En esta comparativa enfrentamos a dos monovolúmenes, uno japonés y otro coreano, en el que la calidad del interior y del equipamiento resulta determinante para tomar una decisión. La transformación que ha experimentado Kia en su lenguaje de diseño durante los últimos años ha sido por fin aplicada al Carens, un modelo demasiado tradicional (y por qué no decirlo algo insípido). Este modelo MPV, de cuatro metros y medio de largo, rezuma una elegancia sencilla y saludable, además de ofrecer en algunos aspectos detalles que rozan incluso el concepto premium. En el tema del espacio, los coreanos han interpretado de una forma acertada el viejo lema de no cambiar lo que ya funciona.
Por su parte, el Toyota Verso cumple con los patrones orientales más típicos en cuanto a diseño, con un característico lateral ascendente y con la cubierta de los pilotos traseros transparentes. En este sentido, el Verso está bastante lejos de los rivales meramente prácticos como el Citroën C4 Picasso y ofrecen un poco más de expresividad en sus formas. Por último, decir que estos dos asiáticos son coches totalmente compatibles con las necesidades cotidianas y ofrecen una alternativa sensacional a las de otras marcas generalistas.
Moderno habitáculo “made in Kia”
El Kia cumple con las expectativas del interior y no da lugar a demasiadas sorpresas. Todo está donde se espera y su botonería resulta bastante moderna y funcional. Desde el asiento del conductor se tiene una buena vista del cuadro de instrumentos, que ofrece una pantalla a color elegante en la que se resumen muchas informaciones relacionadas con la conducción. A esto hay que añadir todos los mandos en el volante y la consola central que, para ahorrar espacio, cuenta con un pequeño botón de freno de estacionamiento electromecánico en lugar de la clásica palanca. La navegación se realiza a través de una pantalla táctil y los asientos son bastante cómodos. En general, la impresión es muy buena. Otros detalles, como el volante calefactable, los sensores de aparcamiento o los retrovisores para controlar a los niños suponen un valor añadido del coche que no debemos pasar por alto.
En el otro lado, el Verso resulta algo menos convincente de puertas para dentro. Los diales redondos clásicos de Toyota acaparan el centro del salpicadero y van acompañados de una mini pantalla algo básica (el procesador es más lento y aparecen algunos gráficos pixelados). Aquí el freno de mano es clásico, pero el espacio entre los asientos delanteros es bastante generoso y sigue siendo uno de los factores clave del Verso. En cuanto a los equipamientos opcionales, en el caso de Toyota también están un escalón por debajo.
Un montón de espacio
En este tipo de vehículos orientados a la familia lo más importante es sin duda el espacio disponible para los pasajeros. En estos dos casos la oferta es muy buena, pero dado que el Verso es un poco más largo y más ancho resulta algo más recomendable que el Carens. En ambos el asiento trasero se desliza sobre rieles y ofrece tres asientos individuales, donde gracias a la ausencia de túnel de transmisión se pueden estirar las piernas con total comodidad. También se ofrece en los dos coches una tercera fila opcional de asientos, lo que permite que al menos los niños más pequeños puedan ocupar el espacio del maletero en circunstancias ocasionales.
La configuración de siete plazas no se recomienda para un uso habitual. Más bien consideramos que lo más sensato es utilizar el espacio dedicado a transportar equipaje con la versión de cinco plazas. En este supuesto, los coreanos ofrecen entre 536 y 1694 litros, mientras que el Toyota parte de 484 litros y llega hasta un máximo de 1740. En el caso del Kia, el asiento del copiloto se pliega hacia adelante, lo que permite el transporte de objetos de hasta 2,15 metros longitud.
Motores de gasolina aceptables
En cuanto a las motorizaciones de estos dos talentos, se trata en ambos casos de motores de gasolina. En el coreano se utiliza el motor de entrada de 1.6 litros que reúne 135 caballos de potencia. El Verso, por su parte, tiene 1.8 litros y moviliza 12 caballos más, lo que lo convierte en un ritmo notablemente más enérgico. El 1.6 de Kia Motors tiene un funcionamiento bastante completo, pero le falta un poco de diversión, ya que a menudo parece un poco débil y sólo responde en la parte superior. A pesar de ello, el de cuatro cilindros funciona muy silenciosamente.
Algo más vivo es el motor de Toyota, sobre todo porque el par es algo más elevado y le permite una mejor respuesta en todas las situaciones. Incluso éste tiene algo más de efectividad a alta velocidad en la carretera: con 190 km/h es 5 kilómetros hora más rápido que el Kia. En cuanto al consumo hay un claro empate con 6,8 litros en ambos casos.
Suspensión sólida
En los apartados de dinámica (tanto longitudinal como transversal) los dos protagonistas pueden proporcionar un nivel particularmente divertido. El Kia se muestra muy fiable y rápido a través de las curvas y ofrece un tarado muy cómodo con una dirección bastante precisa. La configuración del Verso también está bastante bien ajustada, incluso el ritmo en curvas puede ser un poco más alto porque la suspensión es más fina y ofrece un nivel similar de confort.
Con todo, estos dos monovolúmenes se mueven en muy el mismo nivel de precios. Los Carens 1.6 GDI tienen un precio de acceso de 15.000 euros, casi 3.000 euros menos que el equivalente en el Verso (con 132 cv de gasolina de 1.6 litros), el cual prevé, aún así, un equipo un poco más pobres. Además, en el KIA hay una variedad atractiva de extras y un nivel general más alto de equipamientos. Junto con la garantía de siete años (en Toyota son sólo tres) el Carens ofrece sin duda la relación precio-calidad más atractiva.