Si hay muy pocos coches fuera de serie, que puedan evitar por una razón o por otra cualquier clasificación o comparación, el Honda Civic Type R está, por méritos propios, en lo alto de esta clasificación, teniendo en cuenta, además, que no cuesta un dineral y su precio, a pesar de la inflación galopante en los últimos tres años, aún es accesible para un buen puñado de amantes del motor.
El Type R es un dios para los amantes del motor. Y esta nueva versión, optimizada en potencia y en aerodinámica, va a hacer las delicias de todos los quemados, de todos los petrolhead, adictos a la adrenalina y a la gasolina de alto octanaje. Por supuesto, olvídate de electrificación, hibridaciones y demás. Señoras y señores, vamos a analizar, tras probarlo, el nuevo Honda Civic Type R.
El Honda Civic Type R y su nuevo diseño exterior
Es mi primera vez a los mandos de un Type R. Sí. Llevo probando coches desde 2006 y me habré puesto al volante de más de un millar de coches, pero siempre hay una primera vez para todo. Y para todos. Antes de subirte al Type R hay que apreciar bien sus formas, analizar el porqué de tantas cosas, tanta abertura en el frontal, tanta refrigeración, tanto panal de abeja en negro piano, por qué el alerón trasero es menos elevado pero más profundo y plano, por qué sólo llantas de 19 pulgadas y neumáticos Michelin hechos a medida 263/30/19… En fin… son tantas cosas, tantas peculiaridades… por eso, pese a intentarlo, es difícil comparar este Type R con otro coche.
Lo hemos intentado con Supras, GTIs, R, Audi S3 sedan… pero sea por tamaño, por motor, por potencia… Type R sólo hay uno y es el “giracabezas” más económico, con permiso del Microlino, que hay actualmente en el mercado. Y más esta unidad, rojo Rally, que contrasta el negro y el rojo con un arte que me río yo de los modistas y diseñadores más reputados.
Su mirada se ha vuelto más afilada. En el capó no deja de haber un respiradero para disipar un calor al que contribuye el 2.0 cuatro cilindros en línea de 329 CV de potencia, 9 más que antes. La aerodinámica se ha estudiado hasta un grado enfermizo, buscando refrigerar discos de freno y pegar la trasera del coche al asfalto gracias a su gran alerón, difusor, y los estudiados canales de aire.
Los grupos ópticos traseros son los menos sorprendentes, pero luchan por una cuota de protagonismo en la zaga, difícil ante ese pedazo de alerón, el difusor inferior de competición y las tres tompetas del apocalípsis, creadas para dar voz a un motor que, gracias al turbo, es capaz de apretar y chillar más allá de las 7.000 rpm.
El Honda Civic Type R estrena nuevo interior, no deja indiferente
Pero claro, si por fuera es un caramelo y por dentro es burdo, zafio, anodino, la ecuación no termina de salir. Y por eso el Type R lo apuesta todo al rojo. Nunca mejor dicho. Salvo la segunda fila de asientos, de color negro, el rojo lo inunda todo. Desde los cinturones de seguridad hasta la preciosidad de asientos delanteros, en alcántara, microperforados, de respaldo de una sola pieza… espectaculares y eficientes a partes iguales.
No es menos cierto que ante la “pantallitis” de la competencia, Honda apuesta por algo más sobrio y tradicional, pero ojo con el cuadro de mandos de diez pulgadas, más que configurable, especialmente en sus modos deportivos, y en lo alto de la consola central, una pantalla bien anclada con toooooooooooooda la información habida y por haber del motor, presiones, temperaturas, etcétera. De verdad que te vas a volver loco si te gustan estas cosas.
No me termina de cuadrar que hasta el suelo, las alfombrillas, sean del mismo color rojo, van a acabar negras o gris oscuro del uso, pero hasta en eso Honda ha puesto toda la carne en el asador. Por cierto, lástima de que, atrás, sólo haya dos asientos, aunque, eso sí, dos adultos pueden ir absolutamente de lujo en las plazas traseras.
Por intentar definir lo que ves a los mandos, de verdad que es una locura, tanta y tan buena información del motor, del uso, de esas lucecitas que te van avisando, amarillo, naranja, rojo, que te vas al corte de encendido más allá de las 7.200 vueltas y que debes echar mano del cambio manual, seis velocidades, probablemente, el mejor que he tenido la oportunidad de disfrutar en mi vida, con pomo redondo en acero cepillado, realmente espectacular, con las grafías en rojo, igual que los pespuntes de las costuras aquí y allá y los propios asientos. De verdad que en estos temas es difícil criticar a Honda.
Los motores del nuevo Honda Civic Type R… uno y suficiente
Y el motor está lleno. 275 Km/h de velocidad punta, 5,4 segundos en el 0-100 km/h, 420 Nm de par motor, se antojan pocos sobre el papel, pero es que con 1.418 kilos de peso y el cambio más rápido que he tenido en mi vida, hacen maravillas y no te harán pensar en una cifra superior. El punta-tacón de libro que hace de manera automática en reducciones el motor te va a volver loco, te va a explotar la cabeza. De verdad que es impresionante.
Cuesta pensar que con 1.996 cc puedas tener un motor tan lleno y tan bien sincronizado con un cambio manual. A ver, Mercedes-Benz saca 421 CV con un dos litros en el Clase A sin ir más lejos, bravo, pero la sintonía que tenemos aquí es difícil de igualar.
Los consumos, eso sí, son muy dispares, en función de cómo te tomes la vida. En ciudad puede ser difícil que bajes de 20 litros a los 100 km… y piensa que el depósito es de sólo 47 litros. Si te gusta pisarle, nosotros hemos hecho medias de 14 litros, que no son algo descabellado pero que te obliga a pasar por el surtidor cada poco más de 300 kilómetros.
En cambio, si te lo tomas más relajado en el día, esperando que llegue el fin de semana y dar rienda suelta a tu estrés y a tu adrenalina, nosotros hemos llegado a circular en autovía en medias de 6,8 litros a los 100 km, en concreto, en nuestro ya célebre Madrid-Toledo, Toledo-Madrid. Curiosamente, y sin dar un duro por ello, tras más de 500 kilómetros de conducción, dejando fuera los 140 de 13,9 de media de nuestro compañero de redes sociales, hemos clavado el consumo combinado que homologa WLTP, es decir 8,2 litros.
Pero claro, bastante autovía y siempre cuidando el acelerador con esmero en modo Confort, salvo cuando nos desmelenamos y buscamos la zona alta del cuentavueltas y convertir el salpicadero en una fiesta de luces amarillas, naranjas y rojas en modo Individual, Sport o +R, una auténtica maravilla para los sentidos del amantes de la zona roja de los coches.
El Honda Civic Type R y su precio justo
No sé si los 61.890 euros de la factura final te parecen muchos o pocos. Si no te parecen muchos ya estás tardando en encargar tu Type R y disfrutar de la vida a rienda suelta. Lo normal es que no te parezca poco, y más cuando hasta hace poco tiempo podías conseguir uno por 45.000 euros. Es cierto que este compacto con 50 años de historia ha dejado de serlo, ya tiene tres volúmenes perfectamente marcados y los 4,59 metros de longitud atienden a lo que medía una berlina hace poco más de una década. Los compactos, definitivamente, se le quedan cortos, aunque pueda competir en precio de cualquier manera.
A día de hoy, si te compras un Type R, no será como el que ves en la imagen, ya que por ese precio que indicamos, te viene ya con el Carbon Pack, que incluye, en este material, el alerón trasero, las taloneras de entrada al coche y la pieza alrededor del cambio. Brutal. Pocas cosas puedes añadir, el color y poco más, ya que hasta las llantas de 19 en negro, las pinzar rojas de freno Brembo espectaculares, y prácticamente todo, viene de serie por ese precio.
Sensaciones de conducción de un Honda Civic Type R
Obviamente, en el día a día te va a parecer un coche duro, exigente… y es que lo es. Pero también es cierto que este que suscribe esperaba más. A ver, las reacciones, las risas y sorpresas del vídeo mientras le sacamos chicha, son reales, pero es cierto que he oído hablar tanto del Type R que, en cierta medida, estaba idealizado. Me ha gustado… bueno, me ha encantado, pero es cierto que todavía esperaba más dureza, más radicalidad, más brutalidad, pese a que es todo eso y más. Desde luego, difícil que un Golf R y compañía le puedan discutir su cetro. Es así.
Es duro conducir este coche de lunes a viernes, tan rumoroso, tan gastón, tan incómodo, con unas suspensiones duras incluso en modo Confort. Pero cuando llega el finde, ahí es cuando se abre un portal al más allá, mejor circuito mediante, y es así donde encuentra su razón de ser un coche que, por supuesto, tendría en mi garaje de poder pagarlo y mantenerlo. Porque ya te digo que los neumáticos y los frenos, si le das cera en tandas, van a durar lo justito.
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