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Comparativa: Hyundai ix35 2.0 CRDi vs. VW Tiguan 2.0 TDI – Al César lo que es del César

El VW Tiguan, presentado hace ya tres años y a punto de ser sometido a una completa revisión, continúa vendiéndose sin mayores esfuerzos y figura como uno de los primeros en el ranking, acompañado del Ford Kuga y por delante de rivales difíciles de superar como el BMW X1.

Con el ix35, la casa Hyundai ha lanzado al mercado un nuevo SUV compacto que espera se haga pronto un hueco entre los compradores. Este nuevo modelo se sitúa a un nivel similar al del económico Duster y claramente por delante del Yeti. Sin embargo, ¿podría este coreano llegar a suponer un peligro para el que se ha convertido en el referente de este segmento?
En lo que respecta al precio, por supuesto que sí. Este aspecto ha sido, es y seguirá siendo dominio de los coreanos. No obstante, resulta evidente que los vehículos de los fabricantes asiáticos hace tiempo que dejaron de ser baratos. La diferencia de precio entre un Hyundai ix35 2.0 CRDi con tracción integral y 136 CV y un VW Tiguan 2.0 TDI 4Motion de 140 CV asciende, con un equipamiento similar, a 4.000 euros. Por supuesto que se trata de mucho dinero, pero que si tenemos en cuenta el nivel de precios en el que se mueven estos vehículos tampoco es un mundo.

¿Qué obtendremos por el precio que pagamos?

Para situarnos correctamente debemos decir que Hyundai ha fijado el precio del ix35, en su acabado «Style» y con algunos extras útiles, en unos 31.000 euros. Aproximadamente 34.000 euros cuesta el Tiguan Country que se distingue por su frontal más achaflanado y que promete resultar beneficioso para las travesías más difíciles.

Estos precios exigen algo a cambio. Ni al uno ni al otro le falta nada en cuanto al equipamiento. Tanto es así que ambos modelos poseen elegantes llantas de 17", pintura metalizada, navegador, programador de velocidad, instalación manos libres para el teléfono y, por ejemplo, climatizador y faros antiniebla. El Hyundai incluye además asientos parcialmente en piel y una cámara de visión trasera.

Si bien para algunos interesados y compradores el Tiguan resulta atractivo por su discreción creativa, para otros su diseño resulta insípido y aburrido. El Hyundai también provoca división de opiniones, aunque es cierto que el término «aburrido» no es el más acertado. Más bien, recargado, agotador, cromado o con demasiados accesorios.

Y lo agotador resulta más que evidente. La visibilidad panorámica es malísima. Quienes deseen visualizar el carril bici a la hora de girar hacia la derecha, deberá haber asistido con anterioridad a clases de yoga. Los montantes A también molestan al encontrarse directamente en el campo de visión. En este aspecto el Tiguan es mucho más cómodo, ya que es más anguloso y sus ventanillas tienen una mayor superficie.

Más espacio en el VW

Esta ventaja también resulta perceptible para los ocupantes. Con unas dimensiones prácticamente idénticas, el Tiguan ofrece una mayor sensación de espacio, aunque sensación que no sea muy objetiva. Aunque ofrece una mayor libertad de movimiento lateral en la zona de la cabeza, el espacio para las rodillas y las piernas es igual de generoso en ambos coches. Sin embargo, los asientos del Tiguan son mejores. En la parte posterior, los asientos individuales ajustables longitudinalmente, y con posibilidad de variar la inclinación del respaldo, proporcionan un cómodo ángulo para las rodillas.

En el ix35 el banco trasero de dos piezas fijo presenta una posición de montaje demasiado baja, lo que tiene como resultado que las nalgas sean las únicas que entren en contacto con el asiento. Ambos maleteros tienen cabida para casi la misma cantidad de bultos, aunque en el Hyundai hay incluso sitio para la rueda de recambio.

Más cómodo en el VW

Volvamos a los ocupantes. A la hora de sentarse tanto piloto como copiloto disfrutan de una buena posición, aunque el Tiguan es el que posee los mejores asientos. Lo mismo ocurre con los acabados y con la selección de materiales. El interior del Tiguan procede, al igual que antes, del Golf Plus y convence tanto ergonómicamente como al tacto, aunque no todos lo encuentren bonito.

En este aspecto uno se sorprende incluso de lo bien que juega sus cartas el Hyundai. En algunos puntos los más críticos preferirían un plástico algo más blando (túnel central y parte superior del salpicadero) y, además, la posición del reposabrazos delantero debería poder regularse. En resumen podemos decir que este coreano deja poco margen para críticas, tanto por dentro como por fuera.

Hyundai es más económico según normativa Mientras que el ix35 Diesel se presentó con el cambio manual de seis velocidades montado de serie y con un manejo preciso, el Tiguan llegó con el nuevo DSG de siete velocidades (versión reforzada) instalado por VW por primera vez en este modelo. Digamos de antemano que el nuevo DSG no se merece ninguna recomendación. ¿Por qué?  La sexta y la séptima marcha presentan una relación de transmisión tan larga que en autopista uno tiene la sensación de estar rodando en un diésel de 100 CV. A menudo se recurre a la intervención manual, algo que no tiene mucho sentido en un cambio automático. Además, el DSG resulta algo estresante a la hora de maniobrar, ya que vibra un poco al arrancar suavemente y siempre necesita un segundo de cortesía para ponerse en marcha. Todo esto resultaba mucho más fácil con la antigua caja automática de seis velocidades.

En cambio, los de Wolfsburg han mejorado el consumo de combustible. Con el DSG el Tiguan tan sólo consume 6,4 litros, lo que supone un ahorro de 1,1 litros en comparación con el antiguo cambio automático con convertidor. Esto no cambia el hecho de que el motor diésel de dos litros del Hyundai consume 5,7 litros según normativa. En una conducción mixta como la llevada a cabo durante la prueba, ambos modelos registraron un consumo de casi ocho litros. Nuestros más sinceros respetos a la casa Hyundai que, en este caso, aporta el vehículo más ágil a la comparativa.

A igual potencia, el ix35 resulta más ágil

Y esto pese a que con sus 136 CV, el modelo coreano cuenta con 4 CV menos que el Tiguan. En lo que sí están de acuerdo es en el par motor: desarrollan 320 Nm a partir de 1.800 vueltas del cigüeñal en dirección al eje delantero. Hasta que allí no se detecta cierta pérdida de adherencia no se traslada la potencia en cuestión de milisegundos a la parte posterior. En tiempo de aceleración esto significa que el ix35 necesita 10,4 segundos para llegar a los 100 km/h, mientras que el registro del Tiguan asciende a 10,6 segundos. La velocidad máxima alcanza los 181 y 186 km/h, respectivamente, aunque el Tiguan necesita más carrera.

Pese a su larguísima relación de transmisión, el motor diésel del VW también refunfuña de forma perceptible a 160 km/h. En este aspecto el Hyundai resulta más elegante, aunque cabe resaltar que sobre todo al arrancar en frío y al acelerar partiendo de unas revoluciones bajas (la presión comienza a partir de 1.200 vueltas) éste se asemeja más a un tractor que a un automóvil. En el caso del Tiguan uno desearía una versión de 170 CV o que la casa prescindiera del DSG, una petición que rara vez se pondrá sobre la mesa pero que en este caso está fundamentada.

Demasiado rígido

Algo similar ocurre con el chasis. El Tiguan se presentó con el sistema DCC de casi 1.000 euros. El chasis adaptativo logró convencernos en la última prueba con el Tiguan. Sin embargo, en combinación con las llantas de 17" y la tracción integral, el de Wolfsburg resulta alto torpe en modo Confort. El modo Normal es innecesario y el modo Sport absurdo. Sin embargo, el Hyundai ix35 no es más cómodo. En su caso llama la atención, además, la respuesta de los amortiguadores, donde los ingenieros no se han lucido mucho. La pseudo-deportividad es algo que nos molesta bastante en los SUV. Además, casi nadie corta el viento con estos vehículos. En autopista, en conducción por ciudad y en todas partes donde tan sólo se desee rodar cómodamente, tanta dureza resulta bastante molesta.

Ninguno de los dos vehículos destaca en su faceta de todoterreno. El Tiguan, equipado con el frontal achaflanado Track & Field, es capaz de acceder a las rampas más empinadas, aunque subirlas es ya otra cosa. En este caso, los neumáticos de calle ponen punto final a la aventura demasiado pronto. El Hyundai posee un ángulo de inclinación algo inferior, sin embargo incorpora un diferencial central que se puede bloquear pulsando un botón, lo que le permite destacar sobre pisos mojados y resbaladizos. Ambos muestran el mismo comportamiento en lo que respecta a la frenada. Pese a la humedad, los dos se detienen tras 40 metros.

Conclusión

El Hyundai logra convencernos sobre todo con su motor potente y económico. La oferta de espacio es buena, aunque la visibilidad resulta algo peor debido a su diseño. Definitivamente su precio le proporciona una clara ventaja frente a su competidor, aunque no creemos que esto logre convencer a los posibles compradores del Tiguan. El VW presenta mejores acabados, ofrece mayor sensación de espacio y está mejor organizado. Básicamente, el motor TDI está bien, aunque en el caso del Tiguan resulta más ruidoso que en otros VW y no armoniza del todo con el nuevo cambio DSG de 7 velocidades. Nosotros recomendamos el VW con el chasis de serie y el cambio manual, puesto que en cualquier caso en el ix35 no se puede cambiar absolutamente nada.

*Algunos detalles de equipamiento pueden no corresponderse con el mercado español.

¿Preparado para lo siguiente?

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