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Comparativa: Audi A4 Vs. Mercedes-Benz Clase C – El equilibrio perfecto

El nuevo Audi A4 llega al mercado cargado de argumentos que le hagan ser la opción a elegir entre las berlinas medias Premium.

Una tarea que no será fácil puesto que en su camino se topará un viejo conocido como es el Clase C de Mercedes, un modelo que rezuma deportividad y que, pese a su año de antigüedad, ha sabido captar la atención del público con una silueta más llamativa y atrevida. Nosotros los hemos enfrentado. A buen seguro que un conductor de la misma edad que el que suscribe estas líneas, con 31 camino de los 32, no se sienta demasiado atraído por las berlinas de corte más clásico. Sin embargo, cuando estas tienen un componente estético, y sobre todo tecnológico, tan atractivo como las dos que analizamos en esta comparativa, no es de extrañar que las dudas comiencen a surgir. Eso sí, antes de seguir, hay que explicar el pequeño matiz que se esconde tras el Audi A4 y el Mercedes-Benz Clase C que aquí enfrentamos pues las unidades de ambos modelos incorporaban los paquetes S line y AMG, respectivamente. Una línea de acabado que enfatiza su apariencia deportiva al tiempo que incrementa la factura final, dejando la cuantía de ambos vehículos en la barrera de los 40.000 euros… un precio que, por desgracia, un chico de mi edad no puede afrontar.

Pero dejando atrás las penurias económicas personales, frente a frente tenemos a dos rivales de talla que, con el paso de los años se han convertido en auténticos referentes del mercado tal y como demuestran los datos de ventas del pasado año en donde ambos modelos se situaron dentro del ‘top 5’ de las berlinas medias, ocupando el cuarto y tercer lugar, respectivamente. Unas ventas que, en estos dos primeros meses del año, se han revertido pues el A4 lleva, hasta finales de febrero, 288 unidades de ventaja con respecto a su compatriota.

Nuevo frente a ‘viejo’

El motivo de este vuelco se debe, principalmente, a que la marca de los cuatro aros ha comenzado el año ofreciendo a sus clientes la nueva generación de su modelo (las primeras unidades se entregaron en diciembre), mientras que la última generación del Clase C lleva ya entre nosotros algo más de un año. Muchos pensarán que en un año no da para demasiados cambios, pero 365 días dan para mucho y eso se demuestra en el hecho de que el A4 incorpora lo último en materia de tecnología.

Novedades que se centran, principalmente, en un cuadro de instrumentos completamente nuevo, heredado directamente del último TT, que sustituye los tradicionales relojes analógicos por una enorme pantalla TFT de 12,3 pulgadas totalmente configurable y en la que el conductor puede visualizar el navegador sin tener que desplazar la vista. Una opción, denominada Audi Virtual Cockpit, por la que hay que pagar 315 euros, pero que no se encuentra disponible en el Clase C. Como tampoco lo está tanto el cargador inalámbrico para móviles de última generación o un sistema multimedia que permite conectar cualquier smartphone, ya sea Apple o Android, al coche y visualizar en la pantalla central la misma interfaz pero reducida (Apple CarPlay o Android Auto). Elemento que en el nuevo A4 también se ofrece como opcional por un precio de 365 euros.

De lo que también presume el nuevo A4 es de ofrecer un interior mucho más cuidado que el de su compatriota. Con ello no queremos decir que el del Mercedes sea malo, sino que prefiere apostar por el empleo de plásticos más duros y molduras decorativas brillantes que no hacen sino restar vistosidad y presencia. Ambos apuestan por una pantalla central de tipo tablet colocada sobre la parte superior del salpicadero pero, de nuevo, la del A4 nos ha parecido que está mejor ensamblada ya que en marcha ‘crujía’ bastante menos que la del Clase C.

Para desplazarnos por los diferentes menús, los dos apuestan por un mando colocado en el túnel central, más clásico e intuitivo en el caso del A4 y más grueso y visible en el del Clase C. Tras probarlos en profundidad, nos volvemos a decantar por la opción del A4 ya que su manejo es más sencillo al tiempo que la superficie táctil superior es más rápida que la de su rival. En donde sí consigue ganar algún punto el Mercedes es en la distribución. Al equipar el cambio automático, la palanca de cambios se traslada a la columna de dirección (al estilo americano) dejando un hueco más grande con dos posavasos que permite depositar los enseres personales como el teléfono o la cartera. Además, puestos a ser menos quisquillosos en lo que a calidad se refiere, el Clase C cuenta con un diseño más llamativo y de corte más deportivo que el de su rival.  

Cuestión de espacio

En lo que a habitabilidad se refiere, tanto el Audi como el Mercedes mantienen las cotas de sus predecesores. En este sentido, el A4 cuenta con una carrocería algo más grande que, en esta nueva generación ha crecido 3 cm hasta situarla en los 4,73 metros de largo, cifra que le supone ser 4 cm más largo que su rival, al tiempo que es 3 cm más ancho. No obstante, el modelo de Stuttgart es algo más alto, 1, 5 cm, y cuenta con una distancia entre ejes mayor, de 2,84 metros frente a los 2,82 del A4.

Una ligera ventaja que se debería traducir en una habitabilidad mayor, pero una vez más el vehículo de Ingolstadt  se sitúa por delante de él. Así lo han dictaminado nuestras mediciones pues en la zona trasera, un adulto de 1,80 metros contará con un hueco para las piernas de 23 cm, frente a los 18 que tendrá en el Clase C. En lo que respecta a la anchura, aunque ambos modelos son aptos para tres pasajeros, lo cierto es que dos ocupantes irán mucho más cómodos al tiempo que el central no tendrá que sufrir la incomodidad de viajar en unos asientos estrechos, duros y penalizados por un túnel central muy voluminoso. Por último, el hueco restante para la cabeza es suprior en el A4 que en el Clase C. Sí, este último puede que cuente con una mayor altura general, pero el contar con una caída de techo más pronunciada penaliza dicho espacio. Ahora bien, en los dos, aquel que mida más de 185 cm de alto, tocará con la cabeza.

Por lo tanto, el sitio que mejor se adaptará a su tamaño será delante. Allí, tanto conductor como pasajero gozarán de la comodidad que les brindan las excelentes butacas que montan ambos modelos. Al equipar los acabados más deportivos, la configuración de los asientos también tenía un corte más deportivo. En este sentido, la sujeción lateral en el A4 era superior pero el mullido tanto de la butaca como del respaldo era más confortable en el Clase C. A nivel dinámico, el A4 ofrece una postura de conducción mucho más baja, un hecho que será del agrado de quienes les gusta viajar en esta postura.

A la hora de transportar nuestro equipaje, tanto A4 como Clase C cuentan con unos maleteros muy parejos. El del primero con 480 litros, es 20 litros más grande que su rival al tiempo que ofrece unas formas más regulares en su interior para cargar bultos de diferentes tamaños.  Eso sí, ninguno de los dos destaca por ofrecer una boca de carga cómoda ya que su anchura y altura es bastante limitada (la del Clase C es ligeramente más grande) sin pasar por alto que están bastante separadas del suelo (a 71 cm para ser más exactos) lo que obliga a elevar demasiado los objetos para introducirlos en él.

  • Audi A4
  • Mercedes-Benz Clase C

Audi A4 2.0 TDI 190 CV S tronic

Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea

Cilindrada: 1.968 cc

Potencia: 190 CV entre 3.800

Par: 400 Nm entre 1.750-3.000 rpm

Velocidad Máxima: 237 km/h

0-100 km/h: 7,7 seg.

Consumo (urbano/extraurb./mixto): 4,8 / 3,7 / 4,1 l/100 km

Emisiones CO2: 107 gr/km

Dimensiones: 4.726 / 1.842/ 1.427 metros

Maletero: 480 litros

Peso: 1.480 kg.

Cambio: Automática de doble embrague, siete velocidades

Depósito: 40 litros

Precio: 42.235 euros

Unidad probada: 59.205 euros

Mercedes C 220d 7G

Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea

Cilindrada: 2.143 cc

Potencia: 170 CV entre 3.000-4.200 rpm

Par: 400 Nm entre 1.400-2.800 rpm

Velocidad Máxima: 233 km/h

0-100 km/h: 7,4 seg.

Consumo (urbano/extraurb./mixto): 5,3 / 3,6 / 4,3 l/100 km

Emisiones CO2: 109 gr/km

Dimensiones: 4.686 / 1.810/ 1.442 metros

Maletero: 460 litros

Peso: 1.495 kg.

Cambio: Automática con convertidor de par, siete velocidades

Depósito: 66 litros

Precio: 39.825 euros

Unidad probada: 64.737 euros

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        ## La opción más equilibrada

Para la realización de este cara a cara decidimos optar por los propulsores que, a nuestro juicio, mejor se adaptan a estos dos modelos como son los turbodiésel de 190 CV en el caso del Audi y de 170 CV en el del Clase C. Más aún si tenemos en cuenta que en el Mercedes, dicho nivel de potencia se convierte en la versión de acceso a la gama diésel. En este sentido, el modelo de la estrella juega con desventaja frente a su rival ya que el A4 ofrece una motorización menos potente, de 150 CV que, previsiblemente es la que más adeptos tendrá dado que la tarifa se reduce considerablemente respecto al 190 CV: 3.000 euros para ser más exactos.

Sin embargo, dejando de lado las limitaciones que nos presenta el Clase C, como decimos, estos dos bloques son los que mejor representan la esencia de ambos modelos, sobre todo si tienes la suerte de poder asociarlos a sus pertinentes transmisiones automáticas de siete relaciones, S tronic en el Audi y 7G-Tronic en el Mercedes. Frente a frente, de nuevo las diferencias saltan a la palestra. Comenzando por los bloques, un 2.0 litros en el caso del A4 y un 2.1 en el del Clase C, continuando por el tipo de caja de cambios, de doble embrague y con convertidor de par, respectivamente, por la forma de transmitir la fuerza, a las ruedas delanteras y a las traseras, respectivamente, y finalizando por el comportamiento dinámico.

Y es que en marcha, son dos vehículos a los que les encanta devorar kilómetros aunque en el caso del Clase C, estos serán algo más cómodos que en su contrincante. Sí, porque sin contar con los programas específicos a la conducción que montan ambos, Audi Drive Select y Agilty Control, el modelo de la estrella cuenta con un tarado de suspensión más confortable que el de su rival. También ha mejorado considerablemente en el paso por curva, con una carrocería que se muestra ágil en curvas lentas y con una dirección precisa que transmite toda la información. Ahora bien, en su contra está el tener un motor bastante más ruidoso y áspero que el del A4.

Que haya 20 CV de diferencia entre ambos no es un dato que se note demasiado al volante a excepción de los consumos. En efecto, el tener dos decenas menos de caballos permite al Clase C registrar un consumo medio de 6,8 l/100 km lo que viene a ser cerca de medio litro menos que el A4. Y es que la berlina de Ingolstadt nos ha sorprendido por lo mucho que gasta, con un registro, como decimos cercano a los 7,3 l/100 km. Cifra que no sólo dista muchísimo de la oficial, de 4,3 l/100 km, sino que quizá nos haga entender por qué el motor de 150 CV pasará a ser la opción más demandada por el público.  

Para dar y tomar

Dejando aparcado, nunca mejor dicho, todas las impresiones dinámicas, dejadme que, lo más brevemente posible, explique la elevada dotación de equipamiento que ambos modelos presentan. Como hemos comentado con anterioridad, que el A4 sea ‘más nuevo’ que el Clase C le ha permitido añadir un elenco tecnológico digno de segmentos superiores. En este sentido, el Audi cuenta con un amplio abanico de asistentes a la conducción que, no obstante, son perfectamente contrarrestados por los de su rival. Sí, porque nuestros dos protagonistas pueden montar, entre otros, controles de velocidad de crucero adaptativos con función Stop&Go para los atascos, asistentes de cambio de carril, de detección de objetos en ángulo muerto, sistemas de frenada de emergencia en ciudad, luces frontales Full LED, Head-Up Display…

Un elenco de seguridad que se completa, cómo no, con multitud de elementos que harán la vida a bordo mucho más confortable como los equipos de sonido de alta fidelidad, Bang&Olufsen en el A4 y Burmester en el Clase C, climatizador de tres zonas, asientos tapizados en piel, con función eléctrica, calefactados y ventilados, sintonizador de televisión (solo para el Mercedes), acceso y arranque sin llave… Opciones y elementos que, obviamente, harán subir la factura final considerablemente, como ocurría en nuestras dos unidades de prueba, que incluían 17.000 y 24.000 euros en extras, respectivamente.

Pero más allá del gasto monetario, que dependerá de la cuenta corriente de cada uno, es evidente que tanto el A4 como el Clase C se han ganado por derecho propio su condición de referencia de su segmento. Bien es cierto que la nueva generación del Audi llega con argumentos más llamativos tanto a nivel tecnológico como mecánico, pero el Mercedes es capaz de contraatacar con sus armas que vienen determinadas por una deportividad mucho mayor y por un estética algo más llamativa.

¿Preparado para lo siguiente?

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