El Fiat 500e iba a ser uno de los lanzamientos más esperados del Salón de Ginebra y, posteriormente uno de los protagonistas previos al verano, pero la pandemia provocó que su presentación mundial fuera de manera telemática. Tras una larga espera por fin nos hemos podido poner, aunque de manera breve, al volante.
Sin entrar en excesivos detalles puesto que toda la información la recogimos en su momento pertinente, lo que en realidad queremos contaros es lo que nos transmitió en vivo, a la espera de poder probarlo en profundidad.
Diseño italiano
Lo primero que nos llama la atención es su diseño. El nuevo Fiat 500e parece ofrecer pinceladas respecto a su predecesor cuando la realidad nos dice que se trata de un coche completamente nuevo desarrollado sobre una inédita plataforma concebida para dotarle de un sistema de propulsión eléctrico. Lo que más atrae de este urbanita de 3,63 metros (crece 61 mm) es, sin duda, su frontal ya que parece cobrar vida gracias al diseño de sus grupos ópticos.
La parrilla delantera se traslada a la zona del paragolpes y en el lugar donde habitualmente iría ahora vemos una doble tira cromada con el logo 500 presidiendo en el centro. El capó presenta una doble nervadura que le dota de mayor robustez. La zaga es quizá la que menos cambia mientras que de lado sí se percibe ese incremento de longitud comentado. Un detalle a destacar, la ausencia de tiradores (se abre metiendo la mano) para mejorar el flujo aerodinámico.
La personalización seguirá siendo una de sus máximas y para ello propone llantas de hasta 17 pulgadas o nueve colores (2 sólidas, 5 metalizadas y otras 2 especiales) entre los que destacamos el Azul Celestial y el Gris mate que le aporta un punto deportivo casi al estilo Abarth. Por último, decir que mantendrás las dos carrocerías existentes, berlina y descapotable, a las que se sumará la recién estrenada 500 3+1 con un enfoque más práctico al ofrecer una segunda puerta de reducido tamaño y apertura suicida en la zona del copiloto aumentando la facilidad de entrada y salida de los pasajeros traseros o la carga de sillas infantiles.
Revolución interna
Si el exterior parece algo continuista, el interior es completamente diferente. Cierto es que mantiene señas de identidad como el cuadro de instrumentos digital circular o la morfología de los asientos, pero el primero mejora en visualización y los segundos en confort. El aspecto del puesto de conducción variará en función del nivel de acabado escogido, a elegir entre los Action, Passion, Icon y laPrima.
Decimos esto porque en el más básico el Fiat 500e carecerá de pantalla central apareciendo en su lugar un soporte para el teléfono móvil. En el Passión ya contamos con un monitor táctil de 7 pulgadas con sincronización móvil mediante Apple CarPlay o Android Auto. De ahí damos el salto al Icon (nuestra unidad) o laPrima que incorporan el denominado Cinema Panorama con una pantalla apaisada de 10,25 pulgadas que tiene un funcionamiento rápido e intuitivo. Bajo ella se sitúan los comandos físicos relativos a la climatización y un poco más abajo, los que hacen las veces de la palanca de cambios.
Del conjunto destacaríamos la habitabilidad general, determinada en primera instancia por la ausencia de esa palanca de cambio y por un túnel central despejado. Hay varios huecos para depositar nuestros objetos mientras que el espacio reinante es bastante holgado. Cualidad esta última que también extrapolamos a la zona trasera donde pese a seguir estando configurada para cuatro, la ganancia de 22 mm en su batalla desahoga un poco más el espacio para las piernas. El maletero, por su parte, mantiene los mismos 185 litros de capacidad que su predecesor.
Conducimos el Fiat 500e
Toca la hora de la verdad y ponerse a los mandos. Envueltos en esa atmósfera digital salimos de la Embajada de Italia, lugar de nuestro punto de encuentro y realizamos una breve ruta por las abarrotadas calles de Madrid. Es su hábitat natural no cabe duda, y el Fiat 500e nos lo demuestra con una agilidad propia del modelo ensalzada en esta ocasión con una pisada más firme y con una arrancada fugaz.
De las dos motorizaciones disponibles, estamos subidos a la más potente. Se trata de un motor síncrono de imanes permanentes que desarrolla 118 CV y 220 Nm de par, más que suficientes para ser los primeros en salir del semáforo. Quien busque hacer un uso exclusivamente urbano del 500e, quizá vea con mejores ojos la versión de acceso, que va asociada al motor de 95 CV y a la batería de 23,7 kWh, pues su autonomía total rondará los 185 kilómetros (falta por homologarlo) mientras que la meramente urbana podría rozar los 300 kilómetros. En nuestro caso, el motor de 118 CV va asociada únicamente a la batería de 42 kWh, por lo que tenemos a nuestra __disposición 320 km en ciclo medio y 420 en ciclo urban__o.
No tenemos tiempo para aclimatarnos pero tampoco lo necesitamos porque todo en este Fiat 500e nos resulta hasta familiar. Seguimos disfrutando con el empuje de este motor que nos catapulta hacia adelante a la mínima (acelera de 0 a 100 km/h en 9 segundos y tiene una punta de 150 km/h). Cierto es que quizá le notemos excesivamente firme en la suspensión para ser un coche urbano pero lo palia con una dirección bien calibrada que nos mueve con soltura y nos permite aparcar sin esfuerzo alguno.
Trasteamos por la consola central y observamos un comando que pone e-Mode. Con él podemos manejar los tres modos de conducción que atesora el Fiat 500e. Por defecto está activado siempre el Normal, realizando una conducción cotidiana, sin ningún cambio respecto a cualquier otro coche. Si giramos la rueda (la operación no es demasiado rápida) pasamos al modo Range siendo notorio la gran regeneración que ofrece. En Fiat nos aseguran que este 500e no tiene un modo One Pedal per sé sino que directamente al activar el modo Range se activa una frenada más contundente que llega a frenar el coche. Cierto es porque a la mínima que soltamos nos quedamos a varios metros del coche precedente.
Si seguimos bajando llegamos al modo Sherpa que básicamente cumple la misma función que el Range pero limitando tanto la potencia (se rebaja a los 78 CV) como la velocidad máxima a 80 km/h o las funciones de climatización (se apaga), de carga para móviles o la calefacción para los asientos. Un programa que será útil únicamente si hemos apurado en exceso la autonomía y vemos que vamos a llegar algo justos. En este caso, si rebajamos el rango por debajo de los 25 km, se activará un icono con una tortuga que limita aún más la potencia para permitirnos llegar al punto de carga.
Tiempos de carga y precios
Si te ocurre esto y te quedas sin batería has de saber que puedes cargar el coche en diferentes opciones. Con un cable de Modo 2 que se oferta de serie, podemos cargar hasta 2,9 kW de potencia necesitando 15 horas para obtener el 100%. Pero si pasamos del 40 al 100% necesitaremos solo 9 horas. En caso de emplear un cable de Modo 3, si la potencia llega hasta los 11 kW, la carga completa se realizaría en poco más 4 horas, mientras que con un cable de Modo 4 que permita cargas en corriente continua de hasta 85 kW tan solo necesitaríamos 35 minutos para tener la recarga completa, a razón de unos 10 kilómetros por minuto. Por cierto, la batería tiene una garantía de 8 años o 160.000 kilómetros.
Puede que a muchos les parezca que este Fiat 500e es uno más, pero la realidad nos dice que es un cambio de tendencia. Fiat revolucionó la movilidad urbana a finales de los 50 y ahora pretende hacer lo mismo con esta tercera generación 100% eléctrica. En cuanto a los precios, estos son, incluyendo los de la versión 3+1 recién estrenada:
- Fiat 500e Action: 24.900 €
- Fiat 500e Passion: 28.400 €
- Fiat 500e Icon: 29.900 €
- Fiat 500e laPrima: 34.900 €
- Fiat 500e Cabrio Passion: 31.400 €
- Fiat 500e Cabrio Icon: 32.900 €
- Fiat 500e Cabrio laPrima: 37.900 €
- Fiat 500e 3+1 Passion: 30.400 €
- Fiat 500e 3+1 Icon: 31.900 €
- Fiat 500e 3+1 laPrima: 36.900 €