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Comparativa: Hyundai Veloster vs. Opel Astra GTC – Tres contra dos

Los dos puertas son poco prácticos. El acceso a las plazas traseras es fatigoso, el espacio suele ser escaso y el banco trasero suele ser poco apto como zona de almacenamiento. Sin embargo, Hyundai pretende hacer frente a todos estos prejuicios con una tercera puerta.

¿Lograrán los coreanos su objetivo? ¿Será esto suficiente para superar al Opel Astra GTC de dos puertas?
Al mirar con más detenimiento el Veloster es cuando nos damos cuenta de la existencia de una maneta integrada en el marco de la ventanilla situada en el lado del copiloto. Su objetivo es facilitar el acceso de los pasajeros las plazas traseras. El hecho de que la puerta esté situada en el lado derecho es perfecto para que los pasajeros puedan descender del vehículo por el lado de la acera. Sin embargo, a menudo el conductor se enfada por la ausencia de una segunda puerta en su lado, ya que esto no le permite colocar tranquilamente la chaqueta, la bolsa o el paraguas en la parte trasera.

Pero, ¿por qué Hyundai no ha dotado al Veloster de cuatro puertas? Muy sencillo: tres es un magnífico reclamo de marketing. Mientras que otros siguen sosteniendo que en el caso del dos puertas el espacio situado detrás del montante B se puede aprovechar para configurar una zaga deportiva –buena prueba de ello es el Opel Astra GTC–, con el Veloster Hyundai demuestra que incluso con dos puertas en un lateral es posible conseguir una línea dinámica.

Opel ofrece mucho espacio para cinco

Sin embargo, el techo plano, 5 cm menos de batalla y 24 cm menos de longitud (4,22 metros) hacen del fondo del Veloster un espacio mucho más estrecho y, mientras que en el Opel pueden llegar a tener cabida hasta tres pasajeros en el banco trasero, el modelo coreano solo ofrece dos plazas y un soporte portavasos entremedias. La primera fila del Opel también es algo más espaciosa, aunque a cambio bastante menos deportiva.

Hyundai ha diseñado para el Veloster un salpicadero bastante fresco y moderno, que con sus instrumentos hundidos en unos profundos tubos, unas salidas de aire de corte radical y una moderna consola central subrayan el carácter dinámico del modelo coreano. En cambio, Opel mantiene para el GTC el mismo salpicadero que en el modelo de cinco puertas, incluida la consola central a la que le sobran multitud de botones.

Poca visibilidad en el Veloster

En ambos casos los asientos ofrecen una buena sujeción lateral, siendo los del Hyundai algo más blandos que los asientos deportivos del Opel, aunque no por ello menos cómodos. Gracias a un volante que presenta un gran margen de regulación en profundidad, en el Veloster no resulta difícil encontrar la posición de conducción óptima. Además, la posición es algo más baja que en el Astra y, gracias a un aproximador de plástico fijo, el cinturón resulta fácil de alcanzar, aunque el reposabrazos central ocupa una posición demasiado atrasada.

En el apartado de los acabados ambos candidatos obtienen la misma puntuación, aunque en el caso de la visibilidad el modelo de Rüsselsheim es el que gana la partida. El montante A plano, el montante C ancho y la luneta trasera elevada, dividida en dos y con el alerón situado en el medio dificultan en el Veloster la visibilidad prácticamente en cualquier dirección. Además, la zaga de líneas expresivas del Veloster juega en contra del volumen de su maletero. Con 320 litros de capacidad se sitúa 60 litros por detrás del Astra y, además, el equipaje ha de superar primero un escalón bastante elevado para llegar al interior del compartimento de carga. En ambos casos el respaldo del banco trasero se pliega de forma asimétrica.

Motor de aspiración frente a turbo

De la propulsión de encarga en ambos casos un motor de gasolina de 140 CV. Mientras que el Hyundai obtiene esta potencia a la antigua usanza de un motor de aspiración de 1,6 litros e inyección directa, en el caso del Opel esta tarea la realiza un cuatro cilindros de 1,4 litros que compensa su menor de cilindrada con un turbocompresor. De esta forma, por un lado la potencia del Astra alcanza mucho antes su punto álgido, a 4.900 revoluciones (Hyundai: 6.300 rpm), y, por otro, el Opel traslada un mayor par motor a las ruedas delanteras a regímenes más bajos. En el Astra, a partir de las 1.850 revoluciones ya disponemos de 200 Nm; mientras que el Veloster alcanza a 4.850 vueltas un máximo de 167 Nm.

Si bien el cambio del Hyundai, con sus seis marchas bien escalonadas, no tiene ningún problema en mantener el motor a estos niveles de revoluciones, gracias a su mayor empuje el Astra es más rápido a la hora de ponerse en marcha y a velocidades elevadas se muestra notablemente más elástico. A partir de los 160 km/h el desarrollo de la potencia en el Veloster se vuelve cada vez más lento y también tarda más tiempo en alcanzar la velocidad máxima de 200 km/h. Sin embargo, el Opel tampoco logra mucho más, ya que a pesar de todas las ventajas tampoco es un motor realmente divertido.

Poco peso, más agilidad

El hecho de que con un tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h de 9,7 segundos el Veloster le saque incluso dos décimas al modelo de Rüsselsheim se debe sobre todo a su menor peso. En este sentido, el Hyundai pesa casi 130 kilos menos que el Astra de 1,4 toneladas de peso. Una ventaja que repercute también en el comportamiento en circulación: el Veloster parece más ligero, directo y maniobra de forma más ágil. En el comportamiento transversal, el Hyundai de suspensión más rígida vuelve a recuperar la ventaja que el Opel se había adjudicado en el apartado de la aceleración longitudinal, aunque con un menor confort y un eje trasero algo nervioso. En nuestra unidad de prueba el chasis del Opel se podía regular en tres niveles e incluso en modo deportivo el Astra amortigua mejor las ondulaciones del terreno y las juntas transversales.

Además, el Opel muestra una mayor disciplina presupuestaria. Sobre el papel, el Astra equipado con el propulsor 1.4 Turbo, siempre en combinación con la función automática de parada y arranque, presenta un consumo de 5,9 litros, mientras que el Hyundai, sin función de desconexión del motor (330 euros), registra una cifra de 6,5 litros a los 100 kilómetros. Como cabía esperar, en la práctica ambos difieren de las cifras oficiales. El Astra consume de media unos ocho litros, mientras que el Veloster llega a los diez litros, e incluso más en los tramos más rápidos por autopista. La peor progresión del motor de aspiración induce a conducir a un régimen de revoluciones más elevado, lo que dispara el consumo.

Un Hyundai completo

El Hyundai resulta algo más económico que el Opel, puesto que el precio del primero es de 19.390 euros en el acabado Sport y el alemán desde 21.620 con la terminación Sportive. Esta segunda línea de equipamiento es más recomendable y de mejor calidad y en ambos casos cuenta con ruedas de 18 pulgadas en lugar de las de 17 pulgadas.

En el caso del Astra, la casa ha puesto a su disposición multitud de extras procedentes de las clases superiores que van desde un chasis adaptativo, pasando por la cámara delantera con sistema de advertencia de cambio de carril y reconocimiento de señales de tráfico y hasta un volante calefactable. Tan solo los asientos de piel con calefacción y los sensores de aparcamiento traseros, incluidos de serie en la línea de equipamiento Premium de Hyundai, cuestan en el caso del Opel aproximadamente el doble de lo que uno se ahorra con el precio básico.

Conclusión

La tercera puerta del Veloster es un divertido truco de marketing, aunque realmente no le hace ser mucho más práctico que cualquier dos puertas convencional. Quizá hubiera sido sensato situar la puerta en el lado izquierdo del coche, ya que, al fin y al cabo, el conductor siempre está a bordo y los pasajeros de la parte trasera solo de vez en cuando. Un acceso más sencillo al banco trasero como superficie de almacenamiento sería mucho más útil.

En cambio, el modelo coreano es capaz de convencer con un salpicadero más deportivo, un comportamiento en circulación más ágil y un precio más económico. El hecho de que ofrezca menos espacio en la parte trasera tampoco resulta muy importante al tratarse de un dos puertas e incluso su maletero algo más pequeño también es suficiente. Por el contrario, el Astra cuenta con el mejor motor. Si bien el 1.4 Turbo no se encuentra entre los propulsores más divertidos del mercado, en comparación con el motor de aspiración del Hyundai destaca por su mejor progresión y unas cifras de consumo más reducidas.

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