Este hecho penaliza ligeramente la comodidad del vehículo, sobre todo si comparamos el C-MAX con modelos de la competencia más centrados en la ergonomía del habitáculo. Prácticamente se puede decir que el C-MAX es el monovolumen para los cabezas de familia que no tienen vocación familiar. Este modelo se conduce ciertamente como un turismo: es ágil, cómodo y efectivo de suspensión, aunque se muestra poco estable al rodar sin el cada vez más recurrente ESP.
Tras el conductor, el resto de la familia viaja comodamente. El C-MAX sorprende por su amplitud, aunque no es precisamente alto debido al ya comentado factor deportivo. Así, parece que se la ha dado más importancia al coeficiente aerodinámico.
La amplitud del C-MAX se acentúa al configurar los asientos traseros, que son independientes y disponen de un mecanismo para cambiar su configuración que es muy fácil e intuitivo de usar. Para tratarse de un vehículo de cinco plazas, la verdad es que da mucho de sí. Lo que sí podemos decir es que la comodidad de los asientos debe acogerse con cierta reserva, sobre todo si pensamos en realizar trayectos especialmente largos.
A la familia de AutoScout24 la verdad es que el Ford Focus C-MAX nos ha gustado. Conserva aquello que más nos está gustando de Ford en los últimos tiempos y le añade las posibilidades de un coche más espacioso sin traicionar la identidad del modelo.