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Comparativa: Porsche Panamera Diesel vs. Jaguar XJ 3.0 V6 Diesel S – El lujo sobre ruedas

Hoy en día, los motores diésel y la clase superior conforman un binomio imposible de disolver.

La casa Mercedes equipa su Clase S con propulsores diésel desde hace más de veinte años, Audi y BMW siguieron sus pasos poco después y hace ahora ocho años que el fabricante británico Jaguar hizo lo suyo con el modelo XJ. En este sentido, parece obvio que Porsche no haya podido escapar a esta tendencia. Así, después de acceder en 2009 al segmento de las berlinas a través del Porsche Panamera, el año pasado los suabos volvieron a apostar por segunda vez en su historia por una mecánica diésel (la primera ruge debajo del capó del Cayenne). Ha llegado el momento de comparar a estos dos fabricantes.
A pesar de ser relativamente nuevo, el Porsche Panamera ha sabido hacerse un hueco en el mercado de las berlinas de clase superior. Con 3.400 matriculaciones en 2011, el hermano mayor del nueveonce se sitúa justo por detrás del triunvirato Audi/BMW/Mercedes –con unas 5.000 unidades matriculadas respectivamente– y claramente por delante del presuntamente consolidado Jaguar XJ. Tan sólo 615 compradores decidieron en 2011 adquirir en Alemania una de estas berlinas de lujo indobritánicas.

Si bien a primera vista las cifras no parecen muy alentadoras, nuestra opinión es que el fabricante Jaguar puede estar muy orgulloso de su XJ. Al fin y al cabo, la reedición presentada a principios de 2010, en la que Jaguar implementó un cambio radical en términos de diseño, se ha vendido mucho mejor que su predecesor, cuyas cifras de ventas en sus últimos años de producción ascendieron a no más de 300 unidades anuales. Y, además, Jaguar no tiene nada que envidiar al Panamera de Porsche, pese a que en este caso estamos hablando de dos mundos completamente diferentes.

Parte posterior estrecha

La nueva berlina de Jaguar, de 5,12 metros de longitud, se presenta elegante y lujosa, si bien los pasajeros no deberían presuponer demasiado espacio interior pese a que su imponente longitud. Pero no hay que preocuparse, ya que ese espacio de más lo encontrarán en la versión larga de 5,25 metros. Aunque tanto conductor como copiloto gozarán de bastante espacio, la parte trasera de la versión corta resulta algo estrecha, y no sólo por su línea de techo descendente. Este mismo elemento de diseño otorga al Panamera de 4,97 metros de longitud una presencia muy dinámica incluso antes de arrancar el motor y, sin embargo, la parte posterior del Porsche resulta todavía más agobiante. Además, en este caso la zona de conducción está bastante abarrotada.

El interior tecnócrata del Panamera está dominado por su enorme y prominente consola central que separa al conductor del copiloto. En la parte trasera de este modelo de Porsche clasificado en la categoría de cuatro puertas también encontramos una unidad de mando similar. Los de Zuffenhausen han hecho un excelente trabajo, en especial con los instrumentos redondos; a la izquierda el velocímetro, en el medio el cuentarrevoluciones y a la derecha un indicador multifunción en el que también se puede representar el plano del sistema de navegación. Como suele ser habitual en Porsche, todo el sistema se controla a través de una pequeña palanca situada en la columna de dirección.

Instrumentos poco logrados

El cuadro de instrumentos del XJ resulta absolutamente futurista, aunque por desgracia está menos logrado. Jaguar ha apostado por un panel de información completamente virtual, es decir que todos los instrumentos son meros indicadores digitales. Las posibilidades que ofrece en teoría esta tecnología sólo se aprovechan de forma limitada en la realidad. La representación resulta demasiado tosca y recuerda a los juegos de ordenador de antaño. Además, tampoco se ha pensado en la posibilidad de ordenar los instrumentos o las distintas informaciones según las preferencias de cada conductor. Tan sólo cambia la iluminación a rojo al pasar al modo deportivo y en modo de invierno los tonos son más azules.

Aparte de esta virguería no muy lograda, el interior del XJ se presenta elegante y cómodo y con algún que otro detalle técnico bastante sorprendente, como las luces de lectura que ni siquiera tenemos que tocar para que se enciendan, sino que de eso se encarga un sensor que transmite la orden de encendido acercando tan sólo la punta del dedo.

Asientos cómodos

Los amplios y suaves asientos del Jaguar, revestidos de una elegante piel que en ocasiones presenta algún que otro acabado no muy correcto, invitan a la relajación y ofrecen una excelente sensación de bienestar. En este caso la sujeción lateral desempeña un papel más bien secundario. Al contrario que los casi perfectos asientos del Porsche que resultan claramente más rígidos y abrazan firmemente a los pasajeros. Sin embargo, a pesar de haber recorrido cientos de kilómetros en ninguno de los casos uno tiene la sensación de tener que abandonar los asientos para estirar las piernas.

Y hablando de espacio, no podemos pasar por alto los 520 litros de capacidad del maletero del Jaguar que, a primera vista, parece ofrecer un volumen mucho más amplio que el del Porsche, de 445 litros. No obstante, gracias a su generoso portón trasero el Panamera resulta más sencillo de cargar y, como algo excepcional en su segmento, en este caso también se abaten los asientos traseros. De esta forma, el modelo de Zuffenhausen puede presumir de un volumen de carga de 1.263 litros.

Propulsores diésel comprados

En ambos casos, el capó esconde un motor diésel de seis cilindros y tres litros de cubicaje, aunque ninguno de ellos de manufactura propia. La mecánica del Jaguar es una evolución del diésel de 2,7 litros desarrollado por Ford en colaboración con PSA y que se produce en la fábrica que Ford tiene en Dagenham. Sin embargo, parece ser que los ingenieros de Jaguar han participado en gran medida en la concepción del mismo. En cambio, en el Porsche trabaja un propulsor de Audi que montado en los modelos de la casa de Ingolstadt se conoce con el nombre 3.0 TDI.

En cifras el Jaguar gana la partida, ya que su diésel desarrolla 275 CV y a 2.000 vueltas traslada 600 Nm al cigüeñal. El Panamera tan sólo alcanza los 250 CV y ha de conformarse con un par motor de 550 Nm entre 1.750 y las 2.750 revoluciones. Esto, por supuesto, se refleja en las prestaciones. En el Jaguar el tiempo de aceleración hasta los 100 km/h es de 6,4 segundos, mientras su velocidad máxima está regulada electrónicamente a 250 km/h. En comparación, el Porsche alcanza la misma velocidad en 6,8 segundos y no supera los 242 km/h.

Sin apenas diferencias

Sin embargo, siendo sinceros debemos reconocer que esa diferencia de 0,4 segundos sólo se nota en el cronómetro. Lo que sí llama la atención es que el Porsche resulte algo más rápido en el arranque que el Jaguar. Y eso a pesar de que tiene que volver a arrancar el motor, ya que el sistema de parada y arranque se encargó de detenerlo al llegar al semáforo. El Jaguar carece por completo de un sistema así.

Sin embargo, aunque el Jaguar se muestra un poco discreto en términos de desarrollo de la fuerza, esto sólo es al principio. Al pisar más a fondo el acelerador, el modelo británico muestra todo lo que vale y sale disparado hacia adelante como un cohete. Sobre todo porque tiene que desplazar apenas 1,8 toneladas de peso, es decir casi 100 kilogramos menos que el Porsche. Y eso, evidentemente, se nota.

Más deportividad, menos confort

A pesar de que resulta evidente que este Porsche diésel no puede competir con un Panamera Turbo ni con un nueveonce, en el duelo con el Jaguar es claramente el más deportivo. Esto queda demostrado también en las aceleraciones intermedias en autopista, ya que el Porsche las resuelve de forma algo más dinámica que el Jaguar. A esto contribuye también su cambio automático de ocho velocidades que realiza los cambios de forma más rápida –e incluso un poco más suave- que la caja de seis velocidades del Jaguar suministrada también por el fabricante ZF. En ambos casos es posible intensificar un poco más su respuesta gracias al botón «Sport».

La configuración del chasis también resulta más deportiva en el caso del Porsche, si bien la nueva generación del Jaguar es sorprendentemente dura para lo que suele ser habitual en la marca y, en parte gracias a su carrocería de aluminio ligera, es capaz de trazar curvas a gran velocidad. El control adaptativo de los amortiguadores incluido en el equipamiento de serie es el que se encarga de regular la dureza de los mismos. En realidad, lo único que se puede calificar de poco deportivo en este conjunto es su dirección sumamente suave.

Una autonomía de más de 1.000 kilómetros

En el caso del Porsche, el sistema de amortiguadores variables –denominado PASM– se encuentra dentro de la lista de los extras, donde también encontraremos la suspensión neumática (2.000 euros) con regulación de nivel. El comportamiento del Porsche en curva resulta extremadamente preciso y ágil, aunque en el apartado del confort en largas distancias por autopista poco puede hacer con el Jaguar, ya que éste último amortigua de forma mucho más suave. Las que sí resultan problemáticas son las juntas transversales sobre las que tanto el XJ como el Panamera rebotan sin ningún miramiento.

Y hablando de trayectos largos, con ambas berlinas diésel se pueden recorrer distancias bastante más largas de lo habitual antes de tener que detenernos a repostar. En teoría, el XJ registra un consumo homologado de 7,0 litros, es decir 1.170 kilómetros. El Porsche Panamera precisa medio litro menos, por lo que su autonomía superaría teóricamente los 1.200 kilómetros.

Sin embargo, en la práctica todo tiene otro color. Con un modo de conducción no del todo moderado, ambos candidatos de nuestra comparativa firmaron un consumo aproximado de 10 litros a los 100 km, por lo que la autonomía quedaría limitada a unos 800 kilómetros. Los conductores que se muestren algo más comedidos en su conducción seguramente lograrán cifras en torno a los 8 litros y pico, y eso sin tener que prescindir de nada. Y si los comparamos con sus hermanos equipados con motorizaciones de gasolina, estos dos diésel resultan realmente eficientes.

La versión más económica

Tanto más cuando ambos modelos son prácticamente las variantes más económicas de sus respectivas series. El XJ cuesta 79.750 euros, un poco menos que el Porsche, y se sitúa casi 20.000 euros por debajo del gasolina más económico, sólo disponible en versión V8. Los 80.183 euros del Porsche sólo se ven superados por el Panamera de acceso con motor de gasolina V6. Sin embargo, si en este caso encargamos el cambio automático que el diésel lleva de serie, entonces la diferencia se quedaría en tan sólo 500 euros. Sin embargo, si bien el equipamiento de serie de ambos incluye todo lo necesario, casi todos los Panamera y XJ matriculados irán equipados con multitud de extras que sus propietarios no querrán dejar pasar, lo que disparará su precio hasta límites insospechados.

En especial la casa Porsche obliga a sus clientes a desembolsar grandes cantidades de dinero por cualquier componente adicional. Como suele ser habitual en su categoría, el Panamera incluye de serie ópticas bi-xenón, aunque tanto la calefacción en los asientos como el ya mencionado sistema de amortiguación adaptativo exigen su precio aparte. En el caso del Jaguar todo esto viene de serie y, además, los británicos incluyen –entre otras cosas– su intuitivo sistema de navegación con pantalla táctil, el sistema de acceso sin llave, así como un techo de cristal panorámico. En resumen, el XJ es sin lugar a dudas la alternativa más económica.

Conclusión

No siempre tiene que ser un Audi, un Mercedes o un BMW. Con el Panamera la casa Porsche logró acceder al segmento superior con éxito y Jaguar también parece ganar cada vez más adeptos al XJ. Aquellos que deseen llamar la atención dentro de este segmento encontrarán la mejor opción en el Jaguar. Sin embargo, cada uno tendrá que decidir si su singularidad es capaz de superar al factor «Porsche».

En cualquier caso, ambos modelos constituyen una buena elección. El Jaguar es la alternativa más elegante y de mejor calidad de ambas berlinas, cuenta con el interior más amplio y lujoso y rueda de manera más cómoda. Su principal inconveniente es su cuadro de instrumentos virtual que no parece encajar del todo con su lujosa imagen.

En cambio, el Porsche es claramente el más deportivo. Se desplaza de forma más ágil, aunque esto da lugar a una cierta pérdida de confort. Su interior tecnócrata y algo más estrecho destaca por sus asientos casi perfectos. Además, el Panamera ofrece la posibilidad única de abatir los asientos traseros.

En lo que respecta al motor, ambos presentan prestaciones y consumos similares, aunque con el sistema de parada y arranque y el cambio automático de ocho velocidades, el Porsche cuenta con la tecnología más moderna. Con un precio base casi idéntico, debido a su equipamiento de serie claramente más escaso, el Porsche termina resultando la alternativa más cara.

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