Aunque las ventas de eléctricos todavía están en España lejos de los valores esperados por los organismos gubernamentales, hay barreras que se han ido rompiendo con el paso de los años. Una de ellas ha sido la del precio que, como ocurrió hace casi dos décadas con la llegada del Logan, ha estado liderada por Dacia. Y es que la firma rumana resucitada por Renault lleva años siendo una de las preferidas por los conductores europeos, en general, y por los españoles en particular hasta el punto de que los últimos cuatro ejercicios se ha postulado como la que más ventas amasa en el canal de particulares. Pero le faltaba el componente electrificado, el mismo que surgió hace dos años con el Spring y que recientemente se ha confirmado con el Jogger Hybrid.
Centrándonos en el propio Spring, desde su llegada el utilitario cero emisiones no ha dejado de crecer a nivel mundial y ya son 110.000 las unidades que ruedan por todas las carreteras del planeta demostrando que la electrificación no ha ser excesivamente cara. Quizá por ello en lo que llevamos de 2023 el Spring ya es el tercer modelo más vendido de nuestro mercado (le superan el Model Y y el MG 4) así como uno de los más económicos del mismo. Y es que la gama arranca, con todos los descuentos y ayudas gubernamentales, desde los 12.990 euros, una tarifa impensable hace años para un eléctrico y, dado los tiempos que corren, casi para un coche de combustión.
Sin embargo, para quienes lo hemos probado había elementos y detalles del modelo mejorables, los mismos que ahora se han subsanado con la versión Extreme que nosotros ya hemos conocido y conducido por la idílica ciudad de Viena. Una alternativa atractiva no solo en diseño sino también rendimiento y que mantiene intacto ese halo económico pues el PVP con todas las promociones arranca en los 14.640 euros.
Atractivo y completo
En esencia se mantiene el concepto de coche urbano y manejable, con una carrocería que tan solo mide 3,73 metros de largo y cierto aspecto de crossover la que la llegada del acabado Extreme le supone subir un punto el atractivo. Un nivel de equipamiento que está igualmente disponible en los Duster, Jogger y Sandero Stepway ofreciendo como detalles exclusivos los tonos en cobre de algunas partes del exterior (marcos de las luces antiniebla, carcasas de los retrovisores o logo posterior), la nueva pintura Azul Pizarra o una dotación de equipamiento mayor. Todo ello acompañado de la nueva imagen de marca que es visible a través del logo DC delantero así como de nuevos vinilos decorativos que simulan un mapa tipográfico para dar mayor sensación de aventura.
En el interior se mantiene el aspecto funcional del coche pero ahora cobra un tinte más moderno gracias a la pantalla central de 7 pulgadas con sistema de navegación integrado y sincronización con Apple CarPlay y Android Auto. Visualmente tenemos un coche más atractivo gracias de nuevo a las inserciones en cobre o al logo DC bordado en los asientos, mientras que el toque aventurero y funcional está determinado por las alfombrillas de goma con el motivo topográfico antes mencionado. Donde no hay variación alguna es en el uso de plásticos duros para toda la cabina o de una sensación de espacio algo justa, con una zona delantera en la que dos adultos corpulentos se tocarán con los antebrazos o con una trasera homologada para dos y algo justa para personas de más de 1,80 metros. El maletero, en cambio, sí ofrece un buen volumen con 270 litros practicables.
Polivalencia de uso
Ahora bien, la gran novedad de este Spring Extreme llega igualmente del apartado mecánico al incorporarse un nuevo bloque revisado en el que se ha incrementado el ratio de giro del motor pasa de las 8.500 a las 14.700 vueltas, en beneficio de la potencia que ahora pasa a ser de 65 CV en lugar de 45 CV. La nueva definición técnica del reductor, cuya relación de reducción pasa de 7.162 a 12.057, aumenta el par realmente transmitido a las ruedas motrices mientras que la batería mantiene su capacidad en los 27,4 kWh.
Todo ello beneficia a la hora de tener un coche que sirve tanto para circular por ciudad como para salir de ella sin preocupaciones. Y es que comparado con el Spring de 45 CV el Extreme es un 33% más rápido en alcanzar los 50 km/h desde parado (3,9 segundos frente a los 5,8), un 28% más rápido pasar de 0 a 100 km/h (13,7 vs 19,1) y sobre todo un 48% rápido en realizar el paso de 80 a 120 km/h, rebajando los 26,2 segundos a nada menos 13,5 segundos.
Datos que en circulación real son notorias pues en la ciudad somos los primeros en salir de los semáforos mientras que en vía rápida yo no tenemos que anticipar tanto nuestros movimientos para conducir con seguridad, basta pisar el acelerador y seguir. Además no altera su concepción de vehículo ágil, fácil de aparcar y de maniobrar a lo que además suma una reducción en la autonomía general de solo 10 km frente al de 45 CV homologando 220 km a tenor de un consumo de 13,9 kWh/100 km. Valor que es facilísimo de conseguir pues durante esta toma de contacto, que discurrió principalmente por ciudad, el gasto fue de 11,9 kWh/100 km, subiendo hasta poco más de 13,5 kWh/100 km cuando afrontamos la autopista.
Donde quizá hay más cambios es en el modo Eco que si bien en la versión de 45 CV sí se notaba cómo se reducía el rendimiento, en esta de 65 CV la merma es casi imperceptible. Lo que sigue sin haber es un sistema de retención de la energía más severo para poder realizar una conducción de un solo pedal pero la verdad es que el propio motor retiene tanto que si sabes cogerle el punto no te será necesario. En lo que respecta a la carga, se mantiene como hasta ahora: 30 kW de potencia máxima en corriente continua para un tiempo máximo de 56 minutos para obtener el 80% desde cero y hasta 7,4 kW en corriente alterna para una espera de 5 horas en una toma similar. En una doméstica de 2,3 kW podrás tener el 100% en 13 horas y media.
En definitiva
Dacia sigue evolucionando. Pese a ser una de las más económicas del mercado, la firma rumana hace tiempo que dejó atrás esa concepción de marca low-cost. Un apelativo que quizá muchos sigan poniendo al Spring pero que se diluye en el momento en el que uno tiene la oportunidad de conducir esta versión de 65 CV. Un acierto para un coche que busca democratizar hoy la que será la movilidad del futuro. Un modelo que sabe cuáles son sus limitaciones y que ahora tiene a bien poder decir con orgullo que no solo es un coche urbano.