Por tercera vez en lo que va de año nos volvemos a encontrar con la tercera generación del BMW X1. Tras haberlo probado con su mecánica diésel y haber descubierto cuáles son las bondades de la alternativa phev, acaba de pasar por nuestras manos la mecánica más novedosa de esta tercera entrega, estrenada por completo en la misma: la 100% eléctrica. Bajo la denominación comercial de iX1 no solo es la primera vez que aparece en la gama del todocamino compacto sino que se convierte en el escalón de acceso para entrar en la estrategia eléctrica de la firma bávara porque los 56.400 euros de los que parte son casi 1.000 euros menos de los que ahora acaba de establecer el i4 eDrive35i.
Una tarifa que, dado los tiempos en los que estamos, puede parecer elevado teniendo además en cuenta que nos referimos a un modelo completamente eléctrico, con las limitaciones que ello supone. Pero teniendo en cuenta que la categoría de los SUV Premium compactos empieza a llenarse de contendientes, vemos que la tarifa aportada por el BMW iX1 es significativamente inferior a la de los Audi Q4 e-tron, Mercedes-Benz EQA, Lexus UX 300e o Volvo XC40 Recharge por citar a los rivales históricos de sus alternativas de combustión.
Pocos cambios y buen rendimiento
En lo que a estética se refiere, lo ves en las imágenes pues el iX1 no aporta distinción alguna frente a otro X1 de la gama. Solo en el caso de equipar el nivel de acabado más básico veremos que podemos sumar molduras en azul que lo diferencian al primer golpe de vista. De lo contrario, si decides optar por los acabados xLine de nuestra unidad o M Sport, la única diferencia que notarás será la de la parrilla completamente carenada, pues en la parte trasera, a excepción del también nuevo X1 M35i xDrive, el resto de versiones oculta los escapes traseros.
En el interior ocurre algo similar y la versión eléctrica es igual en apariencia y habitabilidad que el resto. Salvo los menús exclusivos destinados al sistema eléctrico del monitor central de 10,7”, el resto es igual. La calidad es elevadísima, la digitalización a la carta y las opciones de personalización innumerables a lo que se suma una muy buena ergonomía gracias a unos asientos deportivos (opcionales) y a los numerosos huecos portaobjetos disponibles.
Sí hay algún cambio ligero en la habitabilidad, principalmente en la zona posterior ya que al ubicar las baterías bajo el piso, éste ha subido unos pocos milímetros y eso se deja notar en una postura de las rodillas más elevada. Además, hay un detalle que no nos gusta y es que se pierde la posibilidad de desplazar longitudinalmente la banqueta, reduciendo así la modularidad de este iX1 frente a sus hermanos de gama.
En cuanto al maletero, cubica 490 litros que son 50 menos que el diésel dado que el doble fondo es mucho más pequeño y en este iX1 se reduce a la colocación de los cables. Por lo demás, mantiene las mismas formas cuadradas, la posibilidad de ampliar el volumen a los 1.500 litros si abatimos los respaldos traseros en una proporción 40/20/40 con, además, conexión con las plazas traseras gracias a una práctica trampilla. Por último, el portón tiene accionamiento eléctrico con función manos libres de serie.
Ágil y eficiente
En la conducción ocurre algo similar y aunque estemos llevando uno de los X1 más ‘pesados’ de la gama dado que supera por poco las 2 toneladas de peso, la realidad es que se le sigue notando como un coche bastante ágil, aunque lógicamente algo menos que los de combustión. Ahora bien, mantiene un tacto general bastante bueno, con una dirección precisa y una suspensión que filtra bastante bien las irregularidades. A todo ello hay que sumar además el hecho de venir equipado con tracción total gracias al rendimiento de sus dos motores.
Hablando de ellos, situados en cada eje, desarrollan de manera individual 190 CV mientras que de manera conjunta el rendimiento conjunto se queda en unos más que buenos 313 CV y 494 Nm de par, siendo así la tercera alternativa más potente de la gama tras el nuevo M35i y el xDrive30e (el phev). Ahora bien, la diferencia con el segundo es que el 0 a 100 km/h de este iX1 es idéntico, 5,6 segundos lo que da buena cuenta de su potencial, mientras que la velocidad punta se queda en los 180 km/h. Siguiendo con las comparaciones, echamos quizá en falta el modo Boost que sí teníamos en el diésel aunque al menos mantenemos el programa Sport que desata todo el potencial del coche. Además del modo Sport, contamos con los programas propios de los últimos BMW, es decir, el Efficient para ser más ahorradores y el Personal para dejarlo todo a nuestro gusto, a los que sumamos otros destinados al confort de los pasajeros o la apariencia del coche como son los Relax, Expressive y Digital Art.
Valiendo al sistema eléctrico, este se alimenta de una batería de 64,7 kWh de capacidad útil con la que BMW ha conseguido homologar una autonomía de 439 km con un consumo medio de 17 kWh/100 km. Cifra que es sencillo de conseguir en conducción real (la media ha sido de 17,6 kWh/100 km) pese a que el rango de recorrido que hemos obtenido está más próximo a los 400 km. No obstante, es un buen dato para andar despreocupado y, además, contamos con la ventaja de tener una bomba de calor que no merma la autonomía, sobre todo en días de calor como estos de la grabación.
Otro aspecto que nos sorprende es que no dispongamos de unos modos de retención de la frenada sino que simplemente tengamos el modo B para aumentar dicha frenada. No obstante, sí es reseñable el trabajo conjunto del sistema con la función adaptativa que lee la orografía y se anticipa a las situaciones del tráfico para decelerar y recuperar energía de una manera muy eficiente. En cuanto a la carga admite tomas en CA de 22 kW necesitando 3,5 horas para llenarlo por completo mientras que CC alcanza los 130 kW pasando del 0 al 80% en 29 minutos.