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Comparativa: Toyota C-HR vs KIA Niro – Dos auténticos 'influencers'

El KIA Niro y el Toyota C-HR están llamados a ser los grandes dominadores del sector. Ambos son SUV e híbridos. Pero aunque en el contenido sea el mismo, la forma de presentarlo es totalmente distinta.

Si quieres conocer sus virtudes, defectos y características, lo mejor que puedes hacer es seguir leyendo. “La palabra influencer no está en el Diccionario”. Este es el mensaje que salta en la página web de la RAE (Real Academia Española) nada más buscar dicho término. Sin embargo, como ya ha ocurrido con otros anglicismos, esta expresión está tan arraigada en nuestro vocabulario, que uno duda de si ya la hemos aceptado o no. Pero más allá de la clase de lengua improvisada, lo que realmente nos sirve para ilustrar estas líneas es uno de sus significados: “dicho de una persona o de una cosa, ejercer predominio o fuerza moral”.

Si esto lo extrapolamos al sector del automóvil, hoy por hoy, si un vehículo quiere “ejercer predominio” o triunfar, una de dos: o es un todocamino, o se mueve de manera alternativa –véase electricidad, hibridación, gas natural…-. Ahora bien, si metemos ambos ingredientes en una coctelera, el ‘mejunje’ que nos sale es tan apetecible y sabroso como los modelos que protagonizan esta comparativa: KIA Niro y Toyota C-HR.

La noche y el día

Los dos son SUV e híbridos. Pero aunque en el contenido sea idéntico, el recipiente en el que lo presentan es tan opuesto como las ideas de Obama y Trump. Una circunstancia que provoca que el público hacia el que van dirigidos sea completamente distinto. Mientras que el coreano prefiere una línea más clásica y redondeada, sin estridencias, con un corte más sobrio y apto para familias, el japonés, apuesta por una estética rompedora que tira hacia lo deportivo, gracias a soluciones como el tirador trasero oculto en el marco de la ventanilla o el alerón trasero situado sobre el portón, es decir, lo que reclama la gente joven.

Y eso que, sobre el papel, ambos presentan casi las mismas dimensiones. Su longitud y anchura son casi idénticas, de 4,36 y 1,80 metros, respectivamente, aunque el C-HR se desmarca ligeramente en lo que a altura se refiere, cifrando 1,55 metros, por los 1,53 de su rival. En cualquier caso, dichas cotas les sitúan justo en el corazón del segmento C SUV. Ahora bien, como decíamos anteriormente, el público al que irán dirigidos es bien distinto. Toyota pretende cautivar a un público principalmente joven, moderno y muy actual, mientras que la intención de KIA no es contraria a ello, pero sus miras sí están más abiertas.

Modernidad vs funcionalidad

La prueba concluyente la encontraremos en el interior, y más concretamente en su zona trasera. Aquí Toyota parece haberse olvidado de sus ocupantes, sobre todo en lo que a luminosidad y confort se refiere. Bien es cierto, que el espacio para las piernas no suscita queja alguna por nuestra parte, pero si nos centramos en el hueco para la cabeza y, sobre todo, en la anchura a la altura de los hombros, comprenderemos por qué en la presentación internacional del producto una de sus máximas era la de “ofrecer una experiencia de conducción centrada en las plazas delanteras”. El C-HR no solo ofrece una puerta pequeña y con una apertura muy limitada que dificulta el acceso, sino que una vez acomodados en el asiento, al cerrarla, la sensación que tenemos es la de estar en una cueva. El culpable, el diseño tan extravagante de su carrocería, que ha obligado a montar una ventanilla trasera demasiado estrecha. Una sensación de oscuridad que incrementa si, además, decidimos tintarlas.

En el bando contrario, el KIA Niro, quien apuesta por una zona trasera más amplia y acogedora. En este aspecto, tener 6 centímetros más de batalla es un hecho que también le beneficia, sobre todo en el espacio destinado para las piernas. Pero además, ese par de centímetros adicionales en la altura, contribuyen a que la cabeza viaje más libre, mientras que las formas más proporcionadas del habitáculo permiten que tres adultos viajen sin problemas de anchura.

Un poco más atrás, en el maletero, las tornas cambian ligeramente. Cierto es que el Niro ofrece 24 litros más que el C-HR -401 frente a 377 litros- y que tanto la altura respecto al suelo como la anchura de su boca de carga son más accesibles. Sin embargo, el diseño interno del japonés es más uniforme y permite almacenar de forma más sencilla nuestras maletas, mientras que el del Niro se ve perjudicado por la colocación de un voluminoso subwoofer ¬–un elemento opcional que se asocia al sistema de sonido JBL-.

Ambiente tecnológico

Sin marcharnos del habitáculo, las diferencias en el puesto de conducción también son evidentes entre un modelo y otro. Aquí, la apuesta de Toyota es más arriesgada al mostrarnos un salpicadero más llamativo y moderno, donde sobresale la pantalla táctil flotante de 8 pulgadas, que integra el sistema multimedia Toyota Touch 2 y que elimina casi todo rastro de botón analógico de la consola central. El Niro, por su parte, también propone una pantalla central táctil de 8 pulgadas –opcional- pero integrada en el salpicadero y con un mayor número de comandos bajo la misma, destinados tanto al sistema multimedia como a la climatización. Ambos son totalmente compatibles con Apple CarPlay aunque el funcionamiento del japonés nos ha parecido bastante más fluido.

En lo que a ajustes y materiales se refiere, ambos se encuentran muy a la par, aunque el Niro emplea menos plásticos duros y menos superficies brillantes que no se ensucien con tanta facilidad, pero ya sabemos que cuando el diseño prima todo lo demás se traslada a un segundo plano… y otra cosa no, pero el C-HR destila diseño por los cuatro costados. Por ergonomía y confort, el Niro vuelve a parecernos algo más cómodo, aunque eso no implica que los asientos del C-HR sean incómodos, todo lo contrario, sujetan más que los de su rival, pero en líneas generales, nos ha gustado más el coreano.

Entramos en materia

Una vez analizadas sus características más tangibles, toca entrar en aquello por lo que nuestros dos protagonistas han convertido en todo unos influencers de la carretera: su motor. Ambos apuestan, obviamente, por un sistema de propulsión híbrido pero,de nuevo, sus diferencias son muy acusadas. El C-HR emplea el mismo sistema del Prius, que combina un bloque de gasolina de 1.8 litros y 98 CV con una eficiencia térmica del 40% con otro eléctrico de 72 CV. En conjunto, la potencia final asciende a los 122 CV. Por su parte, el Niro toma prestado el sistema de impulsión del Hyundai IONIQ, es decir, asociando un propulsor de gasolina de 1.5 litros y 105 CV con otro eléctrico de 44 CV, para dar como resultado 141 CV. Las distinciones siguen si hablamos de la caja de cambios. Las dos son automáticas, pero mientras que el C-HR se mantiene fiel al CVT, el Niro prefiere optar, más acertadamente, por una de doble embrague con seis relaciones. Un hecho, este último, que para muchos puede que no sea importante, pero que acaba resultando determinante.

Lo es porque, en marcha, el Niro se muestra como un vehículo más confortable y menos ruidoso, sobre todo a la hora de acelerar. Y es que el sistema de transmisión mediante engranaje planetario del C-HR provoca que el motor pueda funcionar, casi constantemente, en un régimen alto de giro, independientemente de si vamos o no a una velocidad. Así, en situaciones como adelantamientos o fuertes aceleraciones, el ruido del motor se filtra muchísimo en el habitáculo, dando la impresión de que estamos viajando descontroladamente. Por el contrario, el Niro resulta más suave, más fluido con una relación entre ruido y velocidad más normal.

Ahora bien, el C-HR nos permite ‘forzar’ un funcionamiento 100% eléctrico a través del botón EV MODE situado en el túnel central. Con él activado, podremos recorrer cerca de 3 kilómetros sin gastar una gota de combustible, siempre y cuando no superemos los 50 km/h y la batería se encuentre a tope. Una vez se agote dicha autonomía, el motor de combustión entrará en funcionamiento teniendo que realizar una doble función: movernos y recargar ligeramente la batería, penalizando ligeramente el consumo. Por su parte, el Niro no posee ningún comando y tendremos que ser nosotros los que, a base de tener un buen tacto con el acelerador, conseguir que el motor eléctrico nos mueva. No es sencillo, pero con un poco de práctica se acaba logrando, aunque jamás llegaremos a ser tan eficaces como con el C-HR.

La consecuencia de esto se deja notar en los consumos urbanos. Aquí, el Toyota es capaz, incluso de rebajar el dato logrado en carretera abierta, al cifrar algo más de 4,3 l/100 km, mientras que con el Niro, el dato superó con creces los 6 litros. Ello repercute, obviamente, en el consumo medio, siendo favorable para el primero, al registrar un gasto de 5,5 l/100 km, casi 2 litros menos que lo logrado en el KIA.

  • Ficha Técnica Toyota C-HR Advance
  • Ficha Técnica KIA Niro Emotion

Motor combustión: Gasolina, cuatro cilindros en línea

Cilindrada: 1.798 cm3

Potencia: 98 CV a 5.200 rpm

Par: 142 Nm a 3.600 rpm

Motor eléctrico: Síncrono de imanes permanentes

Potencia: 72 CV

Par: 163 Nm

Potencia máxima conjunta: 122 CV

Par máximo conjunto: N.d.

Velocidad Máxima: 170 km/h

0-100 km/h: 11,0 seg.

Consumo (urbano/extraurb./mixto): 3,5 / 4,1 / 3,9 l/100 km

Emisiones CO2: 87 gr/km

Dimensiones: 4.360 / 1.795/ 1.555 milímetros

Maletero: 377 litros

Peso: 1.525 kg.

Cambio: Automática con variador continuo, CVT, de múltiples velocidades

Depósito: 43 litros

Precio: 28.500 euros

Precio ud. probada: 31.610 euros

Motor combustión: Gasolina, cuatro cilindros en línea

Cilindrada: 1.580 cm3

Potencia: 105 CV a 5.700 rpm

Par: 147 Nm a 4.000 rpm

Motor eléctrico: Síncrono de imanes permanentes

Potencia: 44 CV a 2.500 rpm

Par: 170 Nm a 1.798 rpm

Potencia máxima conjunta: 141 CV

Par máximo conjunto: 265 Nm

Velocidad Máxima: 162 km/h

0-100 km/h: 11,5 seg.

Consumo (urbano/extraurb./mixto): 4,4 / 4,5 / 4,4 l/100 km

Emisiones CO2: 101 gr/km

Dimensiones: 4.355 / 1.805 / 1.535 milímetros

Maletero: 401-1.399 litros

Peso: 1.521 kg.

Cambio: Automática, de doble embrague, con siete velocidades

Depósito: 45 litros

Precio: 29.800 euros

Precio ud. probada: 31.950 euros

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En el apartado dinámico, en cambio, pocas diferencias. Aunque parezca mentira, ninguno de los dos titubea ante una carretera con curvas. No obstante, durante la prueba, el coreano fue un punto más eficaz. Dirección y chasis están perfectamente ajustados, a lo que se une el ya comentado perfecto trabajo de la transmisión. El C-HR tampoco cojea y aunque el tacto del freno podría ser algo mejor, resulta muy divertido trazar curvas con él. Eso sí, al ir sentados en una posición más alta, notaremos algo más las inercias. Como punto curioso, el Niro cuenta con una pantalla específica en el cuadro de instrumentos que nos muestra, mediante porcentajes, el estilo de conducción que estamos teniendo, repartido entre ‘Económico’, ‘Normal’ y ‘Agresivo’.

No son baratos…

Por último, pero no por ello menos importante, toca hablar de lo que de verdad importa: el precio. En este sentido, las unidades de esta prueba ofrecían un precio casi idéntico, aunque el C-HR estaba asociado al acabado intermedio de la gama, el Advance, mientras que el Niro se combinaba con el más alto, Emotion. Ahora bien, el japonés monta, en dicho acabado, elementos inexistentes en el coreano, como el sistema de aparcamiento asistido, los sensores de parking delanteros, el asistente de luces de carretera, el lector de señales de tráfico. Opcionalmente también aparecen los faros delanteros Full LED y los intermitentes delanteros LED secuenciales, ambos pertenecientes al denominado Pack Advance Plus que cuesta 2.010 euros y que se completa con el detector de ángulo muerto, los faros antiniebla de tipo LED, el sistema de audio Premium firmado por JBL y el sistema de alerta por tráfico trasero cruzado. El sistema de navegación Toyota Touch & Go 2 o la pintura metalizada eran el otro par de extras que igualmente incorporaba nuestra unidad y que cuesta 600 y 500 euros, respectivamente.  

Por su parte, los elementos exclusivos del KIA Niro se ciñen a las barras de techo cromadas y los puertos USB traseros, pudiendo optar, en opción y por 2.000 euros a un pack que incluye la tapicería de cuero, los asientos delanteros eléctricos, con memoria, ventilados y calefactables, los traseros y el volante también con calefacción, el detector de ángulo muerto y la alerta por tráfico trasero cruzado. Así, de los 28.500 euros del C-HR y los 29.800 euros del Niro, pasamos a 31.610 y 31.950 euros. Como decimos, un precio idéntico pero que, en cuanto a número de elementos se descanta hacia el lado del japonés.

Con todo, la elección del SUV compacto híbrido más influyente del mercado se decide por nuestra situación actual. El C-HR ofrece distinción, equipamiento y modernidad, mientras que el Niro hace lo propio con la habitabilidad y el dinamismo.

¿Preparado para lo siguiente?

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