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Comparativa: BMW X3 xDrive20d vs. Audi Q5 2.0 TDI quattro – ¿La hora del relevo?

Inexplicablemente, el BMW X3 ha campado a sus anchas casi cinco años sin oposición, favoreciendo su merecido y abrumador éxito de ventas que ha dejado en evidencia durante todo ese tiempo a la competencia.

Es indiscutible que las marcas rivales han tardado (y mucho) en reaccionar, pero ahora, por fin, Audi con su Q5 pone en entredicho la hegemonía de su paisano bávaro de manera clara, aunque eso sí, que le quiten lo bailado… Numerosos analistas aseguran que el segmento de los SUV de tamaño medio, por preferencias y motivos de seguridad y precio, son la alternativa a las berlinas de lujo. Por ello, este sector, aunque mermado también notoriamente por la crisis, goza de numerosos adeptos que siguen fieles a su búsqueda por combinar comodidad, espacio y practicidad sin perder ese “carácter aventurero” para salir de vez en cuando fuera del asfalto. Durante años BMW con su X3 ha sido de lejos la mejor alternativa para estos compradores, que ahora lo tienen mucho más difícil para elegir tras la llegada de nuevos y modernos competidores entre los que además del Q5, no se deben descartar el Mercedes GLK (más...) o el Volvo XC60 (más...).

Aspecto

Nuestros contrincantes tienen unas medidas similares, si bien el Q5 posee una longitud ligeramente superior (4,63 m frente a 4,57) y es tres centímetros más ancho (1,88 m contra 1,85). Por el contrario, el X3 es más alto (1,67 m vs. 1,65). Su distancia entre ejes es de 2,79 m, mientras que el Audi cuenta con la mayor batalla del segmento (2,81 m), una cifra idéntica a la del A4 (más...), lo que delata que su moderna plataforma también ha servido de base para desarrollar al propio Q5.  En lo referente al peso, ninguno es muy ligero que digamos, aunque existe una diferencia de casi 100 kilos a favor de éste último (1.815 y 1.730 Kg. respectivamente).

Dicho esto, salta a la vista que el aspecto exterior de ambos modelos difiere bastante. Pese a que el X3 ha recibido hace apenas unos meses un pequeñísimo lavado de cara respecto al restyling que se le aplicó en 2006 (nuevas pinturas para la carrocería, cambios en el diseño de las llantas, retoques en la parrilla y ligeras modificaciones en las defensas y protecciones) lo cierto es que en general su aspecto y sus formas resultan un tanto sobrias y menos atractivas que las del Q5, cuya estilizada silueta, con formas mucho más redondeadas, le confieren una imagen claramente más fresca y moderna. En él predominan los rasgos típicos de los nuevos modelos de Audi entre los que destaca el prominente frontal con las características luces diurnas y sus diodos luminosos tipo LED. Así pues, aunque la estética es y será siempre algo totalmente subjetivo, en este apartado el Q5 ha sabido aprovechar con buen criterio la ventaja de ser un modelo mucho más reciente, algo que, como veremos más adelante, también es perfectamente aplicable al interior.

Comportamiento

Con diferencia, durante su exitosa vida comercial uno de los puntos fuertes del X3 ha sido su sorprendente dinamismo, a todas luces referencia indiscutible dentro del segmento. Sus reacciones en asfalto están más próximas a las de una berlina que a las de un todoterreno, con una pisada excepcional, un comportamiento ejemplar y una respuesta noble y totalmente previsible. En carreteras con curvas vira prácticamente plano, el tren delantero sigue la trayectoria marcada con una precisión encomiable y la carrocería apenas balancea. Esta marcada deportividad es un auténtico privilegio para un automóvil de estas características, pero no deja demasiadas concesiones al confort. Así, el mayor inconveniente radica en una suspensión demasiado firme y seca, que deja sentir de forma apreciable a los ocupantes las irregularidades del piso.

Por su parte, el Q5 ha conseguido un mejor equilibrio general entre comportamiento deportivo y comodidad.  Quizás en las situaciones más extremas y apurando al máximo el X3 gane por muy poco en conducción realmente deportiva, pero lo cierto es que con el Audi se puede ir igual de rápido y el confort está varios escalones por encima. En los cambios de apoyo continuos se muestra sorprendentemente ágil y, por encima de todo, la capacidad de absorción de la amortiguación es sensacional. Si a esto le sumamos el sistema Audi Drive Select (con un coste de unos 1.600 € más) que nos permite elegir distintas configuraciones para la suspensión, la dureza de la dirección y la respuesta del acelerador, el resultado global es digno de alabar.

Un aspecto que no podemos dejar pasar por alto son los sistemas de tracción total de nuestros contrincantes, que recurren a soluciones técnicas que nada tienen que ver entre sí. Por un lado, el X3 emplea la llamada tracción “xDrive”, la cual mediante un embrague multidisco controlado electrónicamente envía en condiciones normales un 40 % de fuerza al eje delantero y un 60 % al trasero. Actúa además en coordinación con los sensores del control de estabilidad (DSC), variando la distribución del par en función de las condiciones de adherencia. Por otro, la tracción “Quattro” del Q5 también transfiere inicialmente un 40/60 % de fuerza a las ruedas delanteras y traseras respectivamente y modifica el reparto según sea necesario, pero utiliza un diferencial central tipo “Torsen”, que basa su funcionamiento en la combinación de una serie de engranajes convencionales y helicoidales. Los dos sistemas se muestran tremendamente eficaces y la motricidad es muy elevada prácticamente en todas las situaciones. La ausencia de reductora en ambos modelos limita su uso por terrenos excesivamente complicados, aunque ambos cuentan con un control para el descenso de pendientes y solventan con éxito recorridos y caminos relativamente sencillos fuera del asfalto.

Mecánicas

Probablemente el apartado de las motorizaciones sea el único punto donde el X3 destaque por encima del Q5. Las características técnicas de estos propulsores diésel son prácticamente idénticas: cuatro cilindros, 2 litros, turbocompresores de geometría variable y alimentación por conducto común. La marca Ingolstadt ha abandonado por fin el sistema bomba-inyector y se ha pasado al eficiente “common-rail” ganando en suavidad de respuesta y progresividad. Sin embargo, el motor del BMW cuenta con un empuje mayor y comienza a estirar desde la zona baja del cuentavueltas.

Ambos declaran unas prestaciones parecidas: el X3 tiene una velocidad máxima de 206 Km/h  y realiza la maniobra del 0 a 100 en 9 segundos mientras que el Q5 alcanza los 204 Km/h y para el crono en 9,5 segundos en el “sprint”. En la práctica, los 7 caballos de más a favor del primero (177 CV frente a 170) son más que reales, ya que aparte de la diferencia de potencia da la sensación de ser una mecánica algo más aprovechable.

Pese a que la cifra de par máximo es idéntica, 350 Nm, (constantes entre las 1.750 y 3.000 rpm en el modelo de Munich, y entre 1.750 y 2.500 en el de los cuatro aros), en el BMW a partir de las 1.300 vueltas (y hasta unas aproximadamente 4.000) notamos una respuesta constante y uniforme a las solicitaciones del acelerador, mientras que en el Audi ese tirón apenas es perceptible por debajo de las 2.000 vueltas, momento en el cual sí que es cierto que empuja con rabia hasta casi las 5.000 revoluciones.

La percepción general es que el motor del BMW mueve más desahogadamente y con más soltura la carrocería del X3 y en el caso del Q5 la mecánica se muestra apropiada para impulsar el conjunto pero no resulta tan brillante. Independientemente de esto, tengo que decir que me sorprendió la elevada rumorosidad que se percibía en el X3, hecho extraño si tenemos en cuenta que el propulsor es el mismo que BMW emplea en muchísimos de sus modelos (como el Serie 1(más...) o el Serie 3 entre otros) en los cuales el típico ruido de motor diésel que llega al habitáculo no es ni de lejos tan ostensible.

Pocas visitas a la gasolinera…

Por encima de todas estas cosas, donde sí destacan ambas mecánicas es en el consumo. Las cifras son verdaderamente bajas; 6,5 y 6,7 litros de media a los 100 kilómetros respectivamente (recordemos que siempre nos referimos en primer lugar al X3). Con ambos vehículos se pueden hacer medias por debajo de los 7,5 litros reales si circulamos a ritmo constante y legal por autovías o autopistas. Fuera de este tipo de carreteras, en un uso por ciudad con constantes frenadas y aceleraciones es muy difícil pasar de los 10 litros a los 100 kilómetros. En este sentido dichas motorizaciones son un ejemplo a seguir, puesto que son el fiel reflejo de que prestaciones y eficiencia pueden ir de la mano. Además, tanto BMW como Audi rizan el rizo con algunas medidas, el primero integrando ciertos aspectos (que no todos) de su famoso paquete “Efficient Dynamics” (más...) (por ejemplo la bomba de agua funciona según las necesidades de refrigeración), o en el caso del Q5, incorporando un indicador para cambiar de marcha en el momento más adecuado para favorecer un gasto de combustible menor.

Otro apunte muy importante es el de la transmisión. De serie, los dos modelos cuentan con un cambio manual de 6 relaciones. En el caso del BMW, nuestra unidad de pruebas equipaba una caja automática “Steptronic” con convertidor de par y 6 velocidades. Su funcionamiento es eficaz, pero se echa en falta la posibilidad de montar una transmisión automática de doble embrague más sofisticada tipo DKG, que BMW sólo monta de momento en un número reducido de modelos. Decimos esto porque Audi sí que ha incluido acertadamente (en combinación con el modelo y el motor no excesivamente potente de nuestra unidad de pruebas) la posibilidad de montar el excepcional cambio automático de doble embrague “S-Tronic”, por lo que si el comprador baraja la opción de adquirir cualquiera de estos automóviles con cambio automático, a día de hoy la balanza se inclina claramente a favor de este último.

Por dentro

Decíamos al inicio del artículo que el Q5 había sabido aprovechar su reciente fabricación para mostrar una estética mucho más fresca y llamativa que la del X3 tanto en su aspecto exterior como interior. Así, en el BMW se nota que los años no pasan en balde; pese a mostrar un acabado sin peros y con un nivel de realización muy elevado resulta parco y austero a la vista en comparación con el Audi. La calidad de los materiales no deja lugar a dudas y todo parece estar en su sitio, sin embargo, la  sensación inicial que nos provoca ver ambos interiores por primera vez deja en mejor lugar al modelo de los cuatro aros. Digamos que su interior bastante más vistoso y moderno, algo totalmente comprensible si tenemos en cuenta la diferencia de “edad” entre ambos.

Si dejamos de lado la estética y atendemos meramente a la funcionalidad,  los dos cumplen sobradamente. Toda la botonería y los mandos están agrupados convenientemente y su manejo resulta cómodo e intuitivo. Aquí el Q5 gana la partida porque puede incorporar el conocido sistema “MMI” (por 2.990 €) que mediante una ruleta situada en la consola central permite controlar, seleccionar y ajustar multitud de funciones, como sintonizar la radio o moverse por el mapa del navegador. No dudamos de que en la segunda y ya próxima generación del X3 el popular sistema “iDrive” de BMW estará disponible, pero en la actual familia de este todocamino no se puede contar con él ni siquiera en opción, cuando otros modelos de la firma lo incluyen ya en su equipamiento (sin ir más lejos en el X5).

Con todo, podemos dejar estos interiores con una apariencia mucho más deportiva y sugerente si estamos dispuestos a desembolsar 3.622 € en el caso del BMW y su “Paquete aerodinámico M” que incluye asientos deportivos, guarnecidos para diversas zonas del habitáculo, o un volante de cuero entre otras cosas (además de modificar también notoriamente el aspecto exterior) y 3.055 € si atendemos al Audi y su paquete “S Line” que también añade numerosos cambios por dentro y por fuera mediante, entre otros, un revestimiento especial para el techo, molduras en aluminio o unas llantas más grandes.

Datos técnicos
Marca y modelo BMW xDrive20d Audi Q5 2.0 TDI quattro
Acabado
Especificaciones
Longitud/anchura/altura (mm) 4.569 / 1.853 / 1.674 4.629 / 1.880 / 1.653
Distancia entre ejes  (mm) 2.795 2.807
Diámetro de giro (m)
Peso (kg) 1.815 1.730
Volumen del maletero (l) 480 / 1.560 540 / 1.560
Neumáticos 235/55 R17 235/65 R17
Motor
Cilindrada (cc) 1.995 1.968
Potencia (cv) 177 170
Par máximo (Nm/rpm) 350 / 1.750 - 3.000 350 / 1.750 - 2.500
Tracción Total Total
Transmisión Manual 6 velocidades Manual 6 velocidades
Consumo
Combustible Gasóleo Gasóleo
Urbano/Carretera/Combinado (l/100km) 8,2 / 5,5 / 6,5 8,2 / 5,8 / 6,7
Emisiones CO2 (gr/km) 172 175
Consumo durante test (l/100km) 7 7,2
Características
Aceleración 0-100 km/h (s) 8,9 9,5
Recuperación 80-100 km/h (s) en 4ª N.D. N.D.
Capacidad depósito (l) 67 75
Velocidad máxima 206 204
Precio (sin extras)
Euros 41.700 40.950
Equipamiento extra Paquete aerodinámico "M" (3.622 €), Sistema navegación profesional (2.494 €), Llantas de aleación M de 19" (2.729 €), Asientos delanteros con regulación eléctrica y memoria en lado conductor (1.482 €) Paquete exterior "Offroad" (4.400 €), "MMI" Navegación Plus (2.990 €), Llantas de aleación de 20" y 7 radios (2.750 €), Asientos delanteros con regulación eléctrica y memoria en lado conductor (1.490 €)
Más datosMenos datos

En ambos modelos los asientos son confortables y proporcionan un buen agarre lateral. La ergonomía del puesto de conducción está muy conseguida y en ellos es muy fácil encontrar una postura en la que nos encontremos cómodos, debido a la posibilidad de regular generosamente los volantes en altura y profundidad. En el apartado del espacio y la habitabilidad andan muy a la par. El X3 tiene algo más de altura disponible, si bien el espacio para las piernas y la anchura en las plazas traseras es sensiblemente inferior. La diferencia más apreciable la encontramos en el maletero, donde el Q5 cuenta con 540 litros de capacidad frente a los 480 del BMW. Además, el Audi tiene una serie de accesorios que son muy útiles a la hora de transportar nuestro equipaje y objetos, como un doble fondo, diversas redes o raíles en los que podemos encajar unas barras separadoras. Con los asientos traseros abatidos, en los dos casos el volumen del maletero alcanza los 1.560 litros.

A la par

El desembolso que tenemos que realizar para hacernos con estos vehículos es prácticamente el mismo. El X3 xDrive20d tiene un precio de partida de 41.700 € (44.261 si lo asociamos a un cambio automático) y el Q5 2.0 TDI parte desde los 40.950 € (43.280 con la transmisión S-Tronic). Los dos cuentan con un rico equipamiento de serie en el que pocas cosas se echan de menos. No faltan los ya habituales sistemas de seguridad y ayudas a la conducción como el control de estabilidad y tracción o la distribución electrónica de la fuerza de frenado, el climatizador, los faros antiniebla, los reposacabezas activos, el ordenador de a bordo o las llantas de aleación.

En cualquiera de los dos casos el precio se dispara considerablemente si no tenemos cuidado a la hora de seleccionar el equipamiento opcional. Por ejemplo, dotar al BMW de asientos con reglaje eléctrico y memoria cuesta 1.482 €, incorporar un avanzado sistema de navegación profesional 2.494 €, vestirlo con unas preciosas llantas de aleación M de 19” pulgadas nos saldrá por 2.729 € y el techo solar tiene un precio de 1.708 €. En el caso del Audi, equiparlo con el sistema de navegación plus MMI se traduce en 2.990 € más, la regulación eléctrica y memoria para los asientos nos costará 1.490 €, montar unas llanta de aleación de 20” y siete radios dobles dejará nuestros bolsillos con 2.750 € menos y darnos el capricho del techo panorámico se llevará 1.650 €. Como pueden comprobar, unas cantidades muy similares en ambos vehículos, por lo que, la cuestión monetaria, tan determinante en el 90% de las ocasiones, no es un aspecto decisivo en este caso para decantarse por uno u otro modelo.

Conclusión

Si está buscando un SUV polivalente con un comportamiento en asfalto propio de una berlina, estos modelos son, con diferencia, dos de las mejores opciones. El BMW X3 ha demostrado durante todo este tiempo con hechos por qué estaba en lo más alto, aunque está pidiendo a gritos la llegada de una nueva y moderna segunda generación. El Q5 se ha colocado a su altura e incluso en muchos aspectos se sitúa por encima. El perfecto equilibrio entre comodidad y deportividad, la opción de poder contar con el cambio S-Tronic y la posibilidad de incluir elementos mucho más recientes y novedosos (como un sistema de alerta por cambio involuntario de carril, un programador de velocidad activo o un dispositivo que nos avisa de la existencia de obstáculos en el ángulo muerto de los retrovisores), inclinan definitivamente la balanza de su lado.

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