Mientras, el checo puede presumir de motores turboalimentados, menos consumo en sus mecánicas y mejores posibilidades de equipamiento desde 3.000 euros más. ¿Será una diferencia justificada?...
Ninguno de los dos tiene más de dos años en el mercado. Kia, por ejemplo, creó el Soul como una forma de mantener la estética SUV dentro de la ciudad. De hecho, siempre han tenido más intención de seguir apostando por el carácter lúdico de este modelo (ver el prototipo del Soul´ster) antes que darle un carácter todocamino. Skoda, por el contrario, prefirió conservar las cualidades “offroad” que lo distinguen por encima de su rival coreano y aprovechar el buen hacer de los motores TSI del grupo Volkswagen. Así, las diferencias de más de 3.000 euros en el precio dejan claro que pagas lo que te llevas, ni más ni menos.
Estética
Con el Soul hay poca elección en cuanto a la apariencia exterior. El motor de gasolina va asociado a una única terminación (Diva) y no hay mucho que hacer para personalizarlo. Tan sólo la pintura metalizada, la calandra Burner o las pegatinas para la carrocería serán de las pocas elecciones que tendrá el cliente en el concesionario, además de unas molduras negras para las puertas o las barras en el techo, que dotan de bastante carácter al Soul. El punto en contra - totalmente mejorable - es la ausencia de llantas de aleación para los neumáticos R15 que no le hacen ningún favor, más aún cuando para las versiones Burner se ofrecen llantas de aleación ¡directamente de 18”!. Por cierto, ni antinieblas ni faros de xenón pueden adquirirse en la versión de gasolina.
En cuanto al Yeti, ¿tanta diferencia hay con respecto al Soul?. Revisando su equipamiento exterior, la versión más básica (1.2 TSI de 105 cv con tracción delantera) añade los faros antiniebla, las lunas tintadas y las llantas de 16”. Si, por ejemplo, queremos adornarlo con equipamiento específico como llantas de 17”, barras longitudinales plateadas, guardabarros traseros y un pack de faros bixenon autodireccionables, la cuenta ya superará los 18.500 euros. Pero aún hay más. Si el Yeti lo queremos con motor de gasolina y tracción total (como el de las fotos), el salto cualitativo es directamente proporcional al precio: el cliente deberá reunir 24.000 euros a cambio de una estética imponente, tracción total y un brillante motor (el 1.8 TSI de 160cv que ya probamos en el Passat CC).
De viaje
La estética tan angulosa –más bien cuadrada- de ambos modelos tiene un sentido lógico: dar amplitud y espacio para todos los ocupantes independientemente de la talla de éstos. Así, tanto en el Soul como en el Yeti podrán viajar cómodamente personas muy altas porque el espacio disponible hasta el techo es muy generoso.
Ambos miden prácticamente lo mismo en altura y anchura, y sólo les diferencian los 12 centímetros extras con los que cuenta el Yeti en longitud. Esto se traduce en que el de Skoda dispone de algo más batalla y por tanto algo más de espacio para las piernas en las plazas traseras. Pero nada más. El Soul no es inferior en comodidad y, de hecho, cuenta con mejores y más grandes respaldos para los ocupantes.
En cuanto a la comodidad en carretera, es importante comprobar cuál es el confort acústico en modelos tan poco aerodinámicos como éstos. En este sentido, el Yeti está mejor aislado acústicamente y parece mejor resuelto porque deja pasar menos ruido del motor y del asfalto dentro del habitáculo. En el KIA, la terminación en este sentido es bastante aceptable aunque está más bien lejos de su rival.
Maletero
Que ambos modelos presuman de un interior espacioso y cómodo debería ir ligado a un maletero proporcional. ¿Es así?. Nada más abrir los portones salta a la vista que no. Sólo el Yeti es favorable para largos viajes; primero porque la tarea de carga es más fácil (el suelo del maletero es plano) y segundo porque tiene casi el doble de capacidad (405 frente a 222 litros). Además, se puede configurar con accesorios como el doble fondo o la red divisoria.
En el Soul, cargar una maleta grande supone levantarla demasiado, ya que hay que salvar una tapa de unos 15 centímetros (que no puede desplegarse como en otros modelos) para luego dejar caer la maleta al fondo del maletero. Una vez superado esto, hay espacio para dos bultos de tamaño medio o uno relativamente grande.
Mecánica
Que nos decantemos por un Yeti no nos permitirá dar rienda suelta a nuestro instinto salvaje. Aunque algunos modelos del Yeti tengan tracción total, no es un todoterreno en ningún caso. Sus protecciones de plástico lo evidencian y la tracción total parece más encaminada a darle dinamismo en carretera o ganar agilidad en caminos de arena relativamente fáciles. Lo más parecido que tiene con respecto a un todoterreno es el asistente de descenso en pendientes, pero no está disponible en las versiones básicas Active. Lo mejor, sin duda, es el motor 1.8 TSI de 160 cv, cuyas cualidades pueden dar por satisfecho al cliente más exigente. Empuja desde muy abajo y permite estirar bastante cada marcha, es silencioso, permite velocidades bastante altas a un régimen bajo y es relativamente ahorrador para las buenas prestaciones que tiene (8 litros casi imposibles de bajar). Con el motor 1.2 TSI de 105 cv se puede reducir el gasto de combustible en al menos 1,5 litros.
El motor del Kia Soul (un único 1.6 gasolina de 124 cv) no cuenta con turbo pero sí con inyección directa. Es un motor muy silencioso en parado (a veces da la sensación de que se ha calado), no vibra prácticamente nada y es muy recomendable (por el manejo de los pedales y el cambio) para un uso mayoritariamente urbano. Tiene un cambio manual de cinco velocidades agradable y sus desarrollos permiten alcanzar en autopista una velocidad dentro de los límites sin consumir excesivo combustible (ronda los 7,5 litros). La pega es que el depósito es pequeño (48 litros frente a los 60 del Yeti) y puede resultar incómodo si hacemos muchos kilómetros con él a diario.
Equipamientos
La lista de equipamiento y accesorios que puede llevar el Skoda Yeti es casi interminable y hace que la versión más cara, con todo el equipamiento disponible, cueste casi 44.000 euros. Decimos esto porque puede ser interesante para alguien amante de los lujos y caprichos (tapicería de 2.000 euros y disco duro de 80 gb) pero es poco útil para un coche como éste.
El KIA, a años luz en este sentido, ofrece accesorios más espartanos pero útiles, y no engrosan en exceso la cuenta final. Unas llantas de aleación Burner costarán 415 euros, la calandra en color rojo otros 260 y casi 300 más para la moldura negra de las puertas. En total, podemos tener un Soul por unos 15.000 euros en los que ya se incluye control de estabilidad, entrada auxiliar para iPod y USB, volante multifunción y rueda de repuesto de emergencia.
Resumen
Cualquiera de los dos coches, da igual la mecánica o el precio, deberá superar la criba que ha dado lugar a esta comparativa: su especial diseño. O los amas o los detestas. Si estás en lo primero, el Soul te podrá contentar si quieres un uso urbano con un equipamiento aceptable y un precio atractivo. Si por el contrario necesitas equipamiento y vas a combinar la ciudad con un poco de aventura, un Yeti será lo más apropiado aunque tu bolsillo lo note. Los dos son espaciosos, divertidos y dan al conductor una cierta sensación de vehículo todocamino. El Skoda Yeti con tracción delantera está disponible desde 17.290 euros y con tracción total (en gasolina) desde 24.770 euros. El Soul lo tienes desde 15.000 euros con el equipamiento extra ya incluido. Aquí es sólo tu bolsillo el que decide.
