Hablar de las siglas GTI es hacerlo de deportividad pero, indudablemente, del Volkswagen Golf, al que se le puede catalogar como el creador de los compactos deportivos. Un segmento que, pese al constante acecho y asedio por parte de los SUV, parece vivir un momento dulce. Y no lo decimos únicamente porque la firma alemana siga sacando innumerables ediciones especiales de su Golf GTI, como es el caso del TCR que aquí nos ocupa, sino que ahora tiene que lidiar contra innumerables rivales.
El más reciente de todos es, precisamente, el Renault Mégane R.S. Trophy que le reta en esta comparativa y que viene a engrosar una lista cada vez más extensa en la que ya están ‘inscritos’ el Hyundai i30 N, el Honda Civic Type R, el SEAT León CUPRA R o el Ford Focus ST… todo ello sin olvidar el segmento de los Premium, donde los Audi RS3, Mercedes-AMG A45 4MATIC y BMW M2 siguen incrementando sus cifras de potencia hasta cotas propias de las berlinas de antaño. Por tanto, si el Golf GTI quiere seguir siendo el rey de reyes ha de estar más en forma que nunca.
De casta le viene…
Dicho y hecho. Creado para celebrar los innumerables éxitos en competición de las más de 100 unidades del Golf GTI TCR que compiten a lo largo y ancho del mundo, mejora en sobremanera al GTI Clubsport que la marca presentó como el GTI más potente de siempre (con permiso del Clubsport S). Si bien aquel modelo conseguía picos de potencia de 290 CV, este GTI TCR consigue que el archiconocido 2.0 TSI de cuatro cilindros mantenga constante dicha cifra entre las 5.400 y las 6.500 rpm, acompañándola de un par máximo de 380 Nm entre las 1.950 y las 5.300 rpm.
Ahora bien, frente a él tiene al comentado Mégane R.S. Trophy, el cual también supone una evolución frente al Mégane R.S. ‘convencional’ exprimiendo al 1.8 TCe (el mismo que el del Alpine A110) para sacarle otros 20 CV adicionales, llegando así a los 300 CV, que surgen cuando la aguja gira a 6.000 rpm. En cuanto al par, dato curioso, pues las versiones asociadas a la caja automática EDC cuentan con 20 Nm más de par que las manuales, alcanzando así los 420 Nm entre las 2.440 y las 4.800 rpm.
Traza curvas
Exclusivos tracción delantera, su comportamiento dista bastante… incluso pese a que ambos equipan un diferencial autoblocante en el eje delantero para convertir cualquier curva en recta. Ahora bien, mientras que el GTI TCR mantiene intacto el equilibrio propio de la familia GTI, con un guiado preciso del tren delantero y una estabilidad de libro, el R.S. Trophy obliga a que el conductor se emplee a fondo.
Primero porque pese al autoblocante, las ruedas delanteras parecen no soportar todo el potencial que genera. Hecho que se nota no solo en las arrancadas, donde perderemos tracción con facilidad, sino también al aproximarnos al vértice de la curva. A poco seamos demasiado impetuosos, notaremos cómo el morro tiende a seguir recto. Por fortuna, el R.S. Trophy monta un equipo de frenos muy potente, más que el del GTI TCR, firmado por Brembo con discos delanteros de 355 mm; y sobre todo un elemento que le coloca en la cúspide de su segmento en lo que a agilidad se refiere: el chasis 4Control.
Gracias al eje trasero direccional, el compacto francés se convierte en un auténtico traza curvas. Tanto que necesitaremos cierto periodo de adaptación para evitar ‘enroscarnos’ demasiado en la curva si esta es muy cerrada. En lo que a dirección se refiere, nos gusta que Renault evolucione y nos presente un tacto mucho más directo que en cualquier Mégane que se venda actualmente. Su nueva calibración permite al R.S. Trophy seguir la estela del GTI TCR sin fatigarse.
Donde sí notaremos algo más de remolonería en el galo será en la transmisión. Cierto es que la EDC ha mejorado mucho y si lo analizáramos sin contrincante diríamos que nos gusta (aunque menos que en el Alpine A110 todo sea dicho), pero teniendo enfrente al sempiterno DSG del GTI TCR la realidad es que resulta más tosca y lenta, sobre todo en las reducciones y aceleraciones rápidas. Al menos, los diseñadores de Renault nos deleitan con unas levas fijas situadas tras el volante de gran tamaño y tacto casi de competición.
¡A correr!
Si los tuviéramos que comparar sobre el papel en lo que a prestaciones se refiere, el empate es casi técnico. Si el GTI TCR gana en aceleración al pasar de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos (una décima menos), el R.S. Trophy alcanza más velocidad punta, 255 frente a 250 km/h. En marcha, las diferencias son apenas imperceptibles y los dos consiguen pegar nuestra espalda al asiento… aunque con más complicación en el caso del Mégane como ya hemos comentado.
Basta con conectar el modo más deportivo de ambos compactos, Sport en el GTI TCR y Race en el R.S. Trophy (también hay uno denominado Sport) y pisar el pie derecho. Ahora bien, antes de hacerlo en el galo, quizá sea más conveniente pulsar de nuevo el comando MultiSense e ir al menú Perso, principalmente para apagar el sonido artificial mecánico que se cuela por los altavoces. Sí, Renault peca en exceso de tecnológico al ofrecernos una melodía enlatada para su R.S. Trophy que no solo distorsiona el petardeo obtenido en algunas deceleraciones, sino que acaba por ser molesto.
Por su parte, el GTI TCR ofrece una sinfonía más natural, más acorde a nuestras aspiraciones deportivas, con deliciosas explosiones provenientes de las dos salidas de escape cuando reducimos marcha o soltamos el pie del acelerador tras haber aproximado la aguja cerca de la zona roja.
Para uso a diario
Una de las ventajas que proponen ambos vehículos es la posibilidad de transformarlos por completo. Hace años, un compacto GTI únicamente ofrecía sensaciones deportivas, dejando en un segundo plano el confort. Pero ahora, gracias a la calibración electrónica podemos conseguir que tanto el GTI TCR como el R.S. Trophy sean similares a cualquier Golf o Mégane convencional. Únicamente será necesario activar el modo Comfort y notar cómo todos los parámetros del vehículo los convierten en compactos al uso, con una dirección más suave, un motor menos explosivo y una suspensión más blanda.
Todo ello sin obviar el espacio propio de estos vehículos, con una zona trasera amplia para acomodar dos adultos y unos maleteros más que razonables, con 380 litros para el TCR y 384 para el Trophy, que permitirán almacenar todos nuestros bultos con facilidad.
Jeckyll y Mr. Hyde en diseño
Si la elección entre uno y otro estuviera exclusivamente sujeta al diseño, la decisión no sería nada fácil porque, de nuevo, cada uno aporta filosofías diferentes. Mientras que el GTI TCR se mantiene fiel al ‘camuflaje’ alemán, que evita las estridencias estéticas en post de un traje más convencional, el R.S. Trophy parece un Mégane con exceso de gimnasio.
Para encontrar los detalles diferenciadores del alemán hay que fijarse bien en los paragolpes delantero y trasero, este último con un atractivo difusor en el que se incrustan las dos salidas de escape mencionadas, las llantas Balvedere de 18 pulgadas tras los que se dejan ver las pinzas de freno en rojo, o ya por último el color Gris Puro de la carrocería con los vinilos decorativos en negro situados en la parte lateral.
Por contra, el Mégane R.S. Trophy sorprende con una carrocería que da la sensación de ser más ancha gracias, en parte, a los sobredimensionados parachoques. En el delantero se inscriben las luces antiniebla LED con el diseño R.S. de la marca, mientras que en el trasero, el difusor es si cabe más radical que en el alemán. El conjunto se completa con los atractivos y exclusivos colores Amarillo Rácing o Naranja Tonic así como con las llantas de aleación Jerez de 19 pulgadas con inserciones en rojo.
En el habitáculo, el protagonismo se lo llevan, indudablemente, los asientos. De corte ultradeportivo en el R.S. Trophy gracias a su morfología bacquet desarrollada por Recaro, los más bohemios seguramente queden prendados con el estampado a cuadros propuesto por el GTI TCR. El espíritu deportivo del interior se percibe principalmente, en los pespuntes en rojo que inundan ambos habitáculos, así como en los volantes deportivos con la guía central en la parte superior o el tapizado Alcantara en el caso del francés.
Los dos optan por un cuadro de instrumentos digital, de mayor tamaño en el GTI TCR con menús exclusivos cuando se activan los programas deportivos. En este sentido, el Mégane despunta al brindar más opciones de visualización en la pantalla central gracias al R.S. Monitor con informaciones relacionadas con el vehículo: desde la curva de par y potencia hasta el ángulo de giro de las ruedas, pasando por un cronómetro u observar la presión del freno y del acelerador.
Difícil elección
Llegados a este punto toca la obligación de decantarse por uno de los dos. Siendo justos, si lo que queremos es un coche llamativo, macarra y con una cifra de potencia más alta, no hay duda de que nuestros ojos deberían postrarse en el Mégane R.S. Trophy, el cual resulta, además, más económico que su rival. En concreto hablamos de una tarifa de partida de 35.937 € en el caso de optar por la EDC, valor que supone un ahorro de, agárrate, 11.608 € frente al GTI TCR (8.553 € en el caso de incluir los descuentos comerciales y por financiación) pero que se equipara una vez empezamos a sumar opciones en el Mégane.
De esta forma y con el equipamiento extra de nuestra unidad, el precio final del R.S. Trophy ascendía a los 43.514 €, es decir, 2.700 € menos que el GTI TCR cuya única opción adicional era el techo solar panorámico.
Ahora bien, por equilibrio dinámico, sonido de escape, conjunto mecánico-transmisión y, claro está, historia, si tuviéramos que decantarnos por uno sería por el GTI TCR. Entendemos que los casi 50.000 € que se piden por él bien podrían destinarse a un Golf R (parte de los 46.755 €) con 300 CV, tracción total y opción de equipar escape Akrapovic, pero las siglas GTI son las que son y nadie más puede lucirlas con tanto orgullo como el creador de las mismas: el Golf GTI.
Ficha Técnica Renault Mégane R.S. Trophy EDC
Motor: Gasolina, cuatro cilindros en línea, turbo
Cilindrada: 1.798 cm3
Potencia: 300 CV a 6.000 rpm
Par: 420 Nm entre 2.440-4.800 rpm
Velocidad Máxima: 255 km/h
0-100 km/h: 5,7 seg.
Consumo (mixto NEDC): 7,7 l/100 km
Consumo (mixto WLTP): 7,9 l/100 km
Emisiones CO2: 190 gr/km
Dimensiones: 4.364 / 1.875 / 1.435 milímetros
Maletero: 384 litros
Peso: 1.518 kg.
Cambio: Automática, doble embrague, seis velocidades
Depósito: 50 litros
Precio: 35.937 euros
Precio ud. probada: 43.514 euros (con descuentos)
Ficha Técnica Volkswagen Golf GTI TCR
Motor: Gasolina, cuatro cilindros en línea, turbo
Cilindrada: 1.984 cm3
Potencia: 290 CV entre 5.400-6.500 rpm
Par: 380 Nm entre 1.950-5.300 rpm
Velocidad Máxima: 250 km/h
0-100 km/h: 5,6 seg.
Consumo (mixto NEDC): 6,7 l/100 km
Emisiones CO2: 153 gr/km
Dimensiones: 4.268 / 1.790/ 1.482 milímetros
Maletero: 380 litros
Peso: 1.485 kg.
Cambio: Automática, doble embrague, siete velocidades
Depósito: 50 litros
Precio: 44.490 euros (con descuentos)
Precio ud. probada: 46.215 euros (con descuentos)