Comparativa: Ford Focus C-Max CNG vs. Mercedes B170 BE – ¿Rivales de bajo consumo?

Mercedes dispone de varios modelos de consumo económico para la Clase B: una versión con gas natural y el B170 Blue Efficiency. Nos decidimos por el motor de gasolina con potencial de ahorro.
Sí, la comparación entre gas natural y gasolina no es justa. Los vehículos de gas natural son más caros y su rendimiento suele ser peor, pero tienen la ventaja de que su consumo es más económico. A un lado de nuestra comparativa tenemos el Ford Focus C-Max CNG (gas natural comprimido) con dos motores: uno de gasolina con 145 CV y uno de gas con unos 125 CV. Al otro lado tenemos la Clase B de Mercedes con su equipamiento Blue Efficiency, también disponible incluso como B170 NGT (tecnología de gas natural). Al final nos decidimos por la versión económica más sencilla, con lo que el duelo fue entre gas y gasolina.

Ahorro caro

El Blue Efficiency es el Bluemotion de Mercedes, lo que en la clase B significa: arranque y parada automáticos, neumáticos de baja resistencia a la rodadura, gestión especial del motor, dirección asistida inteligente e indicador de recomendación del cambio de marcha en el panel de instrumentos, elementos que otros fabricantes ofrecen en versiones normales. Mercedes las alaba como Blue Efficiency y pide 400€ más por un ahorro de un medio litro de gasolina en 100 kilómetros en comparación con el B170 que no dispone del suplemento Blue Efficiency. Un mayor ahorro se habría podido conseguir con una caja de cambios con seis marchas largas y un acabado más aerodinámico. La caja de cambios de serie de cinco velocidades hace que a una velocidad de 130km/h se alcancen las 3.600 revoluciones, con lo que la conducción deja de ser económica.

En la prueba, su consumo llegó a los 8,3 litros, algo más que los 6,6 litros estimados por Mercedes. El Ford de gas natural consume 5,5 kilogramos de gas para un trayecto y una conducción similares. La diferencia se nota en la cartera: mientras que el kilo de gas natural cuesta ahora mismo en torno a un euro, el litro de súper sale por un 10% más. En 100 kilómetros, el C-Max consume unos cinco euros de combustible frente a los nueve de la Clase B. Además, el modelo de Benz es más caro según la clasificación para el seguro a todo riesgo.

Y ya que hablamos de dinero: el Ford gana la ronda en lo que se refiere al precio de venta, como era de esperar. El muy recomendable equipamiento Titanium viene con casi todo lo necesario a bordo. El modelo 2.0 CNG cuesta 27.000€ justos. El precio del Mercedes B170 Blue Efficiency empieza en los 25.400€ (sin nada, se entiende). La versión NTG sale por 2.600€ más. Para ponerlo al nivel del Ford en lo que concierne al equipamiento, habría que añadirle aún las llantas de aluminio de 17 pulgadas, los elevalunas eléctricos traseros, el climatizador automático, los asientos deportivos, el volante de cuero, los faros antiniebla e incluso los airbags de cortina, lo que supondría 4.000€ más.

No sólo ventajas

Pero no todo son ventajas en el gas natural, ya que aún hay que localizar alguna de las 800 gasolineras en Alemania que permitan repostar. La idea de echarse a la carretera espontáneamente y buscar una gasolinera con gas natural cuando haga falta es mejor descartarla. En el término municipal de Múnich existen ahora mismo dos gasolineras con gas natural. Por ello se valora aún más que el C-Max conserve su depósito de gasolina normal. Así, además de a los 17 kilos de capacidad del depósito de gas natural, se puede recurrir a 55 litros de gasolina (el depósito del Mercedes tiene una capacidad de 54 litros).

Datos técnicos

Sin embargo, mientras que el motor de 1,7 litros del Mercedes ronronea agradablemente al girar la llave, el motor de gas pega una sacudida poco estética en el arranque en frío. Durante los primeros 500 metros, el Ford rueda de todos modos en el modo gasolina, cambiando después al gas natural. El cambio manual es posible por medio de un botón de equipamiento extra situado delante de la palanca de cambios, donde se encuentran también los indicadores (cuatro LED) del nivel restante de gas.

Dinamismo frente a pasividad

Los pasajeros de la parte trasera estarán más cómodos en la Clase B, ya que los asientos traseros no son tan empinados como en el Ford, si bien los trayectos más largos resultarán incómodos en ambos vehículos. El Ford, por su parte, lo compensa en la parte delantera con asientos deportivos de la línea Titanium, rígidos pero cómodos. La opción de asientos deportivos en la Clase B es posible como suplemento extra. Lo dicho de los asientos es aplicable también al chasis. El Mercedes es cómodo, el Ford dinámico. En el Ford cada leve irregularidad del terreno se siente hasta la médula, mientras que en el Mercedes ni se notan. La dirección del C-Max es más exacta y directa. En el Mercedes, por el contrario, la sensación dominante es la de una conducción un tanto pasiva debido a la elevada intervención de la dirección asistida.

En lo que se refiere al manejo de la dirección, ambos vehículos no se diferencian mucho. Lo que resulta molesto en el Ford es la ubicación de los interruptores del elevalunas en la parte delantera y en el Mercedes la de los interruptores traseros (equipamiento extra). Por otro lado, la corta palanca de cambios del cambio de cinco velocidades del Ford queda a un mejor alcance de la mano e induce a un cambio ágil de marcha. Desde el punto de vista ergonómico, al Mercedes casi no se le pueden poner pegas. Sólo la palanca multifunción del volante podría estar situada algunos centímetros más alta.

Buen acabado

El acabado de ambos vehículos es muy cuidado, con algo de ventaja para el Mercedes. Gusta más sobre todo en lo que se refiere a la selección de los materiales. Además, los instrumentos del Clase B son más minimalistas y la discreta iluminación es más agradable para los ojos que la iluminación colorida del C-Max. La visibilidad de ambos modelos es buena aunque mejorable. Ambos fabricantes ofrecen un asistente de aparcamiento delantero y trasero, el Mercedes incluso ofrece la opción de aparcar por sí mismo en el hueco. La impresión general en el Clase B es de amplitud debido en parte al salpicadero más corto y a las grandes lunas laterales.

Conclusión

Quien quiera ahorrar que opte por el Ford. El precio de venta, con suplemento de gas natural y extras incluidos, es mucho menor al del Mercedes, es un vehículo más dinámico y, al igual que su rival, bastante espacioso. Por todo ello es la elección adecuada para familias con preferencia por un vehículo compacto deportivo pero que no quieran renunciar a un espacio amplio. El motor de gas de equipamiento posterior no presenta mayor dificultad, si bien el suplemento de precio de más de 3.000€ hay que amortizarlo. Esto sólo es posible cuando se conduce casi únicamente con gas natural, lo que no siempre es fácil sin tener que desviarse. Ford ofrece también una variante de gas líquido, que resulta más adecuada para conductores frecuentes.

El Mercedes, conforme a su fama, ofrece un gran confort,  cuesta más que el Ford, como era de esperar, y su interior da sensación de amplitud. Sin embargo, el modelo B170 Blue Efficiency no es muy recomendable. El potencial de ahorro en el consumo es casi nulo y por casi 400€ menos se puede obtener un B170 normal. Y a quien quiera conducir un Benz y proteger el medio ambiente y su cartera a la vez le queda la opción de una versión de gas (un tanto floja) en el B170 NGT por 28.800€.

*Las versiones y precios mostrados en esta comparativa no corresponden al mercado español.

Traducción: María Dolores Lozano