Bueno es saber que al menos en la compra de un modelo familiar se puede ahorrar algo de dinero que seguro que se necesitará para otras cosas. La oferta es imbatible. Por 10.200 euros podemos adquirir un Dacia Lodgy de 4,50 metros de longitud con capacidad para 5 pasajeros y, además, abundante espacio de almacenamiento para nuestro equipaje. Sin embargo, por este precio los futuros compradores no deberían esperar disfrutar un gran confort. Elevalunas eléctricos, un banco trasero abatible en dos partes, asiento del conductor y volante regulables en altura, aire acondicionado, espejos exteriores eléctricos luces de lectura o una radio –todo lo que la mayoría de los fabricantes suelen montar de serie en sus modelos ni siquiera se puede encargar en el económico Dacia Lodgy. Pese a todo, los ingenieros han pensado en la familia: todas las plazas de la parte trasera cuentan con anclajes Isofix para poder sujetar los asientos infantiles.
Solo una motorización para el equipamiento básico
Un poco más de equipamiento y al menos la opción de encargar algún que otro extra que endulce un poco la vida del conductor dentro del Dacia son cosas que no están disponibles hasta la segunda línea de equipamiento «Ambiance». Entonces también se amplía la gama de motorizaciones. Si bien la versión básica solo se puede encargar con motor de gasolina de 85 CV, a partir de ahí se puede elegir adicionalmente entre un gasolina turbo de 115 CV y el diésel de 90 CV que equipaba nuestra unidad de prueba. En cambio, el diésel más potente de 110 CV solo está disponible a partir de la tercera de las cuatro líneas de equipamiento existentes.
Un ordenador de a bordo, una cubierta para el compartimento de carga, elevalunas eléctrico delantero y el banco trasero con respaldo abatible en dos, gracias al cual el volumen del maletero aumenta hasta más de 2.600 litros, son algunos extras de serie con los que cuenta la línea «Ambiance». Por el aire acondicionado y la radio CD habría que pagar 950 euros adicionales, lo que en conjunto suma un total de 14.440 euros. Sigue siendo un precio atractivo, máxime cuando se trata de un automóvil nuevo con tres años de garantía por parte del fabricante. Aunque sigue siendo una garantía inferior a la de Kia, que asume los costes durante 7 años, al menos tendremos 36 meses de tranquilidad.
Los grandes conductores se decantarán por la línea «Lauréate»
Sin embargo, los conductores de mayor envergadura deberían invertir en la regulación de altura (300 euros) para el asiento del conductor, el volante y el cinturón y plantearse si no sería mejor decantarse directamente por la línea de equipamiento superior «Lauréate». El dCi 90 costaría entonces 15.400 euros, aunque en tal caso contaríamos con aire acondicionado, faros antiniebla, espejos exteriores eléctricos y un reposabrazos central. Además, la radio está disponible por un importe adicional asequible de 250 euros. En cualquier caso, por unos 15.000 euros el futuro propietario obtendrá mucha movilidad –a petición incluso para siete ocupantes.
Si bien el diésel de 90 CV tiene un comportamiento algo áspero y al aislamiento acústico le vendría bien una ligera mejora, el peso del Lodgy (1,3 toneladas) no supone ningún desafío para él. El tiempo de aceleración de este familiar es de 12,4 segundos, mientras que su velocidad punta de 169 km/h permite realizar tranquilamente trayectos por autopista. Sin embargo, es posible que después de uno de estos viajes los ocupantes acaben con dolor de oídos. Aunque los asientos del Dacia resultan más que suficientes para trayectos cortos, a partir de los 100 km la espalda comienza a resentirse.
Eficiente incluso en la práctica
Los futuros conductores del Dacia Lodgy no solo firmarán el contrato de compraventa con una sonrisa en la cara, sino que también abandonarán la estación de servicio con el mismo semblante. Según el fabricante, el diésel asociado a un cambio manual de cinco marchas presenta un consumo de tan solo 4,2 litros, una cifra que nuestra unidad de prueba supo mantener bastante bien. Tras una combinación de trayectos por autopista y circulación por ciudad, el consumo medio registrado fue de 4,8 litros a los 100 km, y eso sin sistema automático de parada y arranque o cualquier otra solución para el ahorro de combustible.
Económico en su adquisición, espacioso para sus ocupantes, amplio maletero con un gran portón que facilita la carga del mismo, suficiente potencia y consumo bajo. Pero, ¿es posible que todo sean virtudes? Por supuesto, el Lodgy también presenta algún que otro inconveniente, y no nos referimos únicamente a sus problemas de imagen, algo que la actual campaña publicitaria intenta solucionar de la mano del futbolista Mehmet Scholl.
Poca dinámica de movimiento, apenas ambiente
El Lodgy no es un modelo demasiado apto para una conducción dinámica. El chasis configurado para que resulte cómodo, y que a excepción de alguna que otra sacudida absorbe bastante bien la mayoría de las irregularidades del asfalto, hace que el Lodgy se incline claramente en las curvas. Si uno entra demasiado rápido en curva el Dacia de tracción delantera comienza a subvirar y a deslizarse bastante pronto –aunque de forma controlable– sobre las ruedas delanteras. El ESP, equipado de serie en todos los Lodgys, interviene en caso de duda antes de que la cosa vaya a mayores y, además, este modelo también cuenta con airbags delanteros y laterales para conductor y acompañante.
Y no solo hay que renunciar a algún que otro extra de confort, sino que la sensación de bienestar tampoco es demasiado elevada en el Lodgy. Una vez dentro, uno se encuentra ante un paisaje de plástico gris y posa la vista sobre unos instrumentos bastante simples en su diseño. Si bien todo esto cumple su función, comprendemos que no sea motivo suficiente para salir de excursión el fin de semana por el simple placer de sentarse en el coche. Gracias a las enormes superficies acristaladas el interior resulta muy luminoso, de forma que al menos de día resulta algo más agradable. Por supuesto el Lodgy tampoco cuenta con una iluminación de ambiente capaz de crear una atmósfera agradable por la noche. Y tampoco dispone de faros de xenón.
Conclusión
Su precio (10.200 euros) suena bien si de lo que se trata es de llegar del punto A al punto B con cinco pasajeros y el maletero lleno. Entonces el modelo básico resulta más que suficiente. Sin embargo, el modelo de acceso no ofrece un banco trasero con respaldo abatible en dos partes o la posibilidad de encargar dos asientos adicionales y, de esta forma, el Dacia vuelve a perder dos de sus ventajas. A partir de la línea de equipamiento «Ambiance» la cosa cambia y como último recurso la línea «Lauréate» ofrece algo de confort.
Al menos por unos 15.000 euros el Dacia con este acabado sigue siendo claramente más económico que sus competidores. Un Ford C-Max o un VW Tourancuestan entre 3.000 y 6.000 euros, y quizá nos quedemos cortos. El hecho de que el Lodgy no resulte tan dinámico en su conducción como sus oponentes debería molestar menos que el escaso ambiente que ofrece su interior. Y esto es algo que ni siquiera el dinero puede arreglar, ya que Dacia no ofrece la posibilidad de mejorar el conjunto en este sentido. En cambio, las paradas en la estación de servicio no resultan tan dolorosas con el Lodgy dCi 90, ya que con un consumo real inferior a los 5 litros este modelo es realmente eficiente.
