Pero donde realmente se catan las características de un modelo, es decir, al volante, comprobamos que de hecho el BMW X3 y el BMW X5 se dirigen a públicos sustancialmente diferenciados, aunque ambos tengan un rasgo en común: la pasión por conducir. Nada más entrar en el BMW X3 se tiene una sensación de independencia muy marcada. Es un modelo para viajar solo o en compañía de una persona especial, en cualquier caso dejando a los niños en casa. Al volante de un X3 realmente uno se siente lo suficientemente audaz como para acometer pistas off road complicadas.
Pero para llegar ahí, y en el uso cotidiano del X3, hay que rodar por mucho asfalto. Conscientes de ello en BMW han equipado a este modelo de modo conveniente, no sólo con elementos como el navegador, sino también con un sistema mecánico adecuado, como en el caso de la suspensión, de tacto firme y seguro cuando se circula en ciudad.
Por otro lado, su aventajado motor y la inmejorable caja de cambios forman un equipo que lleva al X3 a cotas de agilidad muy elevadas. La potencia del motor, de 218 CV, y la generosidad del cambio de marchas permiten circular realmente como uno quiere, ya sea en autopistas despejadas, calles llenas de vehículo o por carreteras con otros conductores a los que adelantar. Muy seguro, muy fácil y, sobre todo, muy muy placentero de conducir es como se destapa el BMW X3 en este sentido.
Una vez salimos de la carretera, de nuevo el motor y, en este caso, el sistema de tracción inteligente X-Drive, permiten audacias semejantes a las de asfalto, pero esta vez en un terreno donde la mayoría de vehículos sucumbiría. La mayor limitación que detectamos en este sentido es el de la altura hasta el suelo del vehículo, pero ese es un factor que se conoce de antemano, en el momento de adquirir un X3. Por otro lado, la suspensión se vuelve un tanto más arisca en camino, comparando con su comportamiento en asfalto, por lo que también hay que mentalizarse un poco cuando se abandona el piso llano.
La versión diesel de este modelo ofrece también otro tipo de sorpresas, ya que es capaz de ofrecer todas estas prestaciones y experiencias con un ajustado consumo, que se sitúa en los 7,9 litros a los 100 kilómetros según los datos que facilita el fabricante.