Para este duelo, hemos optado por la versión diésel de ambos modelos.
Ópticamente, éste es un enfrentamiento entre dos mundos: el Golf mantiene la estética conservadora pero atemporal de las cinco generaciones anteriores. No obstante, los faros audaces derivados de los del Scirocco le confieren un aire más dinámico que el de sus antecesores.
El Renault Mégane, por el contrario, apuesta por una moderna carrocería, si bien algo se ha aprendido de los errores cometidos en la segunda serie y se ha eliminado, por ejemplo, la prominente trasera. Con todo, los abultados faros, los trazos dinámicos y la trasera inclinada le otorgan al nuevo modelo francés un estilo más elaborado que el del Golf.
Más espacio en el Golf
Lo observado en el exterior, continúa en el interior. En el Golf domina el encanto clásico de Volkswagen: todo está en el sitio de siempre, el manejo de los mandos es completamente intuitivo, la selección de los materiales es excelente y el acabado óptimo. La sexta edición no trae muchas novedades en materia de diseño pero transmite una imagen más elegante. Además, tanto en la parte delantera como en la trasera, el espacio es mayor que en el Mégane, a pesar de que el Golf, con sus 4,20 metros de longitud, es casi diez centímetros más corto que el Renault, si bien en éste la inclinación del techo resta espacio para la cabeza en la parte trasera.
En cuestión de calidad, el Mégane no se queda atrás, como demuestra su cuidada selección de los materiales. Sin embargo, los instrumentos digitales no son muy legibles y el manejo del sistema de navegación es menos intuitivo que en el Golf. El diseño del interior es cuestión de gustos, si bien la regulación del aire acondicionado es digna de mención.
Menor capacidad
Por otro lado, el Renault tiene, objetivamente, menos capacidad que el Volkswagen, aunque supere a éste en la configuración estándar del volumen del maletero (372 litros) en más de 20 litros. La razón reside en que el modelo francés es más ancho que el Golf. Al abatir el respaldo trasero, sin embargo, se invierten los papeles. Con 1.305 litros de capacidad, en el Golf cabe bastante más equipaje que en los 1.162 litros del Mégane.
El VW no sólo tiene más que ofrecer en la parte trasera, sino también bajo el capó: su motor TDI de dos litros dispone de hasta 100 mililitros más de cámara de combustible que el «dCi 130» del Mégane. Ello se traduce en una diferencia de diez caballos, los que le faltan a los 130 CV del Renault en comparación con el VW. El Golf también mantiene la ventaja respecto al par de giro, con 320 Nm frente a 300 Nm (en ambos casos a partir de las 1.750 vueltas).
Conducción semejante
Datos técnicos
Marca y modelo | VW Golf 2.0 TDI | Renault Mégane dCi 130 | ||
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Motor | ||||
Especificaciones | ||||
Longitud/anchura/altura (mm) | 4.199 / 1.786 / 1.512 | 4.295 / 1.808 / 1.471 | ||
Distancia entre ejes (mm) | 2.575 | N.D. | ||
Diámetro de giro (m) | 10,9 | 11 | ||
Peso (kg) | 1.374 | 1.395 | ||
Volumen del maletero (l) | 350 - 1.305 | 405 - 1.162 | ||
Neumáticos | 225 /45 17” | 205 /50 17” | ||
Motor | ||||
Cilindrada (cc) | 1.968 / 4 en línea | 1.870 / 4 en línea | ||
Potencia (cv) | 140 | 130 | ||
Par máximo (Nm/rpm) | 320 / 1.750 - 2.500 | 300 / 1.750 | ||
Tracción | Delantera | Delantera | ||
Transmisión | Manual, 6 velocidades | Manual, 6 velocidades | ||
Consumo | ||||
Combustible | Diésel | Diésel | ||
Urbano/Carretera/Combinado (l/100km) | 4,9 | 5,1 | ||
Emisiones CO2 (gr/km) | 142 / Euro 5 | 135 / Euro 4 | ||
Consumo durante test (l/100km) | 6,3 | 6,4 | ||
Características | ||||
Aceleración 0-100 km/h (s) | 9,3 | 9,5 | ||
Recuperación 80-100 km/h (s) en 4ª | 10,4 | 10,3 | ||
Capacidad depósito (l) | 37,5 | 36,6 | ||
Velocidad máxima | 209 | 205 | ||
Precio (sin extras) | ||||
Euros | 23.635 | 20.750 | ||
Equipamiento extra | ||||
Más datosMenos datos |
No obstante, dicha diferencia apenas se refleja en la conducción: con un tiempo de 9,3 segundos, el Golf sólo tarda dos décimas menos en realizar el sprint hasta los 100 km/h y, también en lo que se refiere a la velocidad máxima, la ventaja frente al Renault es de sólo 4 km/h. Además, en nuestro cronometraje del sprint, el Mégane incluso estuvo muy cerca de superar al Golf.
Ambos motores se caracterizan por la potente subida de revoluciones. En los dos casos es posible una conducción sin tener que cambiar a menudo, si bien la precisión de la transmisión invita a ello. Destaca sobre todo el Golf con la famosa ligereza de su caja de cambios de seis velocidades, cuya longitud, sin embargo, impide que la mayor potencia del Golf le saque más ventaja al Renault.
Raramente por debajo de los seis
En materia de consumo, ambos compactos de casi 1.400 kilos de peso están al mismo nivel. VW declara unos 4,9 y Renault unos 5,1 litros de diésel cada 100 kilómetros, si bien en la práctica ambos consumen entre seis y seis litros y medio. Para quedarse en los cinco litros hay que renunciar a toda diversión al volante, algo que resulta difícil en dos vehículos que destacan por su conducción dinámica y sobresaliente.
Nuestro Golf de prueba venía dotado del sistema de regulación adaptativa del chasis DCC (850€), que permite al conductor optar entre tres modos en función de una conducción más confortable o más deportiva. El modo deportivo, sin embargo, tiene poca aplicación en la vida diaria, por lo que las preferencias se inclinan por la configuración de confort. Con ella, el VW amortigua casi todas las irregularidades del terreno de forma impecable, salvo en el caso de juntas de dilatación muy pronunciadas.
Firme Mégane
El Mégane, por otro lado, trae de fábrica una configuración del chasis mucho más firme, correspondiente casi al modo deportivo del VW. Cuando el conductor va solo, sin carga adicional, el Renault resulta algo duro, transmitiendo toda irregularidad del terreno al ocupante del vehículo. Sin embargo, cuanto mayor sea la carga, más agradable resultará la amortiguación del modelo francés.
Además, esta amortiguación deportiva le ayuda a superar las curvas impecablemente. Para igualar semejante hazaña, en el VW hay que abandonar el modo de confort. Sólo entonces, el vehículo subvira mínimamente en las curvas pero sin perder el control en ningún momento. Dicha cualidad también se encuentra en el Renault, si bien el tacto preciso de su dirección no alcanza el famoso grado de precisión del VW.
Bastante más barato
Por suerte, el Renault tampoco llega a superar al VW en precio, quedándose unos 3.000€ por debajo de los 23.635€ de salida del Golf a pesar de su mejor equipamiento. El francés cuesta 20.730 desde su versión menos equipada, que ya incluye faros antiniebla, climatizador de dos zonas, bluetooth, radio CD y MP3.
Conclusión
Con el nuevo Mégane, Renault ha creado un vehículo compacto elegante y maduro, recomendable en todos los aspectos (si obviamos sus limitaciones de espacio y el chasis algo duro para el día a día). Con todo, en comparación directa con el Golf VI, el modelo francés se queda algo atrás. Independientemente del chasis, la dirección, el espacio o la calidad del acabado, el VW es un poco mejor que el Renault y su motor ya cumple la norma Euro 5, mientras que el Mégane sólo llega a la Euro 4. La ventaja del Mégane, sin embargo, reside en el precio, lo que a menudo constituye un argumento más que suficiente.