Hasta no hace mucho tiempo, los SUV coupés eran solo cosa de marcas premium. Sin embargo, ahora también las generalistas se han dado cuenta de que tienen un importante filón y, como no podía ser de otra manera, están lanzando sus respectivos modelos con el objetivo de ofrecer una alternativa más deportiva y atractiva y, al mismo tiempo, aprovechar esa demanda cada vez mayor. Un buen ejemplo de ello es el Renault Arkana que nuestro compañero Karam acaba de probar.
Precisamente por eso, las firmas premium deben ponerse las pilas para que las demás no les coman la tostada en un segmento tan pasional como es este. Para comprobar de primera mano cómo está hoy por hoy la contienda, hemos optado por probar el Audi Q3 Sportback en una de sus versiones más interesantes, la 40 TDI quattro S Tronic.
Un seductor mini Q8
Sin duda, estamos ante uno de los SUV compactos coupés más bonitos del mercado. Esa caída del techo tan pronunciada a partir del pilar B y esa trasera culminada con un marcado spoiler integrado en el portón del maletero son los elementos más característicos de esta variante Sportback, pero también hay otros, como la parrilla Singleframe en negro brillante con panal de abeja, un parabrisas más inclinado que le hace rebajar la altura hasta en 30 mm o un difusor trasero específico. También hay llantas que van desde las 17 hasta las 20 pulgadas con diseños trabajados por Audi Sport, como es el caso de nuestra unidad.
La calidad percibida en el conjunto de la carrocería es formidable y el llamativo color Pulse Orange, el único que no conlleva sobrecoste, ayuda a resaltar cada nervadura de una vista lateral que recuerda mucho al espectacular buque insignia de la marca.
Interior con luces y sombras
El interior apenas varía con respecto al que ya conocemos del Q3 estándar: mismos botones, mismas pantallas, mismos materiales y misma posición al volante. Lo único que cambia es que tenemos un pelín menos de espacio en las plazas traseras, aunque, eso sí, seguimos agradeciendo las banquetas corredizas a la hora de aprovechar el maletero de 530 litros o dar prioridad a la habitabilidad.
En cualquier caso, nos sigue pareciendo abusivo el uso de plásticos duros en zonas tan visibles del habitáculo, como tampoco nos termina de gustar que un coche de más de 52.000 euros venga de serie con unos asientos de tela que bien podemos ver en un Volkswagen Polo o en un SEAT Ibiza. Ojo, que incómodos no son, pero si queremos cuero deberemos pagar aún más.
Un motor tremendamente poderoso
Que el nombre comercial no os lleve a engaños. Delante de nosotros no hay un motor de 4 litros, pero sí hay un 2.0 turbodiésel de cuatro cilindros que declara 190 CV de potencia entre las 3.500 y las 4.000 rpm y 400 Nm de par entre las 1.750 y las 3.250 vueltas. Como vemos, fuerza no vamos a echar en falta... Lo cierto es que este motor, al que se une una caja de cambios automática de doble embrague y siete marchas y un sistema de tracción total quattro, responde a las mil maravillas y mueve el conjunto con total soltura en todas las situaciones posibles.
El usuario puede variar la respuesta con el Audi Drive Select eligiendo entre varios modos de conducción: Auto, Confort, Dynamic, Offroad, Efficiency e Individual o personalizable.
Los consumos registrados en autovía rondan los 7,5 l/100 km de media, mientras que en secundarias, a un ritmo tranquilo, suben en torno a dos litros más. En uso urbano nos estaremos moviendo constantemente entre los 9 y los 11 litros, dependiendo del tráfico y del entorno en el que conduzcamos.
Tres suspensiones disponibles
En cuanto al comportamiento puro y duro, el Q3 Sportback puede equipar hasta tres tipos de suspensión distinta: la normal que equipa de serie, una deportiva con el tarado más firme que puede equipar sin sobrecoste y una tercera adaptativa con regulación damper control que está disponible por 985 euros. Esta última opción es la más versátil y es la que recomendamos nosotros si se puede hacer frente al precio. Con ella, destaca por una agilidad sorprendente en un SUV cuando optamos por el modo más deportivo y por un nivel de confort buenísimo cuando elegimos la opción más cómoda.
La asistencia de la dirección cambia con los distintos modos de conducción, pero siempre prioriza el confort, algo comprensible en un coche que no es ni mucho menos radical (para eso ya está el RS Q3.) En todo caso, cuenta con una precisión correcta que ayuda a guiar el coche por donde queremos sin el más mínimo problema. Los frenos con discos ventilados en el eje delantero también nos han parecido correctos tanto por su efectividad como por el tacto del pedal.
En resumen, el Q3 Sportback con este motor y este acabado es una opción muy pintona que va realmente bien. Ahora bien, su precio seguramente será prohibitivo para muchos de los interesados. Y quizá eso sea hasta algo bueno. No, no me he vuelto loco. Lo digo en el sentido de que dentro de la gama hay alternativas menos tragonas y más baratas que seguramente cumplirán igual de bien con las expectativas.
