El Civic Hybrid, al igual que el Prius, representan un paso adelante en la carrera de la energía alternativa, una decisión sobre la que deben sentirse orgullosos, pero sobre la cual han de ponerse muy exigentes en su evolución si pretenden abrir un pasillo en el mercado.
Las razones son muchas y los argumentos bastante sólidos. Por ejemplo, no se ahorra tanto en el consumo, ya que la diferencia no es apreciable con respecto al motor tradicional. Además, su precio es bastante más elevado. Este coche monta -al mismo tiempo que el motor eléctrico- otro propulsor térmico de cilindrada 1.3 y con 95 cv de potencia. A pesar de ser el híbrido más asequible del mercado, su precio es elevado para estas prestaciones. Son 24.500 euros, el mismo dinero por el que podemos optar a otros turismos sedán como el Opel Vectra 2.2 16v o el Renault Megane Sedan 1.9 dCi de 130 CV.
Interior deportivo en una carrocería clásica.
El atrevido diseño interior de este coche no lo consideramos muy a la par con su carrocería clásica y discreta. Se ha intentado “maquillar” su seriedad con detalles deportivos en el habitáculo, un volante de tres radios muy pequeño y marcadores digitales en los dos cuadros de instrumentación –uno de ellos de poca precisión y en una pantalla insuficiente y lejana-.
En la zona delantera hay muchos y muy bien distribuidos huecos portaobjetos. El espacio para las piernas es sobresaliente para piloto y copiloto y sólo aceptable para los pasajeros traseros. El maletero es bastante escaso (350 litros) comparado con el resto de su competencia (el Prius de Toyota pasa de los 400 litros midiendo en longitud prácticamente lo mismo) y en cuanto a los ajustes (tanto de asientos, como de acondicionamiento, etc).
Motor y caja automática
Este motor ofrece 95 cv de potencia máxima a un rango de 6.000 revoluciones. Es un propulsor ágil y discreto en conducción lenta, responde bien – aceptable para su peso y potencia- a los acelerones bruscos, pero es muy ruidoso a partir de 80 km/h. Tiene además un par máximo de 123 Nm a partir de las 4.500 vueltas y el inconveniente de no poder comenzar la marcha tan sólo con el motor eléctrico.
La información que llega al piloto permite conocer la cantidad de trabajo que realiza el motor eléctrico y los momentos en los que pasa a recargarse. Podemos observarlo en el cuadro de instrumentación más alto a través de una barra indicadora, pero no hay forma de saber cuándo nos movemos solamente gracias al impulsor eléctrico.
Como decimos es un coche que responderá satisfactoriamente a una conducción urbana cuya velocidad no exceda los 60 km/h y en la que no sobrepasemos la mitad de recorrido del pedal acelerador –es ahí donde termina la máxima eficiencia del motor eléctrico y donde la sonoridad se multiplica-. Honda ha establecido el consumo oficial del Civic en 4,6 litros a los 100, cifra algo peor que la del Prius (4,3 litros) y que sólo es alcanzable en una utilización urbana. En carretera será muy habitual llegar a los 5,8 litros a condición de llevar una velocidad lineal y uniforme en todo momento.
En nuestra prueba, el registro fue de 6,5 litros en autopista, medido a una velocidad constante de entre 120 y 140 km/h y en un recorrido de más de 300 kilómetros de duración.
Precio y equipamiento
Para ser la única opción híbrida del Civic en el mercado y teniendo en cuenta el precio que debemos pagar para hacernos con él, resulta algo escaso el equipamiento que este coche incluye. A destacar, sobre todo el control de crucero de serie, los mandos integrados en el volante y el acabado deportivo de la instrumentación y el volante. Las llantas de aleación de 15” son únicas también en la gama y aunque lucen bastante poco van bien en la línea exterior del coche.
Sin embargo, no podemos optar a un acabado de cuero en los asientos, así como tampoco a la regulación eléctrica de los mismos. Tampoco hay automatismos de iluminación ni sensores de lluvia, no hay posibilidad de utilizar navegador ni tampoco permite una instalación telefónica por bluetooth.
Sin duda, estamos ante un coche con tecnología de futuro, un concepto de ideas claras, pero que se encuentra de momento desnudo e indefenso ante la competencia. El tiempo dirá.
