Este auténtico misil ha sido creado con el fin de deleitar a padres de familia con mucho –muchísimo- hambre de velocidad… Ante un vendaval de adrenalina como el del RS6 siempre surgen las primeras dudas y preocupaciones antes de materializar la compra: tendremos que asumir un ruido nada discreto del motor, unas incómodas y caras llantas de 21 pulgadas, el chirrido de los frenos cerámicos aún fríos y un consumo demasiado elevado de combustible. ¿Merecerá la pena tanto coste?.
Sin embargo, el lema con el que se debe afrontar la conducción de un RS6 debe ser algo parecido a “mira, entra y disfruta”. Y es que la primera sensación de felicidad ya se produce desde el mismo momento en el que contemplamos los casi cinco metros de longitud de la carrocería familiar. La enorme parrilla, con diseño de nido de abeja, está sutilmente decorada con las letras Quattro, mientras el cromo mate pintado en las tomas de aire inferiores subrayan la importancia que este modelo tiene dentro del catálogo de los de Ingolstadt.
Deportividad no comprendida
De puertas hacia dentro, los asientos resultan bastante confortables a pesar de la gran sujeción que ofrecen y de los reposacabezas integrados. Incluso es cómodo para los conductores más altos. El remate de estos asientos es muy correcto, estando el cuero decorado con costuras de contraste en un patrón parecido al “nido de abeja” de la parrilla. La decoración de aluminio está presente también alrededor de la palanca del cambio automático y también hay siglas RS6 por todo el habitáculo para que nunca se olvide nuestra inversión de más de 130.000 euros. En el caso de nuestro coche de pruebas el coste del vehículo era realmente de más de 150.000 euros, ya que incluso en esta liga Audi ofrece a los clientes un montón de opciones de personalización.
Entre estos opcionales se encuentra un asistente de visión nocturna, un head-up display, entrada sin llave o un completo paquete de asistentes de seguridad. También hay un pack de sujeción especial para el maletero, lo que resulta importante pare perfeccionar los 1.680 litros de volumen de equipaje y afianzar de verdad la carga cuando el piloto pise de verdad el acelerador.
Cerca de 300 km/h
Una vez sacado del garaje, el primer empujón al que sometimos nuestro RS6 fue capaz de alcanzar los cien km/h en 3,6 segundos. Hacía tiempo que no sentíamos una aceleración tan uniforme, limpia y a la vez tan brutal. Sin embargo, el atractivo de este RS no reside sólo en la aceleración, sino más bien en una demoledora intervención de los 700 Nm de par motor disponibles a través de las cuatro ruedas. La entrega de fuerza de este ocho cilindros va in crescendo a medida que hundimos el pie en el acelerador y aplica como por arte de magia una fuerza que invita a llegar siempre hasta el final.
Todo aquel que invierta en ello puede hacer que su Audi A6 no se limite a 250 km/h de velocidad máxima. Dependiendo de la cantidad invertida se puede optar por un paquete dinámico que extiende el límite hasta 280 km/h e incluso hasta los 305 km/h con el paquete dinámico plus. En los casi 15.000 euros extras que se deben pagar por ello se incluyen los faros LED, los frenos cerámicos y un chasis ligeramente más rígido.
Pegado al asfalto
Este chasis sustituye a la suspensión de serie con muelles de acero, dotada de amortiguadores adaptativos y el Dynamic Ride Control para asegurar el mínimo cabeceo y balanceo de la carrocería, pudiendo afrontar casi de forma estoica la curva más difícil que podamos imaginar. En este tipo de coches (dentro del rango de coches producidos en serie) es donde se puede conseguir jugar con el límite real de la tracción a las cuatro ruedas, un punto donde el Audi RS6 Avant demuestra que su peso de más de dos toneladas tiene su explicación lógica.
Como de costumbre, el conductor puede configurar el Audi con diversos parámetros que varían la dureza de la amortiguación, la respuesta del acelerador y escalonamiento del cambio de ocho velocidades. Aunque hayamos conseguido la configuración deseada, siempre se puede recurrir a la posición “S” de la palanca de cambios para conseguir un poco más de efectividad en la patada disponible en el acelerador. En este punto es importante decir que el sistema de parada y arranque automático está desactivado, lo que juega en contra del medio ambiente y de la “conciencia verde” de un súper atleta como el RS6 Avant. Sin embargo, en Audi son plenamente conscientes de que el consumo no es su batalla, pero aún así quieren presumir de unos contenidos 14 litros por cada 100 kilómetros. Un dato bastante prudente si tenemos en cuenta el verdadero potencial dinámico de este coche y su capacidad de aceleración desde parado.
Conclusión
El Audi RS6 Avant acaba con el prejuicio de que los station-wagon no son compatibles con la deportividad. No hay una alternativa en el mercado que pueda transportar a familia, equipaje y al propio conductor de una forma tan dinámica y cómoda. Es cierto que hay muy pocos padres interesados en viajar a 300-km/h, pero si pensamos en todas las facetas que ofrece un vehículo como éste, la inversión merece la pena. Y es que el RS6 Avant es tan válido para hacer tiempos en un circuito los domingos como para recoger a los niños del colegio y volver a casa de una forma relajada. Una vez superado el inconveniente de su precio (nunca menos de 140.000 euros incluyendo algún extra) la elección es perfecta.
