En lo que llevamos de año, en España se han vendido unas 3.000 unidades de cada modelo aunque el Range Rover está ligeramente a la cabeza en la comparativa. Analizamos todos los pros y contras de estos todoterrenos compactos… Desde Ingolstadt han tenido muy claro que querían poner el traje de raya diplomática al Audi Q3 , es decir, querían mantener un corte clásico y fusionar de la forma más elegante posible modelos como el Audi Q5 y el A3. Así, cualquier persona que busque evitar miradas y esté más cómoda sumergida dentro de la multitud verá en el alemán una alternativa perfecta.
En el otro lado, el Evoque ha sido creado para el gran espectáculo y la presencia de cámaras y focos. Sencillamente, uno no puede conducir un Evoque sin que los peatones y los conductores de otros vehículos miren de arriba abajo sus marcadas – y agresivas - líneas. Los británicos, que están en su mejor momento, han creado un vehículo muy seguro de sí mismo y con una personalidad propia que no tiene ni por asomo su competidor alemán.
El maletero de Audi, menos práctico
Echando un vistazo a la longitud de las carrocerías vemos que ambos tienen más o menos las mismas dimensiones: el Evoque cuenta con 4.36 metros mientras que el Audi suma tres más, es decir, 4,39 metros. Lo que los une, además de su condición de compactos, es la pronunciada caída del techo, sobre todo en el caso del Land Rover. Desde el exterior puede parecer incómodo de cara a los pasajeros traseros, pero la realidad es que también los adultos pueden sentirse cómodos al viajar en la fila posterior. Lo que no es tan favorable es la visibilidad desde el interior, ya que los cristales traseros (sobre todo en el caso del Evoque) son estrechos y dejan poco campo de visión al conductor en las maniobras de aparcamiento. En este punto viene la primera recomendación para ambos coches: los sensores de aparcamiento.
En este punto, Audi ofrece una visibilidad un poco mejor en todas las direcciones y, además, la fila trasera de asientos deja algunos centímetros más de espacio para las rodillas y el techo. No obstante, el espacio destinado al equipaje es significativamente mejor en el Evoque porque sus asientos traseros se pliegan dejando un espacio de carga plano, cosa que no ocurre en el Audi. A esto hay que añadir que el borde de carga del Q3 es más alto y que el proceso para retirar la bandeja trasera es más incómodo.
El ligero Land Rover
Nos llamó la atención al subirnos a ambos coches que, en una primera aproximación a los mandos de la consola y a la pantalla táctil, el modelo de Ingolstadt resultara más intuitivo y sencillo que el Evoque. También se perciben más finos y mejor ajustados – al menos por el tacto y el oído - el conjunto de botones y mandos giratorios. En el caso del Evoque, los plásticos que cubren el puesto de conducción son algo más toscos, aunque tampoco son malos ni presentan terminaciones mejorables. Simplemente es un interior correcto.
Esto va un poco en la línea de la construcción sólida del chasis del Evoque, que parece que ha dado más de un quebradero de cabeza a los ingenieros que se han devanado los sesos para conseguir un peso ligero. Y es que el Evoque pesa la friolera de 1.800 kg, algo más de cien kilos por encima del peso del Audi. En cuanto a la capacidad de carga hay menos diferencias, ambos pueden incluir más de 500 kilogramos pero enseguida se hacen sensibles al conducir, bien sea en rectas como en curvas.
Con 190 CV, el diesel 2.2 litros de cuatro cilindros de Land Rover es 13 cv más potente que el 2.0 TDI de Audi, lo que le da al Evoque más comodidad para alcanzar velocidades de crucero pero no para reducir el tiempo de aceleración hasta los cien, que es tres décimas de segundo peor que el del alemán. Con su motor de 177 cv, el Audi tarda 8, 2 segundos en llegar a los 100 km/h.
Significativamente más lento
En un uso agresivo de ambos vehículos, dotados de transmisión automática en ambos casos, las diferencias están en la velocidad. Mientras que el Evoque alcanza velocidades de 195 km/h, Audi está muy por delante de él consiguiendo puntas de 212 km/h. Ni más ni menos que 27 km/h de diferencia.
En medio de esta superioridad, el registro de consumo del Q3 es 0,2 litros mayor con 5,9 litros según la ficha técnica. Sin embargo, es sólo de forma teórica. En la práctica, este valor es muy diferente en ambos casos, pero llega a quedar por debajo de nueve litros en el caso del Q3, casi un litro menos que el consumo que conseguimos para el Evoque.
Slick contra de la camisa
Aunque ahora tiene una más, la caja DSG de siete marchas de Audi tendrá pronto dos marchas menos que el Evoque en esta comparativa, ya que Land Rover estrenará una nueva caja de nueve desarrollos automática que irá a parar a este modelo.
Sin embargo, y hasta que llege ese momento, Audi sigue por delante, ya que el trabajo del DSG se realiza perfectamente, de forma suave e imperceptible, como casi cualquier caja de doble embrague. A favor del Land Rover están los datos: el motor de Audi consigue poner a disposición del conductor 380 Nm de par motor, mientras Land Rover con el Evoque llega hasta los 420 Nm.
En cuanto a la calidad de rodadura, el motor de Audi (dotado de péndulo centrífugo) presenta una conducción perfectamente equilibrada - más aún con amortiguadores adaptativos - y deja buena nota de los esfuerzos puestos en disimular y corregir las fuerzas laterales en plena curva. El Evoque tiene también un tacto preciso y un buen paso por curva, pero es un poco más lento y cae en el subviraje antes que su contrincante.
Emparejar directamente al resultado
A la hora de proporcionar más tracción y estabilidad en curvas entran en funcionamiento las cuatro ruedas motrices. En este sentido, ambos proporcionan conducciones diferentes, ya que Audi apuesta por una configuración más favorable a la carretera mientras que el Evoque, con el sistema Terrain Response responde significativamente a diferentes tipos condiciones de adherencia.
Ambos fabricantes ofrecen a los clientes la oportunidad de acceder a estos modelos por un precio base de € 39.750 (en el caso del Evoque SD4) y de 38.620 euros si hablamos del Q3 2.0 TDI. Especialmente aquellos que sucumban a la generosa selección de servicios multimedia, sistemas de asistencia al conductor y detalles decorativos, se moverán sin problemas en cifras superiores a los 50.000 euros.
Conclusión
La cuestión de si debemos quedarnos con el Q3 o con el Range Rover Evoque realmente no debería plantearse, ya que con coches para clientes diferentes. Mejor dicho, el Land Rover tiene carácter, mucho carácter, mientras que el Audi pretende complacer a todo el mundo.
Es cierto que el británico pierde en términos de dinámica de conducción en asfalto pero, de la misma forma, también es cierto que nadie compra un Land Rover para llegar a la meta en primer lugar sino más bien para enfrentarse a zonas con nieve o caminos rocosos. El Evoque, con su sistema Terrain Response, es definitivamente superior al Audi cuando decimos adiós a la carretera.
