Si eres de los que está pensando en adquirir tu primero coche seguramente ya estés empezando a enloquecer entre la gran cantidad de modelos y versiones que existen. Ahora bien, si tienes un presupuesto limitado pero tienes claro que, cueste lo que cueste, quieres tener aparcado en tu garaje una berlina media de corte Premium que te ofrezca espacio, dinamismo y distinción… tu elección bien podría enfocarse hacia el modelo que aquí analizamos. (Ver todos los BMW 316 de ocasión)
Sí, porque desde hace unos años, y a causa de las fluctuaciones del precio del combustible y de la crisis económica, BMW lleva ofreciendo motores algo más asequibles y con potencias algo más justas pero que sigan atesorando la fiabilidad y el savoir faire de la firma bávara. En este sentido, uno de los grandes exponentes de esta ‘terrenalización’ ha sido el Serie 3 gracias, sobre todo, a la comercialización de la versión 316d que aquí analizamos.
Más de lo que se espera
Un modelo que cumple a la perfección con las tres máximas antes citadas: ahorro, eficacia y calidad. Características que le han convertido en una de las opciones más deseadas por los futuros compradores de la berlina gracias a que es 2.000 euros más barato que un 318d de 150 CV y 4.900 euros más económico que un 320d de 190 CV. Una terna que deriva directamente del mismo bloque turbodiésel de 2.0 litros de cilindrada. Pero además, si lo comparamos con sus dos rivales más directos, el Audi A4 y el Mercedes Clase C (que precisamente analizamos la semana pasada), aquel que opte por la berlina bávara se estará ahorrando 1.600 y 6.825 euros, respectivamente.
Una diferencia de precio que viene determinada por el hecho de que el Serie 3 es el único de su segmento en ofrecer un motor con una potencia tan baja: 116 CV (el A4 comienza en 150 y el Clase C en 170 CV). Un número de caballos que puede llegar a generarnos la duda de si serán o no suficientes para impulsarle con solvencia.
Pues bien, tras una semana de pruebas con él y cientos de kilómetros recorridos por todo tipo de vías, la respuesta no puede ser más afirmativa. ¿El motivo? Este 316d, que junto a esos 116 CV hay otros 270 Nm de par que están disponibles, ¡ojo!, desde las 1.250 rpm y siguen empujando al coche de forma constante hasta más allá de las 2.750. Pero más allá de números, lo cierto es que durante nuestra conducción, la sensación de empuje percibida comenzaba incluso desde las 1.000 vueltas, permitiéndonos subir una cuesta no demasiado empinada en tercera y sin tener la impresión de que el motor se estuviera ahogando. Una sensación que, a día de hoy, pocos vehículos pueden transmitir en dicho rango de revoluciones.
Eso sí, en lo que refinamiento se refiere, el 316d se muestra algo tosco a la hora de hablar de vibraciones o rumorosidad. Pese al buen aislamiento del habitáculo, tanto al ralentí como en aceleraciones algo más acusadas, el ruido mecánico se filtraba en exceso al tiempo que el volante y acelerador desprendían una ligera vibración que puede llegar a resultar algo incómodo.
Este bloque viene acompañado de una transmisión manual de seis relaciones (en opción y por 2.455 euros más está la automática con convertidor de par de ocho relaciones), de tacto un poco duro pero muy precisa con la que lograremos unos datos de consumo más que sobresalientes. Como suele ser habitual, llegar a las cifra de consumo homologada, de 3,9 l/100 km, resulta algo quimérico pero lo cierto es que realizando una conducción normal, el 316d puede situar su consumo en torno a los 5,6 l/100 km con total facilidad. Un gasto que si lo unimos a un depósito de combustible de 57 litros nos permitirá recorrer más de 1.000 kilómetros sin repostar.
BMW 316d
Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea
Cilindrada: 1.995 cc
Potencia: 116 CV a 4.000 rpm
Par: 260 Nm entre 1.250-2.750 rpm
Velocidad Máxima: 205 km/h
0-100 km/h: 10,7 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 4,6 / 3,5 / 3,9 l/100 km
Emisiones CO2: 102 gr/km
Dimensiones: 4.633 / 1.811/ 1.429 milímetros
Maletero: 480 litros
Peso: 1.420 kg.
Cambio: Manual de seis velocidades
Depósito: 57 litros
Precio: 33.000 euros
Unidad probada: 38.857 euros
Ágil y dinámico
Pese a ser la versión de acceso a la gama, este 316d cuenta con ADN BMW, lo que implica que estamos ante un vehículo con ciertos tintes deportivos, aunque estos puedan estar algo más descafeinados que en otras versiones. No obstante, ahí quedan características como la propulsión trasera, un pomo del cambio algo más duro o una dirección muy precisa que consigue colocar al vehículo allá donde queremos.
Para los más exigentes, en opción se puede equipar un chasis deportivo M (1.252 euros) que rebaja a altura de la carrocería en 10 milímetros y una dirección deportiva variable (285 euros). Aunque para aquellos que únicamente quieran experimentar de vez en cuando unas sensaciones más racing, tendrán de sobra con el Driving Experience Control que viene de serie. Con él, a través de un mando situado al lado de la palanca de cambios, podremos elegir entre varios modos de conducción, entre los que se encuentra uno denominado Sport que varía ligeramente la respuesta del motor para hacerlo algo más divertido. En el lado contrario, también está el programa ECOPro, orientado al ahorro de carburante. Con él activado, el 316d tiende a ser un vehículo más aburrido, más lento de reacciones pero más ahorrador. De hecho, si sigues las especificaciones del programa puedes llegar a recorrer cerca de 150 kilómetros adicionales
Calidad bávara
Si los argumentos mecánicos no te acaban de convencer, quizá lo haga su apariencia. En este sentido, has de saber que a mediados del año pasado y coincidiendo con el 30 aniversario del modelo, BMW decidió realizar una ligera actualización de diseño centrada en ofrecer la tecnología LED en todas sus ópticas (delanteras, traseras y antiniebla delanteras), más jugos de llantas o unos paragolpes de nueva factura que le han permitido ganar 9 milímetros de longitud.
Mientras que en el habitáculo los cambios sólo son visibles a ojos de los más expertos, pues tan sólo aparecen unos nuevos elementos cromados en las salidas de ventilación. De esta forma, la calidad general se mantiene, con un puesto de conducción sobrio pero bien realizado y con materiales y ajustes de gran calidad. Además, la postura de conducción es muy sobresaliente al tiempo que el ajuste del asiento permite sujetar al conductor sin ningún problema. Detrás, si bien no llega a las cotas de habitabilidad del Audi A4, el espacio es más que correcto para que viajen de forma holgada dos ocupantes… aunque si queremos que vayan tres lo mejor será que el más fino y pequeño ocupe una plaza central dura y estrecha. El maletero, por su parte, con 480 litros de capacidad se sitúa a la par que el del propio A4 y el del Clase C, ambos con la misma capacidad.
Otra novedad significativa de la última actualización es el aumento en el equipamiento ofertado. Eso sí, si como hemos comentado al principio tu presupuesto es algo limitado, lo mejor será que te saltes este párrafo porque si quieres optar, por ejemplo, por la unidad de esta prueba, será necesario que prepares otros 5.800 euros para equipar elementos como los faros LED, la cámara de visión trasera, el control de distancia de aparcamiento PDC, el sistema de navegación Business… que podrás seguir completando con los diversos sistemas de asistencia (de cambio de carril, lector de señales, control de crucero adaptativo, detector de objetos en ángulo muerto, Head-Up Display…).
Opciones que completarán las ya de por sí excelentes cualidades de este 316d, pero que echarán por tierra el concepto de berlina Premium de acceso.
