Con sus respectivas y apetitosas propuestas, han arrebatado un gran trozo de pastel al hasta entonces rey indiscutible, el X3, que estuvo sin competencia durante demasiado tiempo. Son seguros, eficaces y, por encima de todo, muy cómodos… “Más vale tarde que nunca” o “vísteme despacio que tengo prisa” son algunos de nuestros dichos y refranes más populares. Eso es lo que debieron pensar marcas como Audi, Mercedes o Volvo años atrás en el segmento de los todocaminos “ligeros” de gama alta, si no, no se explica que el BMW X3 fuera la única alternativa y no tuviera competencia alguna durante casi cinco años. El año pasado, como si de una reacción en cadena se tratara, todos estos fabricantes se pusieron las pilas: tanto el Audi Q5, como los SUV’s que hoy enfrentamos, el Mercedes GLK y el Volvo XC60, irrumpieron por fin en el mercado y de qué forma, para arrebatar la hasta entonces hegemonía del BMW X3.
Atractivos
No es descabellado afirmar que ambos vehículos han nacido a imagen y semejanza de modelos superiores. En el caso del Mercedes se aprecia el ADN de la clase G y si atendemos al Volvo, se puede ver todavía con mayor claridad su parentesco con el XC90.
La firma de la estrella, muy conservadora estéticamente con sus nuevas creaciones, sorprende con un automóvil anguloso, con trazos rectos y afilados, que se desmarca de esta línea tradicional. Un diseño arriesgado en el que las formas redondeadas brillan por su ausencia y donde destacan los innumerables rebordes, ángulos y aristas, la pequeña elevación del capó y la vista lateral de la carrocería.
Por su parte, en el XC60 destaca su estilizada y llamativa figura. Sin renegar del estilo característico de la firma sueca, se ha logrado una imagen que desde el primer momento, como se dice vulgarmente, entra por los ojos. Llaman la atención el prominente frontal, pero sin duda, la palma se la lleva la parte trasera, con formas sinuosas y dinámicas que encierran uno de los aspectos más vistosos de este vehículo, los grupos ópticos traseros.
Propulsores
La versión del GLK que hemos probado luce con orgullo la denominación “BlueEFFICIENCY”, sinónimo de buen rendimiento y bajo consumo en los modelos de la firma de la estrella. Concretamente, el GLK 220 CDI monta una mecánica diésel de cuatro cilindros y 2,2 litros de cilindrada que rinde una potencia de 170 CV. Emplea un sistema de alimentación por conducto común de nueva generación y su secreto reside en la sobrealimentación mediante dos turbocompresores. Se trata de un motor sobre todo silencioso y refinado. Responde satisfactoriamente desde la zona baja del cuentavueltas hasta llegar al corte de forma progresiva, destacando su suavidad. Eso sí, no da una sensación de empuje grande. De serie, está asociado a un cambio automático de 7 velocidades cuyo funcionamiento es ejemplar.
La mecánica diésel del XC60 D5 AWD la conforma el conocido bloque de cinco cilindros y 2.400 cc. de Volvo, que en nuestra unidad de pruebas entregaba 185 CV. Recientemente, esta variante ha sido sustituida en la gama con el motor D5 optimizado que ahora da 205 CV. También hay que decir que el XC60 tampoco se queda atrás en la batalla ecológica, por ello no podemos olvidarnos de la existencia de la versión 2.4D “DRIVe” (con 175 CV), símbolo en los vehículos de la firma sueca de motores eficientes con un gasto de combustible y emisiones reducido. Sea como fuere, la mecánica del XC60 que probamos, proporciona una sensación de aceleración mucho mayor que en el Mercedes, pero a cambio se muestra menos uniforme y refinada. En nuestro caso, estaba asociada a una transmisión automática de 6 relaciones por la que deberemos desembolsar unos 2.100 € extra. Una gasto prácticamente obligado ya que, por su suavidad de funcionamiento, es preferible de largo al cambio manual que trae de serie.
“Modales” y consumo
En el apartado del consumo existe una clara diferencia a favor del Mercedes, que homologa un gasto medio casi dos litros menor. En este sentido, aunque el modelo de la estrella consuma menos de todas maneras, estas cifras serían mucho más parejas si lo comparáramos con su teórico rival más directo, la citada versión ecológica “DRIVe” del modelo sueco. Pero, en el caso que nos ocupa, hay poco que decir. El Volvo homologa un consumo urbano, extraurbano y medio de 10,9, 6,8 y 8,3 litros a los 100 Km. respectivamente. Por su parte, el Mercedes anuncia 8,4, 5,8 y 6,7 litros en ciclo mixto. En la práctica, en una conducción normal y “sosegada”, con el GLK estaremos rondado un gasto de combustible medio de poco más de 7 litros, mientras que con el XC60 es prácticamente imposible bajar de los 9.
En lo referente al comportamiento de ambos en carretera, hay que destacar su eficacia y facilidad de conducción, pero, por encima de todo, el confort de marcha del que hacen gala. En trazados con sinuosos y con curvas están lejos de la “deportividad” que muestran otros SUV’s como el X3 o el Q5 (más...), para mí muchísimo más efectivos y ágiles en este aspecto.
Aunque con los dos se puede conducir a un ritmo alto sin mayores problemas, la carrocería del Volvo, por lo menos con la suspensión de serie (como opción por 1.620 € se puede instalar el “chasis activo Four C”) balancea demasiado y la sensación de control queda mermada fundamentalmente en los giros y en los cambios bruscos de apoyo. El tacto de la dirección, además, resulta algo blando para una conducción deportiva, poniendo de manifiesto que se trata de un vehículo pensado para viajar con la mayor comodidad. En el GLK por su parte, el compromiso entre confort y estabilidad está algo más conseguido y aunque la dirección es un punto más precisa y sus reacciones son en todo momento muy nobles y predecibles, subvira en exceso si le buscamos las cosquillas.
Fuera del asfalto y gracias a los sistemas de tracción total junto con la ayuda de los dispositivos electrónicos que emplean ambos (como el control de la velocidad de descenso), son capaces de rodar con ciertas garantías, siempre y cuando hablemos de desniveles y obstáculos de dificultad contenida. Tampoco he tenido la oportunidad de probarlos a fondo en pistas de tierra y campo, pero como sucede en estos casos, resulta evidente que la ausencia de reductora es un hándicap respecto a otros modelos, mucho más capaces en estas superficies.
Datos técnicos
Marca y modelo | Mercedes-Benz GLK 220 CDI | Volvo XC60 D5 AWD Aut. | ||
---|---|---|---|---|
Acabado | Momentum | |||
Especificaciones | ||||
Longitud/anchura/altura (mm) | 4.528 / 1.840 / 1.689 | 4.628 / 1.891 / 1.713 | ||
Distancia entre ejes (mm) | 2.755 | 2.774 | ||
Diámetro de giro (m) | ||||
Peso (kg) | 1.845 | N.D. | ||
Volumen del maletero (l) | 450 / 1.550 | 495 / 1.455 | ||
Neumáticos | 235 / 60 R17 | 235 / 65 R17 | ||
Motor | ||||
Cilindrada (cc) | 2.148 | 2.400 | ||
Potencia (cv) | 170 | 185 | ||
Par máximo (Nm/rpm) | 400 / 1.400-2.800 | 400 / 2.000 | ||
Tracción | Total | Total | ||
Transmisión | Automática 7 velocidades | Automática 6 velocidades | ||
Consumo | ||||
Combustible | Gasolina | Gasolina | ||
Urbano/Carretera/Combinado (l/100km) | 8,4 / 5,8 / 6,7 | 10,9 / 6,8 / 8,3 | ||
Emisiones CO2 (gr/km) | 176 | 219 | ||
Consumo durante test (l/100km) | 7 | 9 | ||
Características | ||||
Aceleración 0-100 km/h (s) | 8,8 | 9,9 | ||
Recuperación 80-100 km/h (s) en 4ª | N.D. | N.D. | ||
Capacidad depósito (l) | 59 | 70 | ||
Velocidad máxima | 205 | 200 | ||
Precio (sin extras) | ||||
Euros | 42.850 | 44.445 | ||
Equipamiento extra | “Paquete deportivo exterior” (2.144 €), “Paquete interior” (907 €), Sistema "Presafe" (457 €) | Chasis activo "Four C" (1.620 €), Dispositivo alerta información puntos ciegos "BLIS" (629 €) | ||
Más datosMenos datos |
Interior y maletero
Como es de esperar, la calidad de realización que percibimos en el habitáculo no presenta sorpresa alguna. Consideradas marcas “Premium”, tanto al Mercedes como al Volvo se le presupone un nivel elevado en cuanto a materiales, ajuste de piezas y ergonomía se refiere; en este sentido no defraudan y cumplen con creces lo esperado. Además, los más sibaritas podrán “decorar” los interiores a su gusto, por ejemplo con inserciones en madera, aluminio etc. u optar por una elegante tapicería de cuero de primer orden. Claro está, para los primeros casos preparen una media de unos 450 € en ambos modelos y, si quieren darse el capricho de la tapicería, 2.498 y 1.719 € respectivamente
En general, en los dos modelos, la mayoría de los mandos y botones quedan a la vista y son fáciles de accionar. El XC60 agrupa la mayoría de éstos en la ya característica consola flotante que ahora también integra la pantalla del navegador. Si hablamos de habitabilidad, los dos pueden presumir de una amplitud relativa, pero no destacan especialmente respecto a modelos de la competencia. En las plazas delanteras hay espacio de sobra, incluida la altura. Todo esto, sumado a las múltiples regulaciones que permiten el volante y los asientos (los cuales proporcionan un confort y una sujeción más que correcta), hacen que encontrar la posición idónea sea de todo menos un problema.
Por cierto, si queremos que éstos tengan memoria y dispongan de ajuste eléctrico, tendremos que pagar 1.620 € en el GLK y 875 € en el Volvo (en el modelo sueco únicamente para el asiento del conductor). Detrás, dos adultos pueden viajar con comodidad; para un tercer ocupante la plaza central trasera es más aprovechable en el XC60, que además de tener algo más de anchura presenta un respaldo con un mullido mucho más blando.
En cuanto al maletero, existe una sensible diferencia a favor del Volvo. Así, el XC60 cuenta con un volumen de carga de 495 litros mientras que el Mercedes posee 450. Con los asientos traseros abatidos giran las tornas, y, en este caso, el alemán tiene 1.550 por los 1.455 litros del sueco. En ambos, la boca de carga es un tanto elevada (algo normal en este tipo de coches) pero lo que realmente destaca es su versatilidad y diversos detalles para facilitar la disposición y organización de la carga: pequeños compartimentos, doble fondos, ganchos y hasta redes en el caso del XC60, nos hacen la vida más fácil.
Equipamiento
En el GLK se ofrecen dos configuraciones básicas, una pensada mayoritariamente para su uso en asfalto y otra adaptada a una utilización más “offroad”. Además de estos paquetes cerrados, que son incompatibles entre sí, opcionalmente podemos añadir multitud de packs: es el caso de, entre otros, el “Paquete deportivo exterior” (2.144 €) que incluye elementos como llantas de aleación de diferente diseño, faldones laterales, barras portaequipajes o suspensión deportiva, el “Paquete interior” (907 €), con embellecedores de aluminio y tapicería de cuero y tela, o el Paquete Técnico Offroad-Pro (547 €), que suma una brújula, un protector de cárter y levas de cambio tras el volante.
Entre el equipamiento de serie destaca la dotación de seguridad, con airbag frontales, laterales y de rodilla para el conductor e incluso pedales autoplegables en caso de accidente. En el habitual cóctel de ayudas electrónicas no faltan dispositivos como el control de estabilidad, el control de tracción, el asistente de frenada de emergencia, o el control de descenso de pendientes. Opcionalmente puede tener un sistema denominado “pre-safe” (457 €) que se anticipa o mitiga una posible colisión.
Pero si el GLK es un vehículo en el que la seguridad es una de las prioridades, el XC60 es una de las claras referencias en este aspecto. Encontramos tres niveles de equipamiento llamados “Kinetic”, “Momentum” y “Summun”. Independientemente de nuestra elección, de serie, el modelo sueco, cuenta con un dispositivo denominado “City Safety”, que actúa para prevenir accidentes. Siempre y cuando no superemos los 30 Km/h, este sistema puede llegar a frenar completamente el vehículo sin intervención alguna del conductor. También incorpora otro sistema de seguridad que, mediante una tira de diodos luminosos rojos parpadeantes, advierten sobre la cercanía del vehículo que nos precede.
Lógicamente no faltan sistemas como el control de estabilidad, de tracción, asistencia en la frenada de emergencia e incluso un control antivuelco. Resulta curioso que en medio de todo este arsenal no sea posible disponer de una conexión automática de las luces, que deberemos acordarnos de apagar cada vez que bajemos del coche. Opcionalmente, por 880 €, existe un paquete que incluye alerta por cambio involuntario de carril y un dispositivo que detecta el grado de cansancio del conductor. Nuestra unidad de pruebas lo incorporaba y, en mi caso, tras conducir más de 2 horas seguidas, no le encontré demasiada utilidad, pues mi grado de atención (mostrado a través de una barrita con 5 posiciones en el cuadro de instrumentos), apenas variaba.
Precio
El Mercedes GLK 220 CDI 4Matic BlueEFFICIENCY, la versión que probamos, tiene un precio base de 42.850 € y se trata del escalón de acceso a la gama. Nuestra unidad de pruebas incluía varios extras de los citados anteriormente que catapultaban su precio hasta los 47.300 €. Por su parte, el precio base del Volvo XC60 arranca en 35.975 € y corresponde a la versión Kinetic 2.4D DRIVe de 175 CV. Nuestra versión era el Volvo D5 AWD Automático con el motor de 185 CV (que acaba de ser sustituido por el de 205 CV) y el acabado Momentum, cuyo coste inicial es de 44.445 €. De nuevo, al sumar el equipamiento opcional de nuestra unidad (alerta por cambio involuntario de carril, dispositivo de grado de atención del conductor…) el precio final también se situaba en torno a los 47.000 €.
Resumen
Fáciles de conducir, precisos, y sobre todo seguros, el Mercedes destaca por su excelente compromiso entre estabilidad y confort en todo tipo de terrenos mientras que el Volvo tiene a su favor un completo arsenal de tecnología de seguridad de última generación, una estética con gancho, y un precio base inferior. El aspecto verdaderamente diferenciador respecto a la competencia es que tanto el GLK como el XC60 pueden presumir de ser dos de los SUV’s más cómodos y confortables del mercado.
Si quieres conocer más detalles o dar tu opinión sobre este artículo, escríbenos a redaccion@autoscout24.com