El PCX 125 de Honda es el reflejo de cómo debe ser un scooter si lo que quiere es líder en ventas: con más de 5 mil matriculaciones en el 2011, este pequeño scooter es de los más económicos, limpios y fáciles de conducir del mercado y al mismo tiempo no renuncia a soluciones tan innovadoras como el Stop&Go o la inyección electrónica PGM-FI. Tal ha sido su éxito que incluso ha superado los índices de popularidad del SH 125i; casi nada. En los últimos años las marcas asiáticas han ganado presencia en nuestro mercado gracias a precios muy competitivos y productos de calidad, especialmente si nos fijamos en vehículos de dos ruedas de bajo coste que son, en su mayoría, scooters de pequeña y media cilindrada. De cualquier forma, no era un mercado precisamente residual y algunas grandes marcas - como Honda - no querían renunciar a un sector que iba a más en un mercado con una presencia creciente de modelos económicos. Ahora, pasado año y medio, es hora de analizar hasta qué punto la llegada del PCX ha sido exitosa y cuáles están siendo sus principales argumentos.
Su precio de tarifa es de 2.599 euros y los colores son el blanco, el plata y dos tonalidades de negro, una de las cuales sale por un precio 100 euros superior (Black Special Edition).
Suave, silencioso y sólo 2,2 litros de media
Aunque el consumo no sea su única gran baza y sea incluso ligeramente superior al del Vision 110, sus números son a todas luces muy meritorios. Gracias al sistema de inyección electrónica PGM-Fi y sobre todo al ingenioso Stop&Go, que recordemos apaga el motor automáticamente después de estar tres segundos a ralentí y logra rebajar el consumo en un 5%, se consiguen una de las cifras más contenidas de su categoría. Naturalmente también contribuyen un peso en orden de marcha muy reducido, de 124 kg, e incluso unas formas un tanto particulares, con cierto toque futurista, que además de lucir desvían ligeramente la fuerza del viento y mejoran la aerodinámica.
De cualquier forma, es un motor de muy baja rumorosidad y con un tacto realmente agradable que se siente comodísimo en ambientes urbanos. Con algo más de 11 cv de potencia y una entrega regular que no decae en ningún momento, tiene un capacidad de aceleración y una velocidad punta muy dignas para un 125: sale del semáforo como muchos otros y puede alcanzar incluso los 110 km/h de marcador en punta si lo forzamos un poco. Además, encender de nuevo el motor cuando la luz del semáforo pasa a verde es tan fácil como volver a girar ligeramente la muñeca y escuchar cómo, al instante y de un modo casi imperceptible, el motor vuelve a estar a nuestra disposición. De hecho, tales son sus bondades que prescindir de este sistema carece de toda lógica, aunque sea posible mediante un interruptor a mano derecha. Por último, el sistema de arranque ACG sin escobillas también ayuda a que todas las puestas en marcha sean gratamente silenciosas.
Todo son ventajas
Que el PCX 125 es un scooter especialmente enfocado para la ciudad no hay ninguna duda, ése es su territorio. Tras un vistazo queda claro que es un escúter muy bajo (asiento a 761 mm del suelo) y compacto (1305 mm entre ejes) especialmente diseñado para hacer de nuestros pequeños desplazamientos algo sumamente fácil y agradable. En todo caso, ser tan pequeño no acarrea ningún inconveniente ni en capacidad de carga ni en disponibilidad de espacio para el conductor. En este sentido, bajo el asiento hay espacio para un casco integral y algún objeto más, y hay una pequeña guantera a mano izquierda. Ahora bien, el puente central entre los pies, donde se encuentra el orificio para la gasolina, no es del todo apropiado para cargar bolsas, y tampoco hay un gancho portabultos. Asimismo, la posición ligeramente elevada del manillar hace que no nos molestemos con las rodillas en los giros, y únicamente se echa en falta un asiento un poco más espacioso.
Por otro lado, su condición urbana vuelve a ser un hecho incuestionable cuando nos sentamos y comprobamos su extrema ligereza, tan acentuada que ni el peor de los atascos podrá con nuestro estado de ánimo. Al iniciar la marcha, por ejemplo, gracias a sus delgadas ruedas en llantas de 14 pulgadas, se nos presenta muy ágil y rápido en los giros y muy oportuno para llevar a cabo todo tipo de maniobra en espacios muy reducidos. De hecho, es posible moverlo o levantarlo ligeramente con los brazos para entrarlo en espacios imposibles a la hora de estacionarlo.
De todas maneras, pese a ser tan ágil y urbano, sus suspensiones intencionadamente blandas absorben con solvencia suficiente todo los baches, y cuando toca frenar lo hace con seguridad siempre y cuando, claro está, seamos conscientes que no es un scooter con vocación deportiva ni nada por el estilo con el que lucirse en las inclinadas o en las frenadas. Aun así, en caso de necesidad, el sistema de frenada combinada con tambor trasero y disco de 220 mm delante con pinza de tres pistones será suficiente.
Conclusión
El PCX 125 ha demostrado en muy poco tiempo cómo ganarse la confianza de sus clientes. Fabricado en la fábrica que Honda tiene en Tailandia, no sólo cumple con los altos requisitos de calidad y seguridad siempre exigidos por la marca, sino que luce un diseño de lo más arriesgado que parece haber superado todas las expectativas de aceptación
Es claramente un scooter diferente que nos facilita la movilidad y que viene repleto de buenos detalles como los retrovisores de alta visibilidad y el cuadro de instrumentos de fácil lectura, si bien como punto flaco tiene que no es la compra más apropiada para quienes suelan moverse por el extrarradio y hagan de los desplazamientos por carretera, aunque sean breves, algo habitual. Es, en definitiva, un scooter de referencia que claramente ha arrasado en nuestro mercado, apeando de la primera posición al mismísimo Kymco SuperDink125i, otro de los modelos que más rápido se han popularizado en nuestro país.