Esto ha dado lugar a la aparición de marcas competidoras procedentes del otro lado del planeta que ofrecen precios claramente más favorables con el objetivo evidente de hacerle la vida más difícil a este alumno aventajado. Sin embargo, ¿pueden los asiáticos convertirse en un verdadero peligro?
La casa Kia ataca al Audi Q5 con su nuevo Sorento y, a pesar de que con su nueva versión se despide de la categoría de los verdaderos todoterrenos, los asiáticos han encontrado su nuevo hogar en el segmento de los SUV compactos. Lo que sí ha mantenido este pseudo-todoterreno es una gran oferta de espacio en todos sus asientos. Con una altura de 1,80 metros el nuevo Sorento supera en este sentido a sus competidores, lo que por un lado se traduce en una mayor libertad de movimiento en la zona alta del habitáculo y, por otro, en una excelente visibilidad de 360º. También es el único que ofrece de forma opcional una tercera fila de asientos. Sin embargo, el portón trasero, con un ángulo de apertura insuficiente, obliga a las personas m1s altas a inclinarse a la hora de cargar el maletero cuya capacidad se sitúa entre los 528 y los 1.348 litros.
El acceso al maletero de dimensiones similares del Q5 es mejor, algo a lo que también contribuye el hecho de que el plano de carga sea más bajo. Con todo, el habitáculo, aunque bien organizado y equipado de serie con un banco trasero que puede desplazarse en sentido longitudinal, resulta algo estrecho. Pero no tan estrecho como en el Mazda, cuya parte trasera constituye la oferta de espacio más reducida debido a su elegante carrocería con un parabrisas plano, un techo bajo y un portón trasero inclinado. Por este motivo, la capacidad del maletero del CX-7 se ve reducida casi en 200 l.
Una cuestión de precio
Lo positivo de la amplitud del Kia se ve contrarrestado por el aspecto anticuado de su interior y por la elección de unos materiales y un acabado de calidad media. Pero ¿cómo si no serían capaces los asiáticos de ofrecer un precio tan favorable como los 35.300 euros del Sorento con el acabado más alto? Si bien el Kia viene poco equipado de serie, incluso con un equipamiento más ajustado al del Audi Q5 (barras porta equipajes, climatizador y faros antiniebla) sigue siendo aproximadamente 5.000 euros más barato que su competidor alemán (el Audi cuesta al menos 39.000 euros). Sin embargo, en el apartado de materiales, acabados y comodidad el Q5 constituye el punto de referencia en esta comparativa.
El Mazda CX-7 es aún más barato y presenta un interior muy atractivo. El SUV japonés cuesta 30.800 euros, por lo que en cuestión de precio, y dado el impresionante equipamiento de serie que ofrece, goza de una ventaja de unos 8.000 euros frente a su competidor alemán directo. ¿Será capaz Audi de volver a recuperar la ventaja que le sacan los asiáticos?
Un Audi algo débil
Pero, por supuesto, no en lo que respecta al motor. El 2.0 TDI de 170 CV debe superar primero el efecto turbo y, una vez logrado, no le resultará fácil desplazar las 1,8 toneladas de este SUV. Con un par motor de «tan sólo» 350 Nm, al modelo de Ingolstadt le faltan al menos 50 revoluciones en comparación con sus competidores. Sobre todo si circulamos por la ciudad no nos quedará más remedio que contrarrestar esta aceleración algo más débil con un trabajo de cambio más eficiente y unas revoluciones más elevadas. Esto hace que el consumo homologado de 6,7 litros quede bastante lejos, aunque los 9,8 litros registrados por el Audi durante nuestra prueba le otorgan la etiqueta de vehículo más económico.
El Mazda CX-7 tiene un consumo algo mayor con su motor diésel de 2,2 litros y 173 CV de potencia. Un propulsor que se hizo esperar durante mucho tiempo para desesperación de los adeptos a los SUV. Aun así, lo que Mazda ofrece ahora no es, ni de lejos, un motor diésel perfecto. Como poco, el escandaloso efecto turbo consigue aguarle a uno la fiesta en el momento de arrancar. En cambio, una vez superado este punto el CX-7 desarrolla su potencia mejor que el Audi, aunque resulta más ruidoso y áspero.
Un Kia potente
El mejor impulso lo ofrece el motor de cuatro cilindros y 2,2 litros de cilindrada que monta el Kia Sorento, siendo además el que claramente acelera mejor. El Sorento realiza el sprint estándar en menos de 9 segundos, mientras que tanto el CX-7 como el Q5 necesitan bastante más de 10 segundos. Y no es de extrañar, ya que el motor del Kia lidera el trío con sus 197 CV y un excelente par motor de 421 Nm. De los tres modelos, el coreano es el que resulta menos ruidoso, aunque también es el que más le exige a su depósito de combustible. El Sorento objeto de nuestra prueba consumió 10,9 litros a los 100 kilómetros.
Debemos reconocer que ninguno de los tres candidatos se condujo precisamente de forma lenta y, además, todos ellos estaban equipados con gomas de invierno para poder hacer frente a la nieve que cubría el suelo. Sin embargo, en el día a día sí es posible registrar uno consumo en torno a los 9 litros, algo que para un SUV pesado no resulta nada escandaloso. Mientras que el Audi es el único que no cumple la normativa Euro 5, el Mazda dispone de serie de un catalizador SCR que, con la ayuda de una solución de urea, reduce las elevadas emisiones de óxido de nitrógeno de los motores diésel. Por lo general, dicho aditivo sólo tiene que rellenarse cada 20.000 kilómetros durante la revisión.
Más confort a velocidades más elevadas
Cuanto más rápido se conduzca el Sorento (a los 190 km/h se frenará electrónicamente) mejor neutraliza las irregularidades del asfalto. Sin embargo, al conducir por la ciudad los pequeños baches y los daños causados por las heladas son trasladados directamente a los pasajeros. Sin embargo, ni los conductores del Q5 ni del CX-7 se libran tampoco de este molesto efecto secundario, ya que ni el reglaje del Audi ni el del Mazda son especialmente cómodos. Sobre todo las gomas de 19" del CX-7 nos dejan un recuerdo permanente en la columna vertebral.
Lo que no resulta nada cómodo para el día a día se traduce en un mayor placer de conducción cuando lo que recorremos son carreteras convencionales tortuosas. En temas de agilidad, el Mazda y el Audi son muy similares, logrando tomar las curvas casi igual de rápido. No obstante, en este aspecto la dirección dura y extremadamente precisa del Q5 resulta muy ventajosa. La del CX-7 es, por el contrario, más suave e imprecisa. Aquí el Sorento se queda muy por detrás y, aunque es capaz de apurar bien las curvas, éste comienza mucho antes a subvirar y su dirección tiene claramente más holgura.
Diferencias de tracción
El Audi también gana puntos con su extraordinaria tracción integral. En condiciones normales, el diferencial autoblocante Torsen se encarga de distribuir de la fuerza entre ambos ejes en una relación de 40:60, variándola según las necesidades. Por lo tanto, los problemas de tracción son completamente desconocidos para el SUV diseñado en Ingolstadt.
Por el contrario, en el caso del Mazda y del Kia el par de propulsión se envía en un primer momento al eje delantero y en el momento en el que comienza a perder adherencia es cuando se traslada hasta el 50% de la potencia al eje trasero a través de un embrague de discos múltiples los de regulación electrónica. En el Sorento es posible forzar dicha relación hasta los 40 km/h con tan sólo pulsar un botón.
Entre la guardería y la oficina
En la mayoría de las situaciones resulta indiferente, ya que los SUV se desplazan por norma general entre la oficina, el supermercado y la guardería. Sin embargo, sobre un piso resbaladizo, ya sea nieve, hojas o gravilla, es donde el Audi desarrolla todo su potencial. Mientras que en el caso de los asiáticos se percibe un pequeño retardo, el Audi sale disparado hacia adelante como si sus gomas de 17" rodaran sobre asfalto seco.
Ninguno de los candidatos se siente como pez en el agua sobre terrenos realmente intransitables. Una distancia de aproximadamente 20 cm con respecto al suelo permite a los tres realizar pequeñas excursiones más allá de las carreteras convencionales, aunque su ángulo de inclinación máximo de 25º limita en gran medida su espíritu aventurero. Mazda prescinde de un asistente para el descenso como el que instala tanto el Q5 como el Sorento. Seguramente confiando plenamente, y de de forma justificada, en que de todas formas nadie querrá ensuciar su SUV.
Conclusión
¿Se avecina realmente un peligro o el Audi Q5 no debe temer por su hegemonía? Con total seguridad se trata del representante más dinámico, mejor pensado y de mayor calidad de nuestro trío de ases y, además, cuenta con la mejor tracción integral. En términos prácticos, puede presumir de contar con el maletero más grande y de más fácil acceso de todos. Sin embargo, esto se refleja en la factura final con un sobreprecio de entre seis mil y diez mil euros.
Tanto Kia como Mazda superan con éxito todas las tareas encomendadas. En el apartado de la agilidad, el CX-7 no dista mucho del Audi, y en temas de motorización el Sorento aventaja a los demás con el motor más potente de los tres modelos. Desventajas: el CX-7 no está disponible con cambio automático, ni siquiera de forma opcional, y la sensación de bienestar dentro del Sorento sufre por sus materiales de baja calidad.