Aquellos que busquen un coche familiar tienen serias alternativas a los “tradicionales” modelos alemanes. Estos tres vehículos son el claro ejemplo de que todas las marcas se están poniendo las pilas y que cada vez, la enormes diferencias que existían antes entre las marcas Premium y el resto, van poco a poco desapareciendo…
Reciente revisión
El modelo más atractivo para mi gusto es el nuevo Mazda6 que recientemente ha sido sometido a un restyling. Sus formas fluidas no sólo transmiten una gran dosis de dinámica, sino también de elegancia. Esto es simplemente un sueño para un Honda con un diseño más bien tosco y un Toyota con un toque demasiado burgués. Y eso que todos los diseñadores contaban casi con el mismo espacio para crear algo bonito. Entre 4,75 y 4,80 metros en lo que respecta a la longitud y casi 1,80 en lo que al ancho se refiere. En el caso de la distancia entre ejes, los japoneses tan sólo se diferencian en 2,5 centímetros. La diferencia de espacio en el interior, tanto en la parte delantera como en la trasera, resulta insignificante. Tan sólo en el caso del Mazda molesta un poco el diseño plano del parabrisas que se acerca demasiado a las cabezas de conductor y acompañante, lo que propicia una sensación de estrechez.
Sin embargo, el compartimento de carga del Mazda no tiene nada de estrecho. Aunque con 519 litros tan sólo alcanza la segunda posición, por detrás del Avensis con 543 litros, ambos ofrecen mucho más que el mini maletero del Accord. Con 406 litros en posición normal no alcanza siquiera el nivel de la clase compacta. Incluso después de plegar el banco trasero tan sólo se dispone de 1.252 litros. El Mazda alcanza la cifra de los 1.751 litros y, por lo tanto, logra tomarle la delantera al Avensis Cross Sport (1.609 litros). En todos los casos la maniobra de plegado del banco trasero resulta bastante sencilla aunque, por el contrario, la extracción del revestimiento del maletero (dividido siempre dos partes) resulta algo aparatosa en todos los modelos.
Posibilidad de mejora
Los acabados interiores del Accord, del Avensis y del Mazda6 son buenos. Aunque, sobre todo en el Honda no todas las uniones son perfectas y en el caso del Mazda se mueve todo el revestimiento de la puerta al bajar las ventanillas laterales, en realidad no existe ningún verdadero motivo de queja. Donde sí tenemos algo que objetar es en el tema de la selección de materiales. El cuero (de la superficie plana) de los asientos del Mazda y los asientos de piel del Honda huelen y al tacto no resultan tan agradables como cabría esperar. En el caso del Mazda, los japoneses han optado además por utilizar un plástico de aspecto barato antes del pomo del cambio y en torno al regulador del aire, y el lacado en color plata de la zona inferior del salpicadero también podría ser mejor tanto en el Honda como en el Toyota. En resumen, parece ser que este estilo es más del agrado de la clientela asiática y norteamericana.
Algo similar ocurre con el manejo. Por qué si no existen tantos interruptores rotulados, tantos botones dispersos y parece que muchos de los elementos de mando sirvan más a un mero instinto lúdico que a una verdadera función. Aunque el manejo de estos vehículos no supone ningún problema para nadie (excepto el navegador disponible en Honda con suplemento), existe un automóvil que demuestra –muy a pesar de los que odian los automóviles alemanes– cómo se hacen bien las cosas: el Passat.
Buenas mecánicas diésel
Los motores son otra cosa. Pese a que hace años los japoneses eran unos conocidos objetores de los motores diésel, las mecánicas de esta comparativa (todas de 2,2 litros y cuadro cilindros) se encuentran entre las mejores de su segmento. En este sentido destacan en especial el diésel del Accord con su suave ronroneo y el propulsor igualmente silencioso del Avensis. Ambos motores desarrollan 150 CV, es decir 13 menos que el Mazda 2.2 MZR-CD. El propulsor del Mazda tiene un sonido más sordo y ronco y genera un pronunciado efecto turbo.
Sobre el papel cuenta con el mayor par motor (360 Nm), aunque esto no se nota hasta pasadas las 2.500 vueltas. El motor del Avensis resulta mucho más armónico, ya que desarrolla su potencia de forma uniforme desde la escala baja de revoluciones. El Toyota es el que marca un mejor tiempo de aceleración. El Avensis tarda 9,6 segundos en llegar de 0 a 100 km/h, seguido del Accord y del Mazda6 con 10 segundos ambos. Todos los candidatos cuentan para este ejercicio con un cambio manual de seis velocidades. Tanto en el Honda como en el Mazda su funcionamiento es algo duro y en el Toyota más bien blando. En cambio, el embrague del Mazda resulta poco indefinido e incontrolado.
Económicos y rápidos
En lo que respecta a la velocidad máxima ninguno destaca más que los demás, ya que todos alcanzan aproximadamente los 210 km/h. En teoría, los 5,4 litros de consumo del Mazda le permiten estar a la cabeza en este apartado. En la práctica es el Avensis, con 7,4 litros, el que se lleva el gato al agua por delante del Accord, con 7,7 litros, y del Mazda, con 8,1 litros, aunque éste último tiene el peso más reducido.
El hecho de tener pocos kilos suele ser una ventaja en lo que a la dinámica de conducción y al confort se refiere. De hecho, el Mazda es el que tiene un efecto más dinámico, algo que le debe sobre todo al reglaje de la suspensión, mucho más suave (aunque todavía dura) después de la revisión a la que ha sido sometido. Sin embargo, el Mazda6 es incapaz de alcanzar la suavidad que transmite el chasis del Toyota. El Accord también ofrece un buen nivel de confort, situándose en segundo lugar por detrás del Avensis, un perfecto devorador de kilómetros. El Mazda llega a sacar de quicio a sus pasajeros con sus constantes sacudidas. Además, su zaga se desplaza rápidamente con el cambio de cargas, de forma que en una conducción algo forzada el ESP (desconectable) debe entrar en funcionamiento con bastante frecuencia. Por suerte, el Accord y el Avensis no muestran ninguna de estas reacciones. En el apartado de los frenos, el Mazda y el Honda superan con diferencia al Toyota. Aunque tras la cuarta medición sus frenos comenzaron a echar humo, sí lograron convencernos con una frenada de 35 metros, es decir, 2,5 y 3,5 metros, respectivamente, menos que sus dos contrincantes.
Un argumento a favor para los japoneses es el tema del dinero. Por este motivo, los precios de catálogo de estos familiares, aptos tanto para viajar como para ir a trabajar, resultan bastante atractivos. El Avensis 2.2 D-4D, tal y como se denomina oficialmente la versión con 150 CV, se comercializa en su acabado básico «Sol» a partir de los 29.000 euros. Su equipamiento incluye airbags, climatizador, programador de velocidad, radio CD con instalación de manos libres Bluetooth, llantas de aleación de 17" y alguna que otra cosita más. Quien desee cuero tendrá que pagar 4.350 euros más, dado que este tejido sólo está disponible en el acabado «Executive». El precio del Mazda6 con el equipamiento «Sport Line» como el que hemos probado cuesta 32.390 euros. La versión básica, «Center Line» comienza a partir de los 28.090 euros, aunque no incluye ni el programador de velocidad ni los faros antiniebla, por ejemplo. Tampoco encontraremos el sensor de lluvia y luz como en el caso del Toyota. En el aspecto del precio el Honda Accord Tourer 2.2 i-DTEC se queda bastante por detrás de sus compañeros. Su precio comienza en los 30.750 euros en su acabado «Elegance». Sin embargo, este acabado no incluye un equipamiento mucho mayor al que ofrecen el Avensis Sol y el Mazda6 Center Line. La variante «Executive» que tuvimos el placer de conducir cuesta 35.690 euros.
Conclusión
En cualquier caso, estos tres japoneses sí representan una alternativa a los familiares de clase media alemanes, puesto que en comparación con el Passat Variant 2.0 TDI, el menos ponente, nos ahorramos aproximadamente 3.000 euros. Por este motivo, aquellos que únicamente miren el precio no podrán pasar por alto al Toyota Avensis 2.2 D-4D en su acabado "Sol". Se trata del familiar que cuenta con el chasis más cómodo, que ofrece al mismo seguridad y aplomo, el mejor rendimiento, los mejores frenos y el consumo más bajo con el maletero más grande (con el banco trasero en posición normal).
El Honda Accord nos convence gracias a su motor diésel de cuatro cilindros de funcionamiento silencioso, aunque falla en la disciplina que para muchos compradores de vehículos familiares es más importante: su maletero ofrece muy poco espacio. Por este motivo, el Accord resulta especialmente apto para largos viajes sin grandes pretensiones en cuanto al espacio para el equipaje.
El Mazda6 Wagon 2.2 l MZR-CD ofrece más espacio en el compartimento de carga. Tras su reciente revisión resulta algo más atractivo por fuera, aunque un poco menos cómodo. En cualquier caso, el confort no es su mayor fuerte. Además, la posición del parabrisas, demasiado pegado a la frente del conductor, podría suponer una molestia. Su motor diésel genera un marcado efecto turbo que tras un breve periodo de adaptación uno intenta eludir. A partir de las 2.500 revoluciones es cuando desarrolla todo su potencial. Quizá sea ese el motivo por el que registra el mayor consumo de todo el grupo.