Cuando pienso en el protagonista de estas líneas no puedo sino acordarme de la sexta película de Rocky. En ella, Balboa, ya completamente retirado, se enfrenta en un combate al campeón de los pesos pesados, Mason Dixon, mucho más joven que él, más rápido, más ágil, más seguro y más fuerte. Sin embargo, el Potro italiano demuestra que la veteranía es un grado y consigue plantarle cara.
Pues bien, puede que muchos penséis que este paralelismo está un poco cogido con pinzas (perdonadme si es así), pero no puedo evitarlo cuando me tengo que poner a hablar del Citroën C5. Sí, hoy os traemos la prueba de todo un veterano en el sector, un modelo que sigue aguantando el tipo como el mejor púgil pese a que su alrededor sus rivales no hacen más que actualizarse, véase el Ford Mondeo, el Volkswagen Passat, el Skoda Superbo el KIA Optima (target=undefined), e incluso hay otros que son completamente nuevos, como el Renault Talismán (target=undefined).
Pero ahí está la berlina francesa, el C5, impertérrita ante el paso del tiempo y la llegada de contrincantes más fuertes, ofreciendo un perfecto equilibrio entre diseño, motor y comodidad. Sí, porque el confort es una de las grandes bazas de nuestro protagonista, en unión al sistema de suspensión Hidractiva III+.
No pasa de moda
Uno de los puntos que más nos ha llamado la atención es que su diseño parece permanecer en el tiempo. Bien es cierto que Citroën ha ido puliendo algunos detalles de su estética pero hay que recordar que este modelo lleva desde mediados de 2013 sin recibir ninguna actualización de renombre. Su figura mantiene ese empaque de las grandes berlinas de representación, aderezada con detalles vistosos como unas llantas de aleación de 18 pulgadas, luces diurnas de tipo LED, faros bi-xenón…
Una presencia que se mantiene una vez abrimos su puerta. En este sentido, aunque parezca un detalle un poco nimio, el sonido de la apertura y el cierre nos deja algo fríos y no está en consonancia con el tipo de vehículo que pretende ser. Pero más allá de este pequeño detalle, lo cierto es que el habitáculo del C5 sorprende, y mucho.
A causa de su veteranía, hay elementos que echamos en falta, como un buen Head-Up Display o una consola central más ligera y no tan cargada de botones. No obstante, el tacto y el aspecto del conjunto es excepcional, con una calidad de ajuste muy elevada o unos materiales muy agradables que, ahora sí, están en armonía con lo que pretende ser.
El puesto de conducción es muy ergonómico pues todos los comandos, y mira que hay, están al alcance y se manejan con facilidad. El volante, plagado igualmente de comandos, cuenta con la peculiaridad de dejar la parte central fija, moviéndose únicamente el aro exterior. Tras él, encontramos un cuadro de instrumentos que vuelve a recordarnos la antigüedad del modelo pues su diseño es algo ‘oldie’.
Los asientos son verdaderamente confortables. Cuentan con regulación eléctrica, están calefactados y ofrecen una función de masaje… ¿necesitas más argumentos para convencerte de que estamos en un coche Premium? Eso sí, hay que ser justos y decir que nuestra unidad estaba asociada al acabado más alto, el Exclusive.
- Ficha técnica
Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea
Cilindrada: 1.997 cc
Potencia: 150 CV a 4.000 rpm
Par: 370 Nm a 2.000 rpm
Velocidad Máxima: 214 km/h
0-100 km/h: 9,4 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 4,5 / 3,8 / 4,1 l/100 km
Emisiones CO2: 106 gr/km
Dimensiones: 4.779 / 1.860/ 1.451 metros
Maletero: 439 litros
Peso: 1.615 kg.
Cambio: Manual, seis velocidades
Depósito: 71 litros
Precio: 32.830 euros
Por su parte, los ocupantes traseros ofrecen un excelente equilibrio entre sujeción y confort. Han sido fabricados por Faurecia y cuentan con el grado justo de dureza o la forma adecuada para que cualquier cuerpo se asiente sin complicaciones. El espacio reinante es más que amplio para viajen sin problemas tres adultos, aunque los más cómodos irán ubicados en sus plazas exteriores. Una pega es el hueco restante para la cabeza, pues un adulto de más de 185 cm empezará a tocar en el techo. Pese a ello, el C5 resulta un coche acogedor que invita a pasar mucho tiempo en él.
Devora kilómetros
Así es, una vez lo arrancas no querrás hacer otra cosa que seguir conduciendo. Y si además tienes la fortuna de poder adquirir la misma versión que la nuestra, sabrás de lo que te hablamos. En concreto, nosotros pudimos probar el motor 2.0 HDI de 150 CV asociado a la transmisión manual de seis relaciones. El motor arranca sin transmitir excesivas vibraciones ni ser demasiado ruidoso al ralentí.
Una vez en marcha, todo se mantiene. El confort de rodadura es elevado y la respuesta mecánica, notable. Los 150 CV mueven al vehículo con solvencia y los 370 Nm de par están disponibles desde las 2.000 rpm, todo un seguro de vida. Gracias a la unión de la caja de cambios manual, con un tacto suave y un tránsito entre marchas rápido, el conductor se beneficiará de unas prestaciones muy solventes y, sobre todo, de unos consumos realmente bajos. En nuestro caso, en ciclo medio registrado no sobrepasó los 6 l/100 km, una cifra magnífica si tenemos en cuenta el peso, el tamaño y la potencia que ofrece este coche.
Dinámicamente, como te comentábamos al principio, el C5 cuenta con la inestimable ayuda de la suspensión Hidractiva III+, que le permite marcar la diferencia frente al resto de rivales, al tiempo que le mantiene en la ‘picota’ pese a estar hablando de un modelo muy veterano. En condiciones normales, la berlina gala cuenta con un confort y una comodidad sobresalientes. Sea cual sea la irregularidad del terreno, será imperceptible para cualquier pasajero. Además, si queremos algo más de dinamismo, siempre podemos activar el modo Sport para mejorar la estabilidad, sobre todo cuando queremos aumentar ligeramente el ritmo o circular por una carretera más sinuosa. Lástima que esa configuración Sport no se extrapole a una dirección, que si bien es magnífica para callejear o para rodar por autopista, no transmite toda la información que uno querría cuando rodamos algo más ligeros.
Repetimos, es Premium
En lo que a equipamiento se refiere, como ya hemos mencionado anteriormente, nuestro motor 2.0 HDI estaba asociado al acabado más alto de toda la gama, el Exclusive, disponible por un precio de venta de 32.830 euros. Como su propio nombre indica, la exclusividad es una de sus máximas. Su equipamiento cubrirá las necesidades de los clientes más exigentes al contar con elementos como los faros bixenón autodireccionables, el navegador, el climatizador automático bizona, llantas de 18 pulgadas, 10 airbags, volante multifunción, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara de marcha atrás… Ahora bien, si hablamos de dotación de seguridad, aquí sí se deja notar su veteranía pues se echa en falta algún que otro asistente que justifique, por ejemplo, el costar 280 euros más que un Ford Mondeo Titanium.