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Prueba del BMW 118d 2020: para llevar la delantera

La nueva generación de la Serie 1 ha perdido una de sus principales señas de indentidad al abandonar la tracción trasera para que ahora sean las delanteras las que tiren del coche. Aunque a muchos puristas les parezca una traición, como veremos, el cambio tiene más ventajas que inconvenientes.

Hace ya varias décadas que BMW rompió moldes en el segmento de los compactos con su primer Serie 3 Compact. Durante todo este tiempo, los Compact y los Serie 1 han sido los únicos en su especie con la característica tracción trasera, pero esto se ha acabado con la nueva generación, que puede aprovechar así la plataforma de los Mini y del X1.

Lo cierto es que, aunque para muchos este cambio hacia la tracción delantera haya sido una traición y doblar la rodilla frente a la Clase A de Mercedes, de la que se mofaban en su día por no ser de tracción trasera, la mayoría de los conductores no distinguen entre uno y otro tipo de propulsión y, sin embargo, sí notan un interior más espacioso y mejor aprovechado.

Por otro lado, en la actualidad las reacciones dinámicas del coche están más condicionadas por la puesta a punto de sus controles electrónicos que por el tipo de tracción, de modo que, ¿por qué no sacar partido de las ventajas de poder aprovechar una plataforma mejor amortizada y, de paso, ofrecer algo más de espacio a los ocupantes?.

Durante esta semana de pruebas con el BMW 118d ha quedado claro que este modelo sigue estando entre los mejores en cuanto a cualidades dinámicas y que ahora es más cómodo y utilizable que en generaciones precedentes, aunque sigue sin estar entre los mejores de la categoría en lo que a habitabilidad se refiere.

BMW 118d 2020: 150 CV diésel y automático

Prueba BMW 118d 2020, Rubén Fidalgo (10)

La versión que hemos elegido para esta prueba es la que consideramos que puede ser la más equilibrada en cuanto a rendimiento y precio. El BMW 118d equipa el motor diésel de 150 CV de 2 litros de cilindrada que, al no tener que enviar un árbol de transmisión hasta el eje trasero, en la nueva Serie 1 va montado transversalmente casi por completo encima del eje, lo que mejora su motricidad.

Esta unidad cuenta con la caja de cambios automática de 8 marchas con la que consigue unos buenos consumos gracias a sus largos desarrollos, con los que podremos llanear en autopista a los máximos legales sin llegar apenas a las 2.000 rpm.

Además, esta caja de cambios cuenta con dispositivo de rueda libre, que se acciona al seleccionar el modo Eco-Pro, en el cual, además de la conducción a vela, el cambio busca siempre ir en el desarrollo más largo posible y la respuesta del acelerador se suaviza.

Gracias esta caja de cambios, la eficiencia del motor diésel y detalles como la rejilla delantera activa que mejora la aerodinámica cuando el motor no necesita refrigeración, los consumos reales durante la prueba han sido muy contenidos:

  • Consumo urbano: 6 l/100 km
  • Consumo en carretera: 4,1 l/100 km
  • Consumo en autopista: 4,7 l/100 km

En cuanto a las prestaciones, los 150 CV mueven con mucha soltura al BMW 118d, con el que podremos realizar adelantamientos seguros y divertirnos en carreteras de montaña, si es lo que queremos.

La caja de cambios es algo lenta de reacciones en conducción deportiva, pero resulta muy cómoda en las maniobras en ciudad y a la hora de viajar.

BMW 118d 2020: mejores ADAS

Prueba BMW 118d 2020, Rubén Fidalgo (1)

Otro aspecto en el que ha mejorado mucho el BMW Serie 1 es en el apartado de equipamiento. La nueva generación estrena el nuevo asistente tipo Alexa con el que meter una dirección en el navegador, buscar una canción en los archivos multimedia o cambiar la temperatura del habitáculo es tan sencillo como pedírselo con un "Hola, BMW...". Esta tecnología la presentó el Clase A en primicia y ha sido un bombazo al que se han sumado todos los rivales, ya que este control por voz hace mucho más sencillo el manejo de la infinidad de aplicaciones y servicios conectados de BMW.

Además de la conectividad, que está entre los mejores del mercado, este BMW 118d equipaba una batería de asistentes avanzados a la conducción (ADAS, por sus siglas en inglés), que funcionan mucho mejor que en las generaciones precedentes, especialmente el control de crucero adaptativo. Antes se basaba sólo en la información de la cámara estereoscópica que va alojada tras el retrovisor interior, lo que hacía que, por ejemplo, con el sol de frente o con el parabrisas sucio por los mosquitos dejase de funcionar. Ahora emplea un nuevo radar ubicado en el faldón y su funcionamiento es mucho más fiable.

El BMW Serie 1 sigue siendo un coche que, aunque está mejor equipado que antes, cuesta vestir. Hay muchas opciones de personalización y podemos aumentar el equipamiento casi tanto como queramos, eso sí, a costa de subir la factura un buen montón de euros, algo que deja claro esta unidad probada que añade casi 27.000 euros en extras como el paquete M, la pintura metalizada, las llantas en negro satinado, etc.

BMW 118d 2020: un diseño eficiente

Prueba BMW 118d 2020, Rubén Fidalgo (48)

Gracias a la posición transversal delantera de la mecánica, el nuevo Serie 1 aprocha mejor el espacio y sus proporciones. El parabrisas no arranca tan atrás ni va tan inclinado como antes, de modo que el conductor va más cerca del eje delantero y deja más espacio para las plazas traseras y el maletero.

Exteriormente resulta atractivo, sobre todo si se elige con el acabado M que monta esta unidad y el llamativo color azul Misano, que le sienta de maravilla y resalta sus relieves.

En el frontal llaman la atención sus faros full led adaptativos, que tienen una iluminación excelente y las grandes rejillas que son activas para mejorar la aerodinámica o la refrigeración a conveniencia.

El paragolpes delantero tiene unas generosas entradas de aire y unos flaps verticales en negro satinado que quedan muy expuestos a roces porque sobresalen bastante en las esquinas.

La parte trasera es tal vez la vista menos personal del nuevo BMW Serie 1. Los pilotos recuerdan a los de un Audi A3 y la forma del difusor inferior del paragolpes, las salidas de escape e incluso la caída de la luneta trasera se asemejan mucho a las de un Volvo V40.

En cuanto a la calidad de acabados y materiales no hay reproche posible. Las puertas ajustan a la perfección y dejan un acceso cómodo tanto a los pasajeros como al equipaje.

Las plazas delanteras son muy cómodas gracias al espacio del que disponen, a la buena ergonomía de los mandos y a unos asientos que son ejemplares por cómo nos envuelven y por su mullido.

La instrumentación completamente digital es muy legible y completa y se complementa con el Head Up Display que se proyecta sobre el parabrisas.

Los pasajeros traseros tienen unos buenos asientos, pero el espacio para las rodillas no sobra y, detrás de un conductor de más de 1,8 m de estatura, un pasajero que supere el metro setenta y cinco empezará a rozar con las rodillas en el respaldo delantero.

A lo ancho, como siempre, dos irán cómodos, pero tres son multitud.

El maletero tiene unas formas muy regulares y su capacidad es correcta, pudiendo ampliarla abatiendo los respaldos traseros, que están divididos en 2/3-1/3.

BMW 118d 2020: excelente rodador

Prueba BMW 118d 2020, Rubén Fidalgo (8)

Como no podía ser de otra manera en BMW, el este 118d es un coche muy agradable de conducir y en el que no echaremos de menos la tracción trasera, al menos con este nivel de prestaciones.

En ciudad resulta my cómodo y sólo es criticable el ruido de la mecánica. No sólo es feo sino que también es muy descarado y se cuela en el interior en exceso a baja velocidad. A partir de 60 km/h serán la rodadura y la aerodinámica las que enmascaren el sonido del diésel.

La dirección es muy buena por tacto y por radio de giro, lo cual facilita las maniobras y el callejear con el BMW 118d.

En carretera también resulta placentero afrontar viajes por carreteras secundarias en las que ratonear un poco o por autopista y autovía. Las suspensiones son algo secas pero mucho más cómodas de lo que uno espera teniendo en cuenta que la plataforma es la misma que la de Mini. El BMW tiene un tarado de amortiguación mucho mejor equilibrado y, sin perder eficacia (incluso mejorándola) es más confortable, sin los molestos rebotes de sus primos con tacto demasiado seco.

En resumen, el BMW 118d es una buena alternativa para quien busque un compacto con un poco de caché. Sus prestaciones son buenas, su comportamiento no nos pondrá en complicaciones y el interior está en la media de la categoría de los compactos en la que milita.

¿Preparado para lo siguiente?

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