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Prueba: Hyundai i30 1.4 T-GDI 140 CV DCT Style – Al gusto europeo

Probamos en profundidad la tercera generación del Hyundai i30. El compacto asiático se acerca a los estándares de calidad europeos con un producto más sobrio pero mejor acabado y, sobre todo, con un comportamiento y un propulsor que harán las delicias de quienes se pongan a su volante.

Hace unos años pensar en adquirir cualquier vehículo procedente de Corea del Sur era, cuanto menos, arriesgado. Si bien ofrecían un precio imbatible, los largos tiempos de espera en caso de necesitar piezas de recambio, unido a una calidad general cuestionable y a unos motores menos eficientes les hacían estar posicionados unos escalones más abajo. Pero con el paso de los años, el grupo Hyundai-KIA se ha encargado de ir eliminando esos clichés. Ambas marcas han sabido amoldarse a los gustos y necesidades de uno de los conductores más exigentes: el europeo. Para ello, uno de los pasos más importantes que han dado ha sido trasladar o, en algunos casos, abrir nuevas factorías en el Viejo Continente.

De esta forma, no solo se reduce la espera en las reparaciones sino que, al implantar nuevos sistemas de montaje han logrado aumentar la calidad general. Circunstancia, esta última que, en muchos casos, ha venido acompañada de contrataciones de “mentes pensantes” europeas e incluso, realizando sondeos entre el público generalista para conocer sus gustos y necesidades.

Salto de calidad

Con todos esos ingredientes, es normal que al subirnos de nuevo al coche que protagoniza estas líneas –el cual conocimos hace unos meses en la toma de contacto realizada por Málaga-, la primera expresión que salga de nuestra boca sea un “¡bravo!”. Sí, el nuevo Hyundai i30 consigue impresionar desde el primer momento que uno pone los ojos… en su interior.

Si bien el exterior ha sufrido una profunda renovación, con un nuevo morro más bajo presidido por una parrilla hexagonal que ya es la seña de identidad del modelo, faros delanteros Full LED y traseros con tecnología también de tipo LED, o una zaga más achatada similar a la del Tucson, lo verdaderamente revolucionario, para el modelo, llega en su habitáculo.

Como decimos, la primera sensación es de calidad. Hyundai ha mejorado considerablemente el tacto y ajuste de los materiales que conforman el salpicadero. Igualmente, los diseñadores han preferido optar por unas líneas claras y sencillas, sin estridencias ni aglomeraciones analógicas. En este sentido, el montaje de la pantalla táctil de 8 pulgadas, de tipo flotante, ha permitido reducir considerablemente el número de botones... o al menos ordenarlos de una forma más lógica y sencilla. De esta forma, el conductor tendrá todos los comandos a mano, al tiempo que la comentada pantalla está ubica en una posición perfecta para su visionado. Además, el funcionamiento de la misma es rápido e intuitivo, similar al de un teléfono móvil actual, pudiendo sincronizarse tanto con Apple CarPlay como con Android Auto.  

En la media

Si nos centramos en el apartado de la habitabilidad, el nuevo i30 no tiene nada que envidiar al resto de sus rivales. Pese a haber crecido 4 centímetros a lo largo, hasta los 4,34 metros, la batalla es la misma que la de su predecesor, 2,65 metros. Eso sí, al haber perdido algo de altura, el hueco para la cabeza se ha reducido ligeramente, pero ello no impide que un pasajero de 1,85 metros pueda colocarse sin problemas. Solo hemos encontrado dos puntos negativos. El primero, lo incómodo que resulta la plaza central trasera. Pese a que no dispone de un túnel central voluminoso, la butaca resulta estrecha y el respaldo es extremadamente duro, a causa del reposabrazos que monta. El segundo inconveniente lo centra el hueco destinado para los pies, sobre todo si a los ocupantes delanteros les gusta ir con la butaca muy abajo. En dicho caso, será casi imposible meter todo el empeine.

Un poco más atrás, el maletero ofrece unos correctos 395 litros. Capacidad que no le convierte en el mejor de su segmento, pero que sí le sirve para superar a pesos pesados como el Volkswagen Golf, el SEAT León, el Opel Astra o el Renault Mégane, por citar algunos de los más vendidos. Si bien el plano de carga está un poco elevado, las formas internas del mismo nos permitirán colocar con relativa facilidad nuestras pertenencias.

Apuesta por la gasolina

Bajo el capó, el i30 presenta pocas novedades a excepción del bloque que protagoniza esta prueba: el 1.4 T-GDI de 140 CV. Un propulsor de gasolina, con cuatro cilindros, turboalimentado y 1.4 litros que genera 140 CV. Es una de las grandes apuestas del conglomerado asiático ya que tanto Hyundai como KIA son conscientes de la importancia que cobrará dicho combustible en los próximos años.

Se trata de un motor silencioso y muy capaz, que mueve con gran soltura al i30. Entre sus virtudes está una elasticidad propia de los bloques diésel, pues los 242 Nm de par máximo se entregan a solo 1.500 rpm. Una circunstancia que nos permitirá ganar en confort y no tener que echar mano de la transmisión. Un hecho que, en nuestro caso, no era necesario, pues nuestra unidad iba asociada con la caja de cambios automática de doble embrague 7DCT, de siete relaciones. Es un extra que cuesta 1.675 € pero que se convierte en la opción ideal para todos aquellos que no quieran complicarse la vida.

El funcionamiento es suave y la respuesta al acelerador es rápida. Eso sí, olvídate de conseguir los 5,5 l/100 km que homologa, pues durante la prueba, realizando una conducción rutinaria, el dato no bajó de los 6,5 l/100 km. No está mal, pero a poco que hundas un poquito el pedal derecho, el gasto de combustible sobrepasará con creces los 7 litros.

Te divertirás

Si llegas a ese dato es porque, seguramente, hayas activado el modo Sport a través del selector situado en el túnel central. Ahora bien, a diferencia de otros rivales, el i30 solo cambia la gestión del cambio, estirando algo más la aguja del cuentarrevoluciones para obtener así una respuesta más satisfactoria. El resto, dirección, suspensión y motor no varían.

Quizá esto se deba a que el coche ya está perfectamente calibrado para realizar una conducción más dinámica. El chasis ofrece un ajuste cuasi perfecto, con un aplomo y una pisada contundentes al trazar curvas. Únicamente en zonas de máximo apoyo, echamos en falta que la amortiguación sujete más a la carrocería y que la dirección transmita algo más de información, pero por regla general el gusto que nos dejó el i30 a nivel dinámico fue muy notable, a poca distancia de la que ofrecen un León, un Golf o un Focus.

Dado que la transmisión equipa de serie levas tras el volante –algo pequeñas quizá-, es aconsejable colocar el modo secuencial cuando vayamos a afrontar un tramo de montaña ya que será cuando consigamos sacarle todo el jugo al coche. Por lo demás, la calidad de rodadura ha mejorado sustancialmente y el aislamiento interno es muy superior al de su predecesor.

Perfectamente equipado

Quien quiera optar por este motor, tendrá que asociarlo obligatoriamente a uno de los dos acabados más altos de la gama: Tecno o Style. La diferencia de precio entre ambos es de 1.950 € que tienen su justificación en que el segundo, el que nosotros llevábamos, trae de serie elementos como el detector de ángulo muerto, los faros delanteros Full LED, retrovisor interior electrocrómico, acceso y arranque sin llave, freno de mano eléctrico, sensor de lluvia, lunas traseras tintadas… Igualmente, puede incluir, opcionalmente, tres paquetes que no están disponibles en el Tecno, como son el Pack Sky con techo solar panorámico practicable (1.000 €) o el Pack LUX, volante calefactable, sistema de frenada de emergencia automática en ciudad, control de velocidad de crucero adaptativa, airbag de rodilla, lector de señales o asientos de cuero, calefactables, eléctricos, con función memoria (2.840 €). También existe el llamado Pack LUX Blue, similar al anterior pero con el cuero en azul.

Todo ello provoca, evidentemente, que la tarifa final del vehículo no sea precisamente barata, ya que de los 27.650 € que cuesta de serie, pasamos a los 30.940 € de nuestra unidad. Ahora bien, si lo comparamos contra otros rivales más directos, vemos cómo el i30 ofrece un amplio catálogo de elementos que, en dichos contendientes siguen siendo de pago –navegador, sistemas de asistencia…-, por lo que el nuevo i30 ofrece una perfecta relación precio-equipamiento, a la que hay que sumar una garantía de nada menos que cinco años, que se dice pronto.  

Circunstancias que se convierten en la guinda perfecta de un producto redondo que, a buen seguro logrará conquistar el corazón de los conductores europeos.

  • Ficha Técnica Hyundai i30 1.4 T-GDI 140 CV DCT Style

    Motor: Gasolina, cuatro cilindros en línea, turbo

Cilindrada: 1.353 cm3

Potencia: 140 CV a 6.000 rpm

Par: 242 Nm a 1.500 rpm

Velocidad Máxima: 205 km/h

0-100 km/h: 9,2 seg.

Consumo (urbano/extraurb./mixto): 6,4 / 5,0 / 5,5 l/100 km

Emisiones CO2: 125 gr/km

Dimensiones: 4.340 / 1.795/ 1.455 metros

Maletero: 395 litros

Peso: 1.315 kg.

Cambio: Automática, de doble embrague, siete velocidades

Depósito: 50 litros

Precio: 27.650 euros

Precio Ud. Probada: 30.940 euros

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