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Prueba: Chevrolet Camaro 6.2 V8 – La última versión de uno de los mitos yankees

Los estadounidenses tienen una forma de ver las cosas muy diferente a la de los europeos, y un claro ejemplo de ello son los deportivos. Antonio García lo comprueba con la última versión de uno de los mitos yankees: el Chevrolet Camaro.

  • 45.900€
  • 6.162 cc
  • 432 CV
  • 250 km/h
  • 0-100 km/h: 5,2 seg.

Muscle car: deportivo muy potente de tracción trasera con una 'atlética' carrocería coupé o cabrio, con capacidad para cuatro personas, un maletero más que correcto y un precio que, aunque no sea bajo, tampoco debe resultar prohibitivo. También suelen estar fabricados por una marca norteamericana, ya que estos modelos eran el objeto de deseo para muchos conductores del 'otro lado del charco' entre los años 60 y 80, principalmente. Entre los muscle cars más famosos están el Ford Mustang, el Pontiac GTO, el Dodge Challenger... y el Chevrolet Camaro.

En Europa, estos deportivos no son especialmente conocidos, entre otras cosas porque apenas llegó a comercializarse ninguno de ellos de una manera oficial. Además, su espíritu deportivo no se parecía demasiado al de sus rivales europeos. Sin embargo, Chevrolet decidió, en 2012, importar a Europa el Camaro, un muscle car que tiene dos objetivos: mejorar la imagen de la marca.... y convertirse en la alternativa asequible de su hermano mayor, el Corvette. Impresiona su gran tamaño Lo cierto es que la apariencia de su carrocería de 4,83 m de largo es muy llamativa, sobre todo por su robusto diseño, por las voluminosas formas de sus aletas, por sus gigantescas llantas de aleación de 20" de diámetro -de serie- o por sus 1,91 m de anchura -un compacto como, por ej., el Renault Mégane, mide 1,80 m-, que aún parecen unos cuantos centímetros más debido a la relativamente escasa altura de la carrocería -1,36 m; el mismo Mégane de nuestro ejemplo llega a 1,49 m-.

Cuando abres la puerta, esa sensación de robustez comienza a desaparecer, ya que el aspecto del salpicadero está más en línea con el de un modelo normal. Lo más llamativo son los relojes de la instrumentación, que tienen una forma cuadrada, o el conjunto de cuatro indicadores rectangulares que hay justo delante de la palanca de cambio. El diseño de los asientos no es demasiado deportivo y hasta su mullido resulta un poco blando, pero lo cierto es que son cómodos y consiguen sujetar el cuerpo correctamente en las curvas.

La postura al volante es baja, pero no tanto como, por ejemplo, en un BMW Serie 3. Por calidad, el Camaro no transmite esa sensación de lujo de los grandes deportivos europeos, pero sus acabados son más que correctos. ¡Qué poco suena! Sé que bajo el capó, hay un impresionante motor V8 gasolina atmosférico de 6.2 litros y 432 CV, así que espero que un sonoro bramido me ponga los pelos de punta cuando giro la llave de contacto. Sin embargo, el Camaro arranca de una forma silenciosa, y el sonido ni siquiera aumenta cuando decido dar un par de acelerones en punto muerto. Piso el embrague e introduzco la primera de las seis marchas que tiene este Chevrolet. El cambio tiene un tacto duro y metálico, con unos recorridos muy cortos, mientras que el embrague también se caracteriza por ofrecer una firmeza un tanto elevada. Por eso, es de esas transmisiones que hay que manejar con decisión y rapidez, pues de lo contrario es fácil que vayamos dando pequeños tirones cada vez que lo utilizamos.

Qué lleva de serie... Cuatro airbags, ABS, ESP, elevalunas eléctricos delanteros, cierre centralizado con mando a distancia, aire acondicionado, dirección asistida, llantas de aleación de 20 pulgadas, control de velocidad, cámara de visión trasera, sensor de aparcamiento, faros antiniebla, radio CD con Mp3 y nueve altavoces, toma auxiliar USB, Bluetooth, sensor de presión de neumáticos, faros de xenón, tapicería de cuero, alarma antirrobo, asientos traseros abatibles, kit de reparación de antipinchazos, volante de cuero con mandos del equipo de audio integrados y regulable en altura y profundidad, toma de corriente de 12V, apoyabrazos central delantero con dos posavasos...

Opciones... Pintura metalizada (desde 820 euros), techo solar eléctrico (1.025), bandas decorativas para la carrocería (515), llantas con acabado pulido en vez de brillante (515).

Eso sí, cuando le coges el ´tranquillo´, manejar esta caja de cambios es una auténtica gozada. Usarás poco el cambio Independientemente de su 'rudo' tacto, esta caja de cambios tiene otra peculiaridad: sus desarrollos. Son bastante largos, pensados para aprovechar la enorme fuerza que ofrece este gigantesco motor desde apenas 1.000 rpm -da la sensación de que podría mover perfectamente a un camión-. En la práctica, esto se traduce en que puedes apurar la primera velocidad hasta casi 60 km/h; la segunda, hasta unos 120 km/h; y, la tercera, hasta más allá de los 150 km/h...

¿Cambia ya? El Camaro va a sufrir, a finales de año, un ligero restyling que afectará al diseño de los faros y del frontal, que será un poco más aerodinámico. Además, ahora contará de serie con el sistema multimedia MyLink -permite instalar aplicaciones- y un HUD -dispositivo que proyecta información en el parabrisas- en varios colores, en vez de en el tono azulado del modelo de esta prueba. El resto continúa sin cambios, por lo que tanto el motor como el chasis o la caja de cambios se mantienen como hasta ahora. Tampoco hay variación en el precio: desde 45.900e.

Todo esto es posible porque a esas 1.000 rpm ya notas una considerable entrega de potencia que no cesa hasta que la aguja del cuentavueltas supera ligeramente las 6.000 rpm. Es una respuesta contundente, pero también resulta extremadamente progresiva, y tan sólo hay un poco más de nervio cuando se superan las 4.000 rpm. Así, estirar cada marcha hasta alcanzar las 6.000 rpm se convierte en un proceso más largo de lo habitual, tanto que, por un momento, puedes llegar a dudar sobre si de verdad tendrás bajo el pedal del acelerador los 432 CV que afirma la marca en la ficha técnica...

Tampoco hay que olvidar que este Chevrolet pesa 1.769 kilos, que no es poco. Sin embargo, todas tus dudas se disipan cuando compruebas lo rápido que puedes circular por una carretera de montaña empleando tan sólo la segunda y la tercera velocidad. Y es entonces cuando te das cuenta de que, efectivamente, estás ante todo un deportivo capaz de emplear tan sólo 5,2 segundos en pasar de 0 a 100 km/h o de alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h. Tendrás que cambiar el chip El peso también juega un papel fundamental en el comportamiento del Camaro y en la forma de conducirlo, pues sus casi 1,8 toneladas le impiden ser tan ágil como muchos buenos deportivos europeos. A cambio, esos kilos le aportan un gran aplomo y, si te acostumbras a aprovechar esta condición para ir deprisa, terminarás descubriendo que es justo ahí donde radica el gran secreto para disfrutar como un niño a sus mandos. No tardarás mucho en descubrir que lo ideal es actuar antes de que las inercias hagan acto de presencia. Por eso, el Camaro te obliga a conducirlo con finura, apurando cada frenada sólo lo imprescindible, trazando cada curva de la forma más suave que te sea posible y comenzando a acelerar con fuerza en el momento en que comiences a salir del giro. Para conseguirlo, este Chevrolet pone a tu disposición unos cuantos aliados.

El veredicto de Antonio García

El Chevrolet Camaro es un deportivo diferente a lo que estamos acostumbrados en Europa, pero no por ello deja de ser un modelo capaz de hacerte vibrar con las sensaciones que transmite cuando te pones a sus mandos. Es cierto que, probablemente, no sea la mejor opción si lo que buscamos es la máxima agilidad o las prestaciones más brutales. Sin embargo, su diseño resulta impactante, su conducción exige lo suficiente como para llegar a resultar bastante divertida y no hay nada tan potente y por menos dinero en el mercado.

El primero es un excelente equipo de frenos firmado por Brembo que, pese a ofrecer un tacto de pedal algo blando, se muestra potente y, sobre todo, muy resistente a la fatiga. El segundo es el eje delantero, que permite entrar en las curvas con una agilidad digna de un modelo bastante más ligero. Mientras, el eje trasero parece imperturbable, con una capacidad de tracción sobresaliente. Además, la progresiva respuesta del motor que citábamos antes también consigue que sea casi imposible que este tracción trasera nos sorprenda con una brusca derrapada al salir de una curva acelerando. Por su parte, la suspensión tampoco es que resulte especialmente dura, pero sí contiene el balanceo de la carrocería lo suficiente como para que no suponga problema alguno. La única cosa que, quizá, podría mejorar es la dirección, que está demasiado asistida y no termina de dejarte sentir cuánto agarre queda en las ruedas delanteras, una información que te resta un poco de confianza cuando intentas ir deprisa. Pero, una vez que te acostumbras a las peculiaridades del Camaro, es cuando de verdad empiezas a sacarle todo el 'jugo' a este mítico Chevrolet. Puede que no sea tan rápido o eficaz como un Porsche 911 circulando por una carretera de curvas, pero también es verdad que conducirlo deprisa, intentando sacarle el máximo rendimiento, se convierte en una experiencia bastante divertida. Barato, pero... Además, no hay que olvidar que este capricho, como decía al principio, tampoco tiene un precio desorbitado: el Camaro de esta prueba cuesta 45.900 euros, un dinero por el que no encontrarás otro modelo nuevo tan potente y con una imagen tan exclusiva -por ejemplo, un Nissan 370Z cuesta 700 euros más... pero tiene un motor de 328 CV-. Eso sí, que este Chevrolet sea relativamente barato de adquirir no significa que ocurra lo mismo con su mantenimiento, ya que su consumo medio a ritmo normal rara vez bajará de los 15 l/100 km y operaciones como sustituir los cuatro neumáticos te supondrán unos 1.990 euros...

Quién es Antonio García

El coche de Antonio. Antonio García compite con este Chevrolet Corvette C6.R. Cuenta con chasis y carrocería de competición, un motor de 5.5 litros V8 atmosférico de 491 CV, tracción trasera, un cambio manual secuencial de seis marchas y pesa 1.245 kilos.

Quién es. Nació en Madrid, tiene 33 años y es piloto oficial del equipo estadounidense Corvette Racing en las American Le Mans Series -ALMS-. Al cierre de estas líneas y, a falta de una carrera, es el líder del campeonato compartiendo coche con el danés Jan Magnussen. Han logrado tres victorias.

Su palmarés... Entre sus logros, destaca la consecución de campeonato del Mundo de kárting en 1994, el Euro Open by Nissan en 2000 -el año anterior, ese campeonato lo ganó Fernando Alonso- y la victoria dentro de su categoría en las 24 Horas de Le Mans en 2008, 2009 y 2011.

Curiosidades... Puedes seguirle a través de Twitter en @AntonioGarcia_3 o en su web -www.antoniogarcia.com-.

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