de 188 km/h. Nosotros mismos hemos realizado la medición y logramos, con nuestros 11,3 segundos en la modalidad de aceleración, un valor incluso mejor. La velocidad máxima que obtuvimos fueron 184 km/h. La aguja del velocímetro se encontraba, por cierto, en ese momento en los 195 km/h.
Mientras que a pocas revoluciones el ruido del motor es el de un zumbido ligero, a más revoluciones es realmente silencioso para ser un diésel. Aunque en general el nivel de ruido de la conducción del i30 aún ofrece potencial de mejora. Por lo demás a la caja de cambio manual de cinco marchas le falta una sexta velocidad. En las marchas bajas al motor le falta algo de par. Por ello, en la ciudad sólo se pueden emplear cuatro marchas, la quinta marcha de larga transmisión puede emplearse justita a partir de los 60 km/h.
Una expansión a seis marchas podría reducir algo más el consumo. Según Hyundai el i30 es un coche muy conformista con sus 4,7 litros. Después de nuestra ronda de pruebas de consumo económico hemos consumido, sin embargo, 5,9 litros. Durante toda la duración de la prueba el consumo medio fue de aproximadamente ocho litros, sin embargo, con amplios tramos de kilómetros de autopista a alta velocidad.
Expreso de la autopista
Los desplazamientos rápidos por autopista pueden realizarse muy cómodamente con Hyundai. A alta velocidad el coche se desliza muy estable sobre la calzada, la dirección endurecida es agradable. No sería ninguna pena conducir el i30 también a velocidades más allá de los 200 km/h. El confort es bueno pero, sin embargo, da la sensación de que la amortiguación podría trabajar algo más finamente.
No se puede objetar nada contra la acelerada marcha en las curvas del i30, el ESP de serie frena, sin embargo, demasiado pronto. El coche presenta relativamente bastantes problemas de tracción e impulsa pronto de forma notable a través del eje delantero. De ello son seguramente en parte responsables las ruedas de 185.
El círculo de viraje relativamente grande y los frenos tan sólo mediocres enturbian la ilusión del en general logrado ajuste del chasis. Con los frenos calientes hemos medido una trayectoria de frenado de 43 metros de 100 a 0 km/h. Un valor aceptable, pero no especialmente bueno.
Precio estupendo
El momento apoteósico del i30 llega sobre todo en el capítulo relativo al equipamiento y al precio. El precio del moderno compacto de cuatro puertas con el diésel con filtro de partículas es únicamente de 19.000 euros. El equipamiento se llama Style e incluye seis airbag, ESP, cierre centralizado con mando a distancia, radio con CD y conexión USB, elevalunas eléctricos y un sistema de control de clima automático.
A pesar del reducido precio, el Hyundai i30 no es en ningún caso una declaración de renuncia. Más bien, se recibe un compacto moderno, que no presenta debilidades de gravedad. El muy logrado coreano no llega a alcanzar del todo el nivel del VW Golf, pero en cambio puede hacerle una buena baza debido al precio. Por tanto, a quien le guste lo bueno a un precio económico encontrará en el Hyundai i30 una alternativa interesante.