Un conjunto excepcional que sorprenderá a más de uno. BMW siempre se ha caracterizado por sus berlinas y sus cupés. En 2012, las mentes pensantes de la firma bávara decidieron que sería buena idea unir ambos conceptos para así llegar a un mayor espectro de clientes. Dicho y hecho. El resultado de aquella suma fue el excelentísimo Serie 6 Gran Coupé. Un año más tarde, apareció la Serie 4 como desdoblamiento deportivo del Serie 3 y, en 2014 surgió la segunda berlina cupé de la marca, el Serie 4 Gran Coupé.
Un modelo innecesario para muchos, quienes argumentaban que para tener una berlina media ya existía el Serie 3, pero que sirvió, como decíamos, para captar a un nuevo tipo de cliente y de paso quitarle cuota de mercado al Audi A5 Sportback. De nuevo, dicho y hecho ya que tanto los desarrolladores como los dibujantes alemanes se sacaron de la chistera el que, probablemente, es uno de los modelos más atractivos de su categoría.
Cambia lo justo
No obstante, el tiempo pasa para todos y tras tres años en el mercado, BMW decidió que era un buen momento para renovarle ligeramente. Una actualización, la típica que ocurre a mitad de vida comercial, que es precisamente la que protagoniza estas líneas y que afectó por igual a las tres carrocerías.
Ficha Técnica BMW 430d Gran Coupé
Motor: Diésel, seis cilindros en línea, turboalimentado
Cilindrada: 2.993 cm3
Potencia: 258 CV a 4.000 rpm
Par: 560 Nm entre 1.500
Velocidad Máxima: 250 km/h
0-100 km/h: 5,6 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 5,9 / 4,6 / 5,1 l/100 km
Emisiones CO2: 134 gr/km
Dimensiones: 4.640 / 1.825 / 1.389 milímetros
Maletero: 480-1.300 litros
Peso: 1.690 kg.
Cambio: Automática, con convertidor de par, de ocho velocidades
Depósito: 57 litros
Precio: 54.786 euros
Precio ud. probada: 79.959 euros
A simple vista, no hace falta ser muy avispado para ver cuáles son los cambios que presenta nuestra unidad y que consiguen equilibrar quizá más el binomio entre deportividad y elegancia. Huelga decir que, además, nuestra unidad iba equipada con el traje Individual confeccionado por el departamento de BMW capaz de presentarnos colores, tapizados o molduras exclusivas para que cada cliente sea dueño de un modelo único e inigualable…, eso sí, pasando por caja como veremos más adelante.
Pero volviendo a las pinceladas estéticas, como decíamos, no hace falta tener ojo clínico para comprobar que tanto paragolpes, como parrilla o faros, con tecnología LED de serie tanto delante como detrás, son de nueva factura. En nuestro caso, las llantas y el color de la carrocería corrían a cargo del citado departamento Individual, pero en dicha renovación aparecieron dos nuevos juegos y dos nuevas tonalidades.
Un conjunto estético que aumenta su atractivo sin ofrecer variaciones en sus dimensiones. De esta forma, el Serie 4 Gran Coupé mantiene sus 4,64 metros de longitud, el 1,82 de anchura y el 1,39 de altura. Cotas que, en comparación con el Serie 3, implican solo 7 mm más a lo largo, 14 a lo ancho y 40 mm menos a lo alto.
A la última
Por dentro las modificaciones son quizá más acusadas. Lo primero que llama la atención es el nuevo cuadro de instrumentos multifuncional, como lo denomina la marca, con grafismos digitales que mantiene ese halo deportivo gracias a las dos esferas. Además de variar su diseño en función del programa de conducción escogido, la esfera de la derecha (relativa al cuentarrevoluciones), puede exhibir nuevas informaciones.
El sistema de navegación Professional (un opcional que cuesta 2.662 €) también recibe la última actualización, con nuevos menús más intuitivos y grafismos más actuales. La pantalla central se estiliza, aunque no ofrece la posibilidad de ser manejada de manera gestual. De esta forma, el comando iDrive, con superficie táctil, eso sí, se mantendrá como centro de mandos. Su manejo es de lo mejor del segmento gracias a su rapidez y a lo intuitivo que resulta. El punto actual se lo otorga, además, la sincronización móvil con Apple CarPlay que puede realizarse sin cables, a través del Bluetooth.
En lo que a calidad percibida se refiere, pocos cambios ya que su predecesor ya destacaba tanto por sus remates como por sus materiales. Sí aparecen nuevas molduras decorativas que, en el caso de nuestra unidad volvían a estar firmadas por el departamento Individual. Entre algunas novedades de equipamiento, aparece el cargador inductivo para teléfonos móviles.
Sin fisuras
Si nos centramos en el espacio, ofrece la misma batalla que el Serie 3, es decir, 2,81 metros. No obstante, la gran diferencia con este la encontramos en que nuestro Serie 4 Gran Coupé está pensado para cuatro ocupantes (aunque está homologado para cinco). Dos butacas exteriores amplias prometen un elevado confort para colocar nuestro cuerpo, mientras que el hueco para las piernas es más que suficiente para un adulto de 1,80 metros de estatura. En cuanto a la cabeza, los 92 centímetros de altura desde la butaca, también aseguran que un adulto hasta de 1,85 pueda viajar sin tocar con la coronilla. Eso sí, el acceso a las mismas es algo más complicado que en un Serie 3, primero por lo bajo que están situados los asientos, y segundo, por ofrecer una apertura más limitada.
Al echar la vista un poco más atrás, vemos que la capacidad del maletero también es idéntica a la del Serie 3, 480 litros. En cambio, de nuevo las diferencias salen a la palestra, ahora en favor de nuestro protagonista, quien hace gala de un práctico portón posterior que facilita la carga y descarga de objetos al crear una boca de carga más amplia. En caso de que necesitemos más volumen, siempre podremos abatir la segunda fila, en una proporción 40/20/40, obteniendo 1.300 litros.
Perfecto compañero
Con el objetivo de mejorar la estabilidad en el paso por curva así como la comodidad de sus pasajeros, BMW asegura haber subido un punto la dureza de los amortiguadores, mientras que la dirección ha recibido ciertos ajustes para hacerla más firme. Un enunciado que nos vemos obligados a plasmar pero que, en la práctica, no parece ser un elemento destacado.
Con ello no queremos decir que los ingenieros alemanes hayan trabajado en balde, sino que no recordamos que el anterior Serie 4 fuera mucho más blando o menos reactivo de lo que es nuestro protagonista. En líneas generales, el comportamiento del Serie 4 Gran Coupé es muy notable y sirve tanto para viajar con relativa calma por autopista, como para pasar un buen rato por un puerto de montaña. En vía rápida, la estabilidad y la insonorización del conjunto es excepcional, mientras que en zonas reviradas, el buen ajuste del chasis nos permite afrontar varios apoyos seguidos sin problemas, mostrando una agilidad sobresaliente.
Buena parte de culpa la tiene, como decimos, el trabajo realizado en el chasis y, claro está, el rango de posibilidades que nos brinda el BMW Drive Select con cuatro programas bien diferenciados: Eco, Comfort, Sport y Sport+. Cada uno de ellos incide directamente sobre la gestión del acelerador, caja de cambios, dirección o amortiguación, brindándonos un coche cómodo y confortable o un cupé con mucho nervio gracias, entre otros, a que nos encontramos ante una de las pocas berlinas con propulsión posterior.
En este sentido, tampoco podemos olvidar la unidad de potencia que, en nuestro caso, se trataba del diésel más equilibrado de la gama tras la desaparición de las versiones 425d. Nos referimos al 430d, compuesto por un bloque de aluminio con una arquitectura de seis cilindros en línea y 3.0 litros de cilindrada, que genera 258 CV de potencia.
Destaca no solo por ofrecer un empuje excelente, los 560 Nm de par máximo aparecen a las 1.500 rpm, sino por su elevado refinamiento, ya que apenas vibra o emite ruido. Se combina, cómo no, con la caja de cambios automática Steptronic de ocho relaciones, encargada de enviar la fuerza directamente al eje trasero (también está disponible con tracción total xDrive). Si bien el gasto medio homologado queda reflejado en unos muy buenos 5,1 l/100 km, en la práctica y realizando una conducción más enfocada hacia el confort que hacia la deportividad, el dato registrado no bajó de los 7 l/100 km, llegando a picos de casi 9 cuando el programa Sport+ aparecía reflejado en el cuadro de instrumentos.
Cuesta equiparlo
Con todo, la compra de este Serie 4 Gran Coupé tiene un grado más de emocionalidad que de raciocinio. Diseño y, sobre todo, presencia decantan la balanza a su favor pues a igualdad de motor frente al Serie 3 el sobrecoste supone 1.550 €. Ahora bien, si quieres optar por la unidad de prueba, será necesario que vayas preparando el talonario, porque a los 54.786 € de partida que pide la marca por él, hubo que sumarle más de 25.000 € en opcionales.
Parte de responsabilidad recae sobre la firma Individual que con el color Frozen Bronze metalizado, las llantas de 19 pulgadas, la tapicería de cuero blanca Opal White y las molduras en Piano negro, se llevaban buena parte del pastel, en concreto 8.750 €. A ellas se suman otros elementos como el techo solar eléctrico (1.302 €), el sistema de navegación Professional (2.663 €), el cargador inductivo para móviles (473 €), el Head-up Dislpay (1.160 €), el cuadro de instrumentos multifuncional (461 €), el acristalamiento de protección solar (473 €), la calefacción de los asientos traseros (437 €), los faros delanteros LED adaptativos (1.408 €) con asistente de luces de carretera (153 €), el sistema de sonido Surround Harman/Kardon (1.290 €)… y un largo etcétera de opcionales que convierten a este 430d Gran Coupé en un objeto de deseo.