Hoy os traemos un vídeo muy especial, pues se trata de la prueba de un coche extremadamente raro y exclusivo en España, incluso en el mercado de ocasión, pues es imposible adquirirlo nuevo. Hablamos del Honda Integra Type R DC5 con motor K20A, un coupé compacto y deportivo de tracción delantera que se comercializó única y exclusivamente en Japón entre los años 2001 y 2006, motivo por el que lleva su volante a la derecha. ¿Cómo se le habrá dado el circuito del INTA a este juguete nipón? Vamos a verlo.
Honda Integra Type R: Un auténtico JDM con 220 CV de potencia
Esta unidad del Honda Integra Type R en su generación DC5 lleva el propulsor K20A que sólo estuvo a la venta en su país de origen. Es un impulsor de alto rendimiento con cuatro cilindros y aspiración natural, también conocido como 2.0L DOHC i-VTEC. Desarrolla una potencia de 220 CV a 8.000 rpm y un par de 206 Nm a 7.000 rpm, que son muy buenas cifras cuando se trata de mover poco más de 1.200 kg en orden de marcha (con combustible y conductor). Una característica relevante de este motor es su sistema i-VTEC, que cambia la alzada y duración de apertura de las válvulas en función del régimen de funcionamiento. Honda lo sigue utilizando.
El bloque anterior queda asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones bastante cerradas (marchas cortas) que envía toda la fuerza al eje delantero, donde se encuentra un diferencial autoblocante que mejora la tracción. Sobre su suspensión, está mejorada sobre la del Integra convencional de la época, más rígida y con barras estabilizadoras más gruesas, por no hablar de amortiguadores específicos, calibrados para una conducción ágil y deportiva.
Honda mejoró la rigidez estructural de este Type R con más soldaduras por puntos y, además, lo equipó con discos de freno ventilados de 300 mm delante y 260 mm detrás, así como con pinzas de doble pistón en el eje delantero. También instaló un alerón trasero prominente, paragolpes más agresivos y faldones laterales para mejorar la estabilidad a altas velocidades, optimizando su aerodinámica en la media de lo posible. En el interior, lleva asientos Recaro de serie, volante Momo, pedales de aluminio y detalles exclusivos de una versión de la que, según su propietario, hay menos de cinco unidades importadas en nuestro país. ¡Menuda joyita!