Hasta los años 90, tanto el VW Scirocco como el Honda CRX fueron dos potentes vehículos disponibles a un precio asequible y, durante mucho tiempo, también fueron dos de los principales protagonistas de la animada vida nocturna que se tenía lugar en las gasolineras de los pueblos y de la periferia de las grandes ciudades. Pese a que se trata de vehículos con mucho carácter que despiertan grandes emociones, ambos fueron retirados de sus respectivas gamas sin contar con ningún sustituto equivalente. No fue hasta 2008 cuando VW rescató al Scirocco para lanzarlo de nuevo al estrellato ni hasta 2010 cuando Honda decidió renovar el CRX, ahora llamado CR-Z. Los japoneses fueron incluso un poco más allá implantando una propulsión híbrida cuya intención era aunar la eficacia energética y la diversión. Ese mismo objetivo persigue VW con el motor de gasolina de 122 CV montado en el Scirocco que ha sido sometido a una reducción de cilindrada. El culto que profesa el sector automovilístico por los modelos del pasado no viene siempre acompañado de toques retro en la carrocería. Así, la reedición del Scirocco presentada por VW no contiene ninguna referencia histórica a su predecesor. La intención era evitar un fracaso como el sufrido con el famoso New Beetle. Sin embargo, Honda ha optado por seguir otro camino. Aunque la reedición del CRX ha sufrido un pequeño cambio en el nombre, estéticamente las referencias al modelo histórico son tanto más pasmosas. Lo que resulta sorprendente es que el CR-Z es el primer modelo realmente retro de referencias propias de un fabricante japonés en Alemania.
Ya sea en forma de recopilación de referencias retro o de un nuevo diseño completamente independiente del pasado, la estética de carácter claramente deportivo de ambos contrincantes transmite sensación de velocidad y diversión. Lógico que esta línea de diseño traiga consigo algunas desventajas en el día a día. Sus grandes montantes C y sus ventanillas de dimensiones reducidas dificultan enormemente la visibilidad y, por lo tanto, obligan casi a encargar los sensores de aparcamiento.
Estrecho pero estiloso
La oferta de espacio de estos modelos de dos puertas tampoco se puede considerar demasiado apta para el día a día. Sin embargo, en realidad el banco trasero del CR-Z no sirve ni siquiera como asiento en caso emergencia, sino que su función es la misma que la de una simple bandeja trasera. En el Scirocco pueden viajar cuatro personas y al menos el maletero ofrece entre 300 y 1.000 litros de capacidad. En el caso del CR-Z las cifras son de 225 y 600 litros.
Por el contrario, el interior de este modelo japonés ofrece un abanico abrumado de detalles originales, aunque no por ello menos funcionales. Aunque las superficies blandas brillan por su ausencia, Honda demuestra que el plástico duro también puede tener un aspecto elegante. El contraste entre los materiales de plástico negro y gris claro está muy bien conseguido. Además, este contraste mejora aún más gracias a las superficies cromadas, los estilosos tejidos y un toque de piel en el pomo de la palanca de cambio y en el volante. La sensación de bienestar resulta evidente pese a ser un poco estrecho.
Salpicadero futurista
En el salpicadero del CR-Z todos los elementos de control importantes están agrupados en torno al volante. Pese a tener un aspecto algo futurista, el manejo no representa ningún problema y el número de compartimentos resulta increíble. Y además, cuenta con un panel de instrumentos combinado con infinidad de indicadores digitales luminosos. Como instrumento redondo central, un cuentarrevoluciones analógico con indicador digital de velocidad en su interior. Al lado encontramos indicadores digitales del consumo momentáneo, el contenido del depósito y el nivel de carga de la batería.
Todo esto adornado con una retroiluminación azul o verde que recompensa un estilo de conducción eficaz cambiando a tonos verdosos y mostrando incluso con pequeños símbolos en forma de arbolitos. Y para que se ponga lo más verde posible se recomienda pasar del modo de conducción normal o deportivo al modo «Eco» claramente más eficiente. Esto se logra con tan sólo pulsar un botón.
El aspecto sólido de VW
En comparación con el ambiente tecnológico y multicolor del salpicadero del Honda, el aspecto interior del Scirocco es más bien sobrio. Si bien el habitáculo del VW podría soportar alguna que otra sorpresa, en este caso lo que nos encontramos es el diseño estándar de la casa. Éste elude cualquier crítica relativa a su textura y funcionalidad gracias a unas superficies blandas elegantes, un exquisito acabado y unos formidables asientos deportivos. Los que no tengan mucho afán de notoriedad y prefieran un carácter más puro con un atractivo de valor seguro que se sentirán más a gusto dentro del VW.
Las prestaciones de conducción del Scirocco también harán que sus ocupantes se sientan bien, ya que se mantiene bien asentado sobre el asfalto y cuenta con un chasis bien desarrollado y equilibrado. Además, gracias a la configuración adaptativa del chasis DCC (955 euros) el conductor tiene la posibilidad de elegir entre una configuración cómoda o deportiva con tan sólo pulsar un botón. Por el contrario, en el CR-Z uno tiene la sensación de conducir un utilitario de carácter seudodeportivo. El confort de marcha no es nada bueno e incluso las irregularidades más pequeñas son trasladadas directamente a los ocupantes. Es posible que tanta dureza despierte viejos sentimientos en los antiguos conductores del CRX, aunque desde un punto de visa objetivo esta configuración resulta más que dudosa.
VW Scirocco: el rey de las curvas
VW demuestra que un chasis mucho más cómodo y sensible no está reñido con una mayor dinámica de conducción. El Scirocco se pega espléndidamente a la curva, traduce las órdenes del volante de forma impecable, sigue limpia y obedientemente la trazada marcada y muestra en todo momento un comportamiento en circulación muy transparente. Sobre todo en lo que la seguridad de manejo se refiere, el VW parece jugar en otra liga.
El Honda no sólo se muestra más ligero, sino que es tremendamente duro y tiene un comportamiento más inquieto y sintético. Al menos en autopista su chasis sí ofrece cierta comodidad para trayectos largos e incluso a 200 km/h su adherencia a la carretera es impecable. Además, sus trazadas en curva se caracterizan por una inclinación lateral moderada y escasa tendencia al subviraje, todo ello acompañado de un ESP montado de serie que ofrece la máxima seguridad posible.
En este sentido, incluso los conductores más preocupados por la deportividad podrían ser felices al volante de un CR-Z, aunque el Scirocco resulta más convincente en todos los aspectos. Incluso en lo que respecta a la frenada. El VW (con llantas de 17") se detiene en 36,9 metros, mientras que el CR-Z, con una combinación de rueda y goma algo inferior, necesita dos metros y medio más.
Menos es más
Desde el punto de vista de la dinámica de conducción, el propulsor del Scirocco también es la mejor elección. En este caso, el 1.4 TSI viene equipado con el motor menos potente, de 122 CV, que combina una excelente suavidad de marcha con un importante par motor, así como un impulso limpio e intenso. Este maravilloso propulsor viene acompañado de una acústica deportiva agradable, fuerte y en ningún caso exagerada. En definitiva, su sonido permite mantener sin problemas una conversación y, en general, el nivel de ruido en el habitáculo no suele llegar a ser nunca molesto.
El CR-Z, con su combinación de propulsor gasolina de 114 CV y motor eléctrico de 14 CV, también acompaña el desarrollo de su potencia con una acústica potente, aunque algo sintética y menos intensa. Al igual que en el aspecto acústico, a la propulsión también le falta algo de fuerza desde abajo, pese a que el motor eléctrico ofrece un empuje extra durante la aceleración y su potencia total de 124 CV supera en 2 CV a la del Scirocco. Además, el CR-Z debe desplazar 100 kilos menos de peso que el VW.
Económico sí, pero no más rápido
La combinación de dos motores debería mejorar la capacidad de aceleración y reducir el consumo durante la misma. En lo que respecta al primer punto, el rendimiento resulta poco llamativo. Según nuestras mediciones, el Honda acelera de 0 a 100 km/h en 11 segundos, superando en 1 segundo la cifra facilitada por la casa. Por el contrario, el Scirocco logra batir sin problemas la barrera de los 9,7 segundos marcada por los datos de VW. En lo que atañe a la velocidad máxima, ambos alcanzan los 200 km/h, aunque parece que al Scirocco le cuesta menos llegar a ella.
Sin embargo, el CR-Z guardaba un as en la maga: el consumo. La propulsión híbrida parece alcanzar un consumo homologado de 5 litros, mientras que motor del Scirocco, que ha sido sometido a una reducción de cilindrada, consume 1,4 litros más (cifras oficiales). En la práctica, esta diferencia se mantiene más o menos igual. Así, los datos registrados en nuestra prueba de conducción arrojan un resultado de 5,5 litros para el Honda, conducido en modo Eco que ofrece poco impulso, y de 7 litros para el Scirocco. En los tramos más rápidos por autopista el consumo del Scirocco llegó a alcanzar los 11 litros, mientras que el del híbrido se mantuvo ligeramente por encima de los 9 litros. Por lo tanto, el modelo japonés presenta un consumo medio de 7,1 y el de Wolfsburg de 8,5 litros. El hecho de si esta diferencia podría resultar decisiva a la hora de adquirir uno u otro vehículo es algo que tendrá que decidir el futuro propietario. Sin embargo, en nuestra opinión el Honda no ofrece una verdadera ventaja en cuanto al consumo a pesar de contar con una tecnología de propulsión especial.
Sorpresa en el precio
En lo que respecta al precio, ninguno de los dos contrincantes se aleja mucho del otro. Incluso las versiones básicas están disponibles por un precio similar: aproximadamente 22.000 euros. El Honda se puede adquirir en dos líneas de acabo, Sport o GT, siendo éste último el que tuvimos en nuestras manos durante la prueba de conducción. En su versión GT, el CR-Z se presenta con un equipamiento casi completo y, por lo tanto, su precio supera los 26.000 euros.
Si equipamos el Scirocco con muchas de las opciones disponibles en el Configurador en línea para equipararlo al nivel el CR-Z, el precio final es inferior al de éste último. Los paquetes de acabado, que tradicionalmente suelen ser muy atractivos en los vehículos japoneses, en el caso del Honda deportivo no arrojan una verdadera ventaja económica en comparación con el Scirocco.
Conclusión
Gracias a la propulsión híbrida, parece que el CR-Z es un automóvil especialmente económico y orientado al disfrute. Sin embargo, este planteamiento no logra convencernos del todo. Al menos en comparación directa con la motorización básica del VW Scirocco, el CR-Z tan sólo es capaz de sacarle ventaja en cuanto al consumo. Sin embargo, aun siendo ésta notable, tampoco resulta extraordinaria. Si comparamos todas las demás características, el CR-Z se sitúa claramente por detrás del Scirocco. El chasis del Honda es demasiado duro, el interior demasiado estrecho y su rendimiento en conducción muy poco deportivo. Ya sea en el día a día, por carreteras sinuosas o en autopistas, el Scirocco se mueve a un nivel mucho más convincente sin que por ello su precio sea más alto. En el aspecto estético, el CR-Z es todo un espectáculo tanto por fuera como por dentro, algo que quizá algún día pueda desarrollar toda su capacidad de convicción.
*Nota muy importante: Las versiones y los precios reflejados en el texto corresponden al mercado alemán.