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Prueba: Dodge Avenger SXT 2.0 CRD Sport – Puro músculo

El Avenger es un coche que no pasa desapercibido. Las musculosas líneas de sus casi cinco metros de carrocería hacen que muchos peatones se paren ante él para conocer la marca a la que pertenece. Es un Dodge y está disponible a partir de 18.900€…

El Dodge Avenger SXT 2.0 CRD Sport de 140 CV es la versión más alta de la gama de este modelo estadounidense. Se trata de una berlina deportiva con un exterior muy llamativo que con la opción del techo solar eléctrico tiene un precio ligeramente inferior a los 25.300€.

De grandes dimensiones

El Avenger mide prácticamente cinco metros de longitud. Exactamente, son 4850 los milímetros de los que consta su carrocería, que a pesar de todo tiene un marcado carácter deportivo gracias a los pronunciados paragolpes.  Al mismo tiempo que le dan un aspecto muy musculoso, le quitan mucha maniobrabilidad en su uso en ciudad.  

Este es probablemente el principal problema que presenta el Avenger para su utilización diaria, en la que puede ser difícil encontrar un aparcamiento para sus dimensiones. En este aspecto, sin embargo, el coche americano tiene una curiosa ventaja a consecuencia de la considerable distancia entre el suelo y la carrocería. Es muy habitual que en el estacionamiento en batería el guardabarros delantero o trasero, según el caso, quede muy por encima del bordillo, incluso cuando éste tiene una altura importante. De esta forma, se evita que el coche sobresalga con respecto al resto e inevitablemente se llama la atención de los peatones, que en numerosas ocasiones se quedan mirando la particular estética del Avenger.

Y es que en Europa no es muy habitual ver circular a un automóvil con una carrocería de este tipo, más tradicional del mercado norteamericano. Además de los ya mencionados paragolpes, destacan las agresivas líneas del capó y del techo, diseñado con una curva muy pronunciada en su parte trasera, que termina muy cerca de un discreto alerón.

Interior sencillo y funcional

Esta forma del techo y la configuración de las ventanillas provocan que en las plazas traseras del habitáculo se tenga la sensación de estar en un vehículo muy deportivo. A pesar de ello, dos personas pueden viajar muy cómodamente atrás, e incluso un tercero se puede sentar holgadamente aunque el espacio para las piernas no es muy destacado. Los asientos de las plazas delanteras son bastante cómodos aunque no recogen demasiado lateralmente.

Por su parte, el salpicadero es muy uniforme y en él llaman la atención la doble guantera situada delante del copiloto, y la consola central cromada, en la que se encuentran una pantalla para dirigir el sistema de audio y tres grandes botones para controlar la climatización. Todos estos mandos tienen un funcionamiento muy simple, de la misma forma que los del techo solar eléctrico, que puede abrirse por completo y solo ligeramente para permitir la entrada de aire.

Un poco más adelante se encuentra el espejo retrovisor interior, que tiene una visibilidad un tanto limitada por la forma del parabrisas trasero. En cambio, los dos exteriores si tienen unas dimensiones generosas que dotan de una gran visibilidad al asiento del conductor. El piloto, además, puede llegar cómodamente a la palanca de cambios y al freno de mano, que a pesar de tener un diseño poco acorde con el resto del interior, tienen una posición muy ergonómica.  

Mecánica diésel de 140 CV

De esta forma, una vez sentado en el interior del habitáculo, el Avenger no parece un vehículo de unas dimensiones tan grandes y transmite una sensación de confort muy destacable. Esta impresión cambia considerablemente cuando se pone en marcha el motor 2.0 CRD de 140 CV de potencia y 310 Nm de par motor máximo. En primer lugar, la sonoridad de este propulsor, sobre todo en parado, hace que el confort acústico dentro del habitáculo baje notablemente. En segundo lugar, una vez que el Avenger se pone en marcha y deja atrás las relaciones más cortas, el motor norteamericano muestra todo su potencial, que se desarrolla especialmente bien en autopistas o autovías.

En este tipo de carreteras, el Dodge combina una gran estabilidad con las prestaciones de este diésel, que empuja con solvencia los 1560 kg de peso de todo el conjunto. Una buena muestra son las revoluciones a las que alcanza los 120 km/h con las relaciones más altas de su caja de cambios manual. En quinta mantiene la velocidad máxima permitida en este tipo de vías a 3.300 rpm, mientras que en sexta trabaja holgadamente a 2.800 rpm.

7,5 litros a los 100 km

Este hecho provoca que el consumo de combustible fuera de ciudad supere ligeramente los 5 litros por cada 100 km. En ciudad, sin embargo, este dato sube hasta los 8,2 litros para establecer el consumo medio, según Dodge, en 6,2 litros. Durante la prueba, el Avenger ha superado considerablemente esta cifra, gastando de media 7,5 litros a los 100 km, aunque también hay que tener en cuenta que ha circulado más por ciudad que por carretera.

En los kilómetros recorridos en vías secundarias, el comportamiento del Avenger cambia mucho con respecto al de autovía, otra vez influido por sus notables dimensiones. El motor funciona correctamente, a pesar de que la palanca de cambios parece un poco dura cuando se está cambiando continuamente de marcha. Además, la configuración de la carrocería provoca que en los cambios de dirección el coche no se muestre muy ágil.

Sistema de estabilidad y control de tracción

En este tipo de carreteras lo que si funciona correctamente es el sistema de dirección variable según la velocidad, puesto que el volante funciona de forma mucho más directa y precisa que cuando se circula en ciudad. Es uno de los elementos del equipamiento de esta versión del Avenger, que además viene con ABS, sistema de control de estabilidad y sistema de control de tracción. Todos estos elementos, junto a los 943€ del techo solar eléctrico, hacen que el precio de la versión SXT Sport con motor CRD 2.0 se sitúe en 25.285€.

Se trata de un precio competitivo teniendo en cuenta el coste de otras berlinas de similar tamaño como el Skoda Superb. La versión más económica del automóvil checo, con una mecánica similar a la de este Avenger, tiene un precio prácticamente igual y un equipamiento ligeramente inferior.

En resumen

A pesar de todo, es difícil comparar al Dodge Avenger con cualquier otro vehículo del mercado europeo por sus particulares características. Su musculosa carrocería, con unas dimensiones poco habituales para un automóvil con un marcado carácter deportivo, conforma el principal atractivo de este vehículo, que además destaca por su comportamiento en vías rápidas y por un motor diésel de 140 CV que lo propulsa con desahogo.

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