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Prueba: Citroën DS5 Hybrid4 – Maravillosamente diferente

La reacción que desencadena el nuevo DS5 Hybrid4 en los curiosos apostados a ambos lados del garaje donde se esconde no puede ser más evidente. En su rostro se puede leer el asombro y el respeto que provoca su nueva «propulsión eléctrica».

Y su desconcierto llega a límites insospechados mientras observan cómo el nuevo DS5 rueda de forma sumamente silenciosa. No obstante, este momento mágico se rompe abruptamente tras unos cientos de metros cuando el motor diésel despierta de su letargo con un imponente rugido. Sí, el DS5 de Citroën es capaz de hacer ambas cosas: rodar al estilo clásico con la ayuda de su propulsor diésel y desplazarse prácticamente en completo silencio, mientras sus ocupantes se dejan embelesar por la estética interior y exterior de esta berlina de tintes familiares. Como suele ser habitual en Citroën también el DS5 es de ese tipo de automóviles que destaca de forma llamativa entre los de su misma clase. Ya solo por el mero hecho de pertenecer a la división de los DS se podría decir que su ADN incorpora una cierta dosis de extravagancia. Además, este descendiente algo más largo del C4 cuenta con una carrocería especialmente original, una especie de mezcla entre un familiar y una berlina que no solo se sale de lo común, sino que también ofrece prácticas ventajas en lo que respecta a la economía de espacio. Tanto delante como detrás los ocupantes disfrutarán de una buena oferta de espacio e incluso el maletero (con una capacidad de entre 460 y 1.288 litros) presenta unas dimensiones generosas siempre y cuando no ocurra como en la versión que nosotros probamos en la que una gran batería reduce este espacio a entre 325 y 1.145 litros.

En cualquier caso la utilidad no es tanto una prioridad como su interior de diseño estiloso y acogedor, que incluso en la variante de acceso que tuvimos el placer de probar mima a sus ocupantes con todo tipo de detalles. La lista de equipamiento del modelo básico es tan larga como la de muchos otros modelos, aunque únicamente en sus tope de gama. En el caso del DS5 esta variante se denomina, por cierto, SportChic y parece salida de una película de acción.

Elegante, pero con pequeños defectos

Sin embargo no es solo el confort lo que fascina a los ocupantes, sobre todo la elegante y moderna puesta en escena de su diseño es lo que hace de la estancia en un DS5 algo único. Además, la selección de materiales y los acabados son de máximo nivel. Sin embargo, algunos elementos de control dispuestos de forma un poco aleatoria resultan algo desconcertantes. Los elevalunas se encuentran ubicados en la consola central y no en la puerta, el aplanamiento inferior del volante molesta más que ayuda y, como suele ser habitual en los modelos franceses, los prácticos portavasos brillan por su ausencia.

Por el contrario algún que otro detalle destaca especialmente tanto a la vista como al tacto. Hablamos, por ejemplo, de los reguladores de temperatura del sistema de aire acondicionado, de la palanca de selección del cambio automático o del reloj-joya analógico situado en la consola central –está claro que la fabricación en serie no tiene por qué ser aburrida. Y para los clientes especialmente solventes Citroën ofrece además un par de opciones de personalización como puede ser el equipamiento de cuero «Club» o las llantas de aleación «Cairns» que justifican por sí solas la adquisición de un DS5.

Una cierta dureza

Con unas grandes gomas es posible incrementar aún más si cabe el atractivo del DS5, aunque éstas reducen el confort de marcha de forma innecesaria ya que incluso con las ruedas de 17 pulgadas de nuestra unidad de prueba este híbrido a tiempo parcial no rueda de forma tan serena por encima de las irregularidades del piso como cabría esperar de un gran Citroën. En este sentido, el hecho de rodar sobre un adoquinado, por ejemplo, pondrá a prueba la capacidad de sufrimiento de sus ocupantes. Por otro lado, en autopista el DS5 se muestra bien asentado y seguro sobre el asfalto y gracias al escaso nivel de ruido sus ocupantes pueden disfrutar de una atmósfera relajada.

A diferencia de los fabricantes japoneses el sistema híbrido del DS5 Hybrid4 se compone de un propulsor diésel de 163 CV y un motor eléctrico de tipo síncrono con imanes permanentes que genera 27 kW (37 CV). Tal y como indicamos al principio del artículo, si la batería está suficientemente cargada es posible rodar de forma 100% eléctrica manteniendo una aceleración moderada. A menudo tan solo unos cientos de metros, rara vez hasta dos kilómetros y como mucho hasta los 70 km/h.

El empuje

Si uno quiere ir deprisa o la batería está a punto de agotarse el motor diésel entra en escena sin ser preguntado –un propulsor que, a diferencia del modo eléctrico, que resulta prácticamente silencioso, trae consigo una cierta dosis de intranquilidad. No obstante, esta mecánica diésel de dos litros se encuentra entre los bloques más suaves de su gremio y demás ofrece una propulsión contundente. Si bien su par motor máximo de 300 Nm puede llegar en ocasiones de forma un poco tosca a las ruedas delanteras, por lo demás el DS5 acelera con suavidad y en ocasiones incluso con cierta alegría gracias al empuje adicional que proporciona el motor eléctrico que, acoplado antes del motor de combustión al eje delantero, genera 150 Nm adicionales. Así, en el modo deportivo el tiempo de aceleración es de apenas 8,6 segundos e incluso en las aceleraciones intermedias –al menos a velocidades de hasta 120 km/h– con su par motor adicional el motor eléctrico proporciona un empuje extra que permite transmitir al conductor la sensación de ir especialmente rápido.

Una vez alcanzada la zona alta de revoluciones la aceleración es algo más lenta, ya que en ese momento el diésel trabaja solo. Sin embargo, en combinación con la caja de cambios de seis velocidades automatizada es capaz de alcanzar los 211 km/h y mantener esta gran velocidad de forma soberbia. Aquí es donde resulta evidente su gran ventaja frente a las propulsiones híbridas de Toyota, Lexus u Honda que resultan menos aptas para trayectos a gran velocidad por autopista. Así, un Lexus CT 200h tan solo alcanza los 180 km/h y ya a partir de los 140 km/h su gasolina transmite la sensación de estar llegando a su límite. En este sentido, y desde el punto de vista de la clientela alemana, la tecnología Hybrid4 del DS5 es la más recomendable ya que reúne las cualidades necesarias tanto para circular de forma ecológica por ciudad como para rodar a gran velocidad por autopista. Incluso durante las etapas por el carril izquierdo de la autopista el nivel de eficiencia del DS5 se mantiene a un nivel razonable.

Realmente poco eficiente

Llama la atención el consumo homologado de tan solo 3,8 litros, aunque en la práctica resulta casi imposible de alcanzar, incluso haciendo todo lo posible por lograrlo. Cinco litros es un valor más realista para los conductores más eficientes, si bien el balance final de nuestra prueba arrojó un resultado de seis litros y medio. Sin embargo, hay que reconocer que dicha prueba incluyó también muchas etapas por autopista que en ocasiones recorrimos a velocidades bastante elevadas. El DS5 Hybrid4 es ciertamente un vehículo eficiente, aunque no debemos esperar ningún milagro.

En lo que respecta a los precios el Hybrid4 también asustará a aquellos que apuestan en gran medida por el ahorro. Su precio arranca en los 36.140 euros, aunque en este caso su equipamiento se puede ampliar sin problemas con muchas opciones atractivas. En este sentido resulta más realista calcular un precio superior a los 40.000 euros, un importe que no se puede considerar económico ni para un diésel ni para un propulsor híbrido en un modelo de clase compacta algo más largo.

Conclusión

La combinación de propulsor diésel y motor eléctrico del DS5 ha demostrado que puede obtener excelentes resultados en el día a día, de modo que la propulsión Hybrid4 del grupo PSA se convierte así la primera motorización doble capaz de convencer con una buena eficiencia y buenas prestaciones tanto en circulación por ciudad como por autopista. Sin embargo, es posible que la adquisición del Hybrid4 –que exige una inversión adicional de 5.000 euros en comparación con el HDi 165 con cambio automático– no merezca realmente la pena puesto que el coste adicional no llega a compensarse con la reducción del consumo.

No obstante, aquellos que por algo más de dinero deseen hacerse con un precursor de la próxima era de los automóviles eléctricos y hasta que llegue la verdadera revolución de la propulsión eléctrica desee emitir un poco menos de CO2 a la atmósfera encontrarán en el DS5 Hybrid4 una alternativa interesante que en el día a día funciona sin problemas y sin limitaciones y que gracias a la fuerza adicional del propulsor eléctrico del eje trasero es capaz de proporcionar un agradable empuje extra.

Sin embargo, la verdadera satisfacción que el DS5 Hybrid4 proporciona a sus ocupantes llega cuando los más profanos se dan cuenta de que este automóvil es capaz de rodar prácticamente en completo silencio. Por ahora, esto sigue siendo un fenómeno excepcional. Y además de esta satisfacción los ocupantes también pueden disfrutar de la increíble elegancia de su interior. Esto también merece la pena.

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