Comparativa: Mitsubishi Lancer Sportback Vs. Mazda 3 5p – Poder nipón

Frente a los “tradicionales” compactos europeos, tanto el Mazda 3 como el Mitsubishi Lancer aportan diseños mucho más agresivos, una puesta a punto donde prima la eficacia sobre el confort y, sobre todo, un tacto de conducción marcadamente deportivo. Ambos suponen una compra segura y son el fiel reflejo de la lucha encarnizada que siempre ha estado presente en este segmento… En cuestiones como saber hacer, fiabilidad, buenos motores, dinamismo y deportividad, los japoneses siempre han ocupado los primeros puestos de la lista y en Europa sus vehículos siempre han gozado de gran aceptación. El Mazda 3 fue todo un superventas en su anterior generación y ya camina con paso firme para repetir su éxito con su nueva propuesta. Por su parte, el Mitsubishi hereda toda latradición deportivade sus ancestros y supone toda una revolución para la firma. El fabricante ha puesto toda la carne en el asador para asaltar el mercado con la denominada nueva gama Lancer, que ahora va mucho más allá del archiconocido y exclusivo Evolution, con versiones menos potentes, más accesibles e incluso de cinco puertas, como es el caso que nos ocupa.

“Look” agresivo

Ambos cuentan con una estética muy marcada que les otorga un aspecto muy deportivo. El Mazda 3 conserva de manera fiel los rasgos del modelo anterior pero ha sufrido una renovación profunda en su diseño. En él destacan los grupos ópticos delanteros y traseros ahora mucho más estilizados, la línea de cintura que parte de los pasos de rueda y, por encima de todo, la nueva parrilla frontal pentagonal que alberga una gran toma de aire.

El Mitsubishi Lancer Sportback también luce con orgullo su imponente parilla delantera, rasgo característico de toda la gama, inspirada según la firma japonesa en los aviones de combate que construyen ellos mismos. Por su parte, los faros y los pilotos hacen gala de unas líneas muy definidas y angulosas. Además, una vez que nos acostumbramos a mirar un Lancer que ha “perdido” el tercer volumen de su carrocería, también llama la atención sobremanera el spoiler trasero colocado sobre el portón.

Motores y respuesta

El Mazda que hemos probado equipaba el motor 2.0 de 150 CV que ya montaba la generación anterior. Se trata de una mecánica de gasolina con cuatro cilindros en línea e inyección indirecta. Poco queda por decir sobre su funcionamiento; da lo mejor de sí a partir de las 2.800 vueltas y aunque consigue unas prestaciones a la altura y mueve con brío al vehículo, no da una sensación de empuje grande. Esta variante va a asociada obligatoriamente a un cambio automático de 5 velocidades también presente en el anterior Mazda 3, cuyo funcionamiento es correcto pero que queda un tanto descolgado de la competencia (se echa en falta la posibilidad de utilizar el cambio “Activematic” de 6 velocidades que estrenó recientemente el Mazda MX-5).

Comentar que una de las motorizaciones más atractivas del nuevo Mazda 3 es la variante 2.0 pero con inyección directa, la cual rinde 151 CV y es la única que de momento incluye una de las novedades más importantes de este compacto, un sistema de arranque y parada del motor denominado “i-stop” que tendremos la oportunidad de probar más adelante.

El de la firma de los tres diamantes monta un propulsor 1.8 que rinde 143 CV, cuyo bloque principal está fabricado conjuntamente por los japoneses, Chrysler y Hyundai. En el Lancer se muestra voluntariosa y suficiente, si bien hay que llevarla siempre muy alta de vueltas (por encima de las 3.500) para sacarle todo el partido. Está asociada a un cambio manual de cinco velocidades y opcionalmente (nuestra unidad de pruebas la llevaba) puede equipar una caja automática de variador continuo con 6 posiciones fijas. Ya hemos comentado en otras ocasiones el peculiar funcionamiento de este tipo de cambios (más…), por lo que para muchos, entre los que me incluyo, la mejor opción seguirá siendo el cambio manual. Sin embargo, uno de los puntos fuertes de este cambio son las generosísimas levas que encontramos tras el volante, las cuales nos permiten cambiar con total comodidad.  

Comportamiento y consumo

Es cierto que ninguna de las dos mecánicas son especialmente brillantes en lo que al gasto de combustible se refiere, pero si tenemos en cuenta que hablamos de mecánicas de gasolina de más de 140 CV tampoco podemos decir que su consumo sea excesivo. El Mazda homologa un gasto mixto de 7,7 l, el Mitsubishi 0,6 litros más de media, 8,3. En la práctica resulta muy difícil que el primero baje de los 8 litros y el segundo de los 8,5. Además, si queremos practicar una conducción rápida, las cifras superan con creces con 11 litros a los 100 Km.

En cuanto al comportamiento de nuestros protagonistas hay que destacar las buenas sensaciones que transmiten ambos. El Mazda 3 hace gala de un magnífico aplomo, gracias al buen hacer de su bastidor y a la eficaz respuesta de las suspensiones, que priman la deportividad sin descuidar demasiado el confort. El Mitsubishi, por su parte, es un poco más incómodo y en él se perciben de forma más acusada las irregularidades del asfalto. Es el precio a pagar por un tacto deportivo, en el que destaca una carrocería que apenas balancea en curvas y cambios de apoyo. Si en el Mazda me ha gustado más el compromiso entre confort y deportividad, del Mitsubishi me quedo con su dirección, algo más precisa e informativa. Sea como fuere, sin duda los dos son coches muy nobles y fáciles de conducir incluso a ritmo elevado.

Interior y maletero

Tanto en el 3 como en el Lancer, el interior no presenta grandes detalles ni acabados vistosos, como suele ocurrir en la mayoría de coches japoneses de gama media, en el que prima la simplicidad. No obstante, en el Mazda se percibe un acabado más conseguido, con algunas zonas más agradables al tacto.

El Mitsubishi presenta la misma configuración que la berlina, con un salpicadero cóncavo y la pantalla del navegador en la columna central. Se echan en falta plásticos mullidos o zonas acolchadas porque, en general, todo resulta muy duro al tacto. Los asientos son cómodos y del puesto de conducción lo más criticable es que el volante no cuente con ajuste en profundidad, sin duda una carencia que prácticamente ha desaparecido en casi todos los de su categoría. En general y como decíamos, todo el diseño es simple y está resuelto con materiales más resistentes que vistosos.

En el Mazda, el salpicadero presenta ahora unas formas más suaves, siendo la principal novedad la ubicación de la pantalla del navegador que ahora se ha colocado en la parte superior. Para algunos compañeros resulta muy pequeña, a mi me parece sencillamente suficiente. En el habitáculo se percibe sensación de calidad en el ajuste de las piezas y el conjunto, pero también hay algunos detalles mejorables. El puesto de conducción es realmente cómodo y gracias a las múltiples posibilidades de regulación tanto de asientos como del volante nos será muy fácil encontrar la posición idónea.

En cuanto al maletero, los dos andan muy parejos. El Mazda tiene un volumen de 340 litros mientras que en el Lancer la cifra se sitúa en 344. Si abatimos los asientos la capacidad aumenta hasta los 1.360 y 1.394 l respectivamente. Ambos son muy versátiles y tienen detalles que facilitan la carga y el transporte. Por citar algún ejemplo, el primero cuenta con ganchos para colgar las bolsas y el segundo con un separador que se puede colocar a diferentes alturas.  

Equipamiento y precio

En ambos encontramos hasta cuatro niveles de equipamiento (denominados por un lado Pulse, Active, Luxury y Sportive y por otro Inform, Intense, Intense Tech e Instyle).El Mazda 3 en su acabado más básico ofrece de serie, entre otros elementos, 8 airbags, control de estabilidad, luces de emergencia automáticas, reposacabezas activos, aire acondicionado, ordenador de viaje, retrovisores eléctricos o radio CD con mp3. En las versiones más caras se pueden añadir elementos de última generación como un sistema de iluminación bixenón con iluminación adaptativa o el llamado “RVM”, un dispositivo que detecta objetos en el ángulo muerto de los retrovisores.

Si hablamos del Mitsubishi Lancer, contamos de partida con elementos como el distribuidor electrónico de la frenada, controles activos de tracción y estabilidad (desconectables de forma independiente), anclajes Isofix, airbags de rodilla, cierre centralizado, ordenador de abordo, o los ya mencionados en su contrincante, retrovisores eléctricos o radio CD con mp3. Nuestra unidad de pruebas incorporaba el acabado más costoso, que añade, entre otras cosas, arranque sin llave, tapicería de cuero, sensor trasero de aparcamiento, faros bi-xenón, control de velocidad, climatizador, asientos delanteros calefactables, sensores de luz y lluvia o un equipo de sonido Rockford Fosgate que también podemos controlar desde la pantalla táctil.

El precio inicial del Mazda 3 de cinco puertas arranca en 17.300 € y corresponde al motor gasolina 1.6 de 105 CV asociado al acabado Pulse. Curiosamente el Lancer Sportback está disponible también por lo mismo, desde 17.300 €, pero en este caso la motorización es la única mecánica gasolina disponible por el momento, con 143 CV y 1.8 litros de cilindrada. El precio de las unidades que hemos probado aumenta considerablemente, en el caso del Mazda asciende hasta los 23.200 € y en el Mitsubishi llega a los 25.250 €.

Datos técnicos

Resumen

Tanto el Mazda 3 como el Mitsubishi Lancer Sportback presentan dos de las carrocerías más atractivas dentro del competido segmento de los compactos deportivos. En la nueva generación del 3, Mazda ha dejado intacta su esencia consciente del gran éxito de ventas de su predecesor, que cautivó a los compradores por su imagen, su comportamiento y su competitivo precio. Con una pequeña revolución en su diseño, propulsores más eficientes y más avanzados tecnológicamente, notables mejoras en el acabado interior y la inclusión de moderno equipamiento, el nuevo Mazda 3 tiene argumentos más que suficientes para mantener su trono como una de las referencias del segmento. Por su parte, el Mitsubitshi Lancer Sportback cubre de manera brillante una parte del mercado, el de los compactos, que la firma de los tres diamantes había dejado de lado desde hacía mucho tiempo. La ventaja de portar orgulloso el nombre “Lancer” no es en vano, y este pariente del todopoderoso Evolution, ofrece seguridad, aplomo y mucha diversión al volante.