La marca del óvalo tiene un nuevo buque insignia en su gama para España. 20 años después de que la filial de nuestro país importara la segunda generación del Ford Explorer de forma oficial, llega ahora el colosal SUV en su sexta generación, de la que solo existirá una única versión electrificada en acabado ST Line y con equipamiento cerrado. Su precio es de 79.350 €, pero con las promociones de las que se beneficiarán todos los clientes quedará una cifra final de 73.300 €. ¿Cuál de sus rivales premium ofrece lo que este nuevo Explorer por ese dinero? Ya os adelantamos que ninguno (podéis compararlo en el artículo que hemos publicado en Autocasión.)
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El nuevo Ford Explorer es híbrido enchufable
Este mastodonte, como decimos, está disponible en Europa con un sistema híbrido enchufable de 457 CV de potencia y 825 Nm de par. Dicha fuerza sale de la combinación de un V6 EcoBoost de 3 litros y de un motor eléctrico que ayuda con 100 CV adicionales. Su respuesta al acelerador es como se espera en un principio: muy contundente desde prácticamente la salida hasta que sobrepasamos las 5.000 rpm. Tiene unos bajos poderosísimos y no es en vano. Al peso de esta mole, que en vacío ya es de 2,5 toneladas, podemos sumar otros 2.500 kg de capacidad de remolque, por lo que la patada del par es proporcional a sus condiciones.
A ambos motores se suma una batería de iones de litio de 13,6 kWh de capacidad que brinda unos 42 km de autonomía en modo eléctrico, suficiente como para que la DGT le otorgue la etiqueta azul de Cero Emisiones. Teniendo en cuenta el tamaño del Explorer, que supera los 5 metros de largo, los 1,7 de alto y los 2,2 de ancho, quizá Ford podría haberlo equipado con una batería más grande que diera aún más autonomía, pero lo cierto es que eso hubiera supuesta más peso, algo que no le vendría nada bien al Explorer. De lo que no hay duda es de que esos 40 km son muy bienvenidos para gastar poco o nada en combustible de lunes a viernes...
La caja automática de 10 velocidades y el control inteligente del terreno, que puede repartir el par entre ambos ejes, son los encargados de transmitir la fuerza a la superficie. Normalmente, el Explorer circulará en tracción trasera, pero, si activamos cualquiera de los otros 6 modos de conducción que no sea el normal y detecta una falta de adherencia, entrará en juego de forma instantánea el sistema de tracción total.
El conductor puede elegir entre los modos Normal, Eco, Deslizante, Deportivo, Remolque, Pista y Nieve o Arena Profunda. Todos ellos actúan sobre la respuesta del acelerador, de la caja de cambios y de la dirección. La suspensión no es adaptativa, por lo que siempre contará con el mismo grado de dureza. Además, puede controlar el funcionamiento del sistema híbrido con estos 4 adicionales: EV Auto (funciona en modo híbrido), EV Ahora (eléctrico puro), EV Después (guarda la reserva de la batería y circula en modo térmico) y EV Charge (aprovecha el motor de gasolina para cargar la batería.)
La batería se puede cargar con un enchufe doméstico Schuko en poco menos de 6 horas. Si queremos rebajar ese tiempo hasta las 4 horas y 20 minutos, podemos hacerlo usando una Wallbox, aunque personalmente creo que en este caso no merece la pena gastarnos unos 1.500 € más por ahorrarnos algo más de una hora en cada carga si podemos dejarlo enchufado cada noche en una toma convencional.
Cómo es el nuevo Ford Explorer
Estéticamente, el Explorer es todo un gigante. El frontal tiene el típico aspecto americano de tanque, con una calandra enorme y muy alta, un capó muy musculado y unos paragolpes bastante agresivos para tratarse de un SUV. Los grupos ópticos están perfectamente integrados con la parrilla y equipan iluminación full led.
En el lateral llaman la atención los grandes pasos de rueda, las llantas de 20 pulgadas que montan de serie neumáticos Michelin Primacy 4 en medidas 255/55 y unas puertas grandísimas que hacen posible un acceso inmejorable a las dos primeras filas.
La zaga está protagonizada por el vasto portón del maletero con apertura electrónica, por unos pilotos no demasiado grandes que se quedan fuera del portón y por cuatro salidas de escape que, sin embargo, están tapadas (las salidas reales están curvadas hacia abajo.)
El maletero tiene una capacidad que va desde 330 litros (con 7 plazas) hasta los 2.274 litros (con las dos delanteras.) A diferencia de otros modelos de 7 plazas, este Explorer sí permite realizar viajes cómodos en las dos plazas de la tercera fila. El confort aumenta aún más en las otras cinco gracias a un espacio prácticamente infinito y a unas banquetas individuales cuya tapicería de cuero es ideal para devorar kilómetros en vías rápidas.
La ergonomía también es muy buena en el nuevo Explorer, como también lo es la sensación general percibida tanto en el exterior como en el habitáculo. Además, adaptarnos a la postura de conducción idónea es muy sencillo, ya que goza de unos generosos reglajes eléctricos en asiento y columna de dirección.
Con respecto al equipamiento, hay que decir que no se echa en falta nada. Viene de serie con asientos delanteros calefactables y ventilados, con asientos traseros y volante calefactados, con climatización trizona, con acceso y arranque sin llave, con rueda de repuesto, con techo panorámico, con sistema de infoentretenimiento SYNC3 y pantalla central táctil de 10,1 pulgadas, con navegación y conectividad, con instrumentación digital de 12,3 pulgadas y con una lista de asistentes a la conducción riquísima. Algunos de los que más desdtacan son el sistema de aparcamiento automático o el Ford Copilot 360, que permite la circulación semiautónoma con guiado y centrado en el carril y hasta llega a trazar curvas por sí mismo (siempre y cuando mantengamos la atención y las manos sobre el volante, claro.)
Cómo va el Ford Explorer PHEV 2020
Hemos llevado a cabo nuestra toma de contacto por los alrededores de Tarragona, donde hemos podido conducir el Explorer por todo tipo de superficies. Sin duda, la que más le gusta y en la que más cómodos nos sentimos es la vía rápida. El confort que brinda en autovías o autopistas es excelente y basta con fijar una velocidad de crucero para disdfrutar de una conducción silenciosa, suave y muy tranquila.
También lo hemos conducido por las estrechas secundarias de la zona del Priorat. En este caso, las inercias de un coche tan grande y pesado son inevitables si decidimos probar con una conducción más deportiva. No obstante, circulando de manera normal, sorprende que semejante monstruo sea tan fácil de llevar incluso por carreteras en las que a duras penas caben dos coches. La dirección tiene un grado de asistencia y desmultiplicación bastante alto, lo que hace más sencillo maniobrar con el Explorer, pero aun así permite un guiado preciso.
Donde más dificultades encontraremos, lógicamente, será en ciudad... y no mientras estemos en marcha, porque los asistentes simplifican mucho el trabajo del conductor. Lo difícil llegará cuando necesitemos encontrar aparcamiento. En cualquier caso, es un hándicap natural con el que también cuentan sus rivales, que -no lo olvidéis- son mucho, pero mucho más caros que el Ford.
