Queda claro que Audi le ha cogido el gusto a eso de las carrocerías cupé dentro de su gama SUV. El primero en estrenar dicha categoría fue el Q8 y ahora acaba de presentar el e-tron Sportback. Entre medias de ambos modelos, la firma de los cuatro aros mostró el Q3 Sportback. Una carrocería que ya pudimos conducir en su momento y que ahora probamos en profundidad en su versión más emocional y prestacional: el Q3 Sportback 45 TFSI quattro S tronic.
Quizá suene raro a estas alturas de reportaje, pero mi conclusión tras la semana de pruebas está clara: el Q3 normal puede desaparecer. Entiéndeme. Soy consciente de que los fabricantes no se arriesgan a sacar carrocerías al tuntún sin realizar un estudio de mercado previo, pero tras haber probado el __Q3 y el Q3 Sportback, no tengo dudas, me quedo con el segundo. __
Lucha contra sí mismo
Comercialmente hablando, mientras que el Q3 tiene que lidiar contra los Mercedes-Benz GLA, BMW X1, Volvo XC-40, Range Rover Evoque o Jaguar E-PACE, su declinación deportiva solo encontraría una rivalidad directa con el BMW X2 y el Lexus UX 250h (por diseño) y, quizá, con los Mazda CX-30 (por silueta) o el Porsche Macan (por rendimiento).
El único escenario en el que el Q3 acredita su supervivencia es que en su gama se oferta la versión 40 TFSI quattro S tronic con 190 CV, siendo probablemente la versión más equilibrada de todas por relación entre rendimiento y consumo. Ahora bien, a poco que indaguemos veremos que el 35 TFSI S tronic de 150 CV luce la etiqueta ECO en el parabrisas gracias a su sistema micro-híbrido estando igualmente disponible en el Q3 Sportback. Pero que esta disertación no parezca un alegato en contra del Q3, ni mucho menos. Lo único es que si tiramos de lógica, entenderemos rápidamente que los 2.850 € de sobrecoste de este Q3 Sportback se justifican prácticamente de inmediato.
Un diseño que enamora
Lo consiguió al verlo en imágenes y lo hemos confirmado al tenerlo frente a nosotros. El diseño de este Q3 Sportback es, sin duda, una de esas variables que justifican su sobreprecio. Con una carrocería 16 mm más larga (4,50 m) y 29 mm más baja (1,55 m) que la de su hermano, los diseñadores alemanes han conseguido un conjunto extremadamente atractivo y robustez.
Tal es así que pese a ser 6 mm más estrecho, la sensación es de la estar en un coche mucho más ancho. La culpa la tiene equipar como estándar algunos elementos derivados del paquete S line, como los paragolpes o las líneas de tensión. Propio también es el tramado de la parrilla singleframe aunque el foco de nuestros ojos se posa inevitablemente en la zaga. Robusta, deportiva y musculosa, a ella se llega mediante una caída de techo pronunciada pero no exagerada que se integra perfectamente en el conjunto. La luneta inclinada no reduce en absoluto la visibilidad posterior mientras que el difusor trasero le dota de una presencia que asustará a los que se atrevan a seguirnos.
A destacar igualmente la opción de sumar el acabado Black line edition, que a su vez incorpora el nivel S line, en el que determinadas partes del exterior (marco de la parrilla, retrovisores, barras de techo…) se tintan en negro brillante aportando un punto extra de elegancia. Todo ello sin obviar las llantas de 20 pulgadas firmadas por Audi Sport o los cristales traseros oscurecidos.
Igual de práctico
Si por fuera es más atractivo que el Q3 por dentro es literalmente igual. Esto lejos de ser negativo se vuelve totalmente a su favor. Primero, porque el puesto de conducción es calcado, con las tres pantallas presidiendo el salpicadero, la elevadísima calidad percibida y las innumerables opciones de personalización y conectividad. Segundo, y quizá más importante, porque detrás es tan habitable como su hermano. Me explico.
Por un lado, la banqueta trasera es muy cómoda y se desplaza longitudinalmente para aumentar el volumen del maletero. Sí, cierto es que el recorrido es 2 cm más corto (13 frente a 15) pero en la práctica apenas se nota diferencia. En cambio, si nos ceñimos al hueco disponible para la cabeza, este es prácticamente idéntico al del Q3. Cierto es que metro en mano hemos medido casi 5 cm menos, pero de nuevo en la práctica un adulto hasta de 1,85 metros viajará sin ningún tipo de problemas. El espacio para las rodillas, por su parte, es también ligeramente más corto, pero eso no impide tampoco que encontremos la postura fácilmente. Lo que sí está claro es que este Q3 Sportback es más apto para cuatro que para cinco ocupantes, pues el central trasero irá especialmente incómodo.
Volviendo al maletero, la capacidad inicial de este Q3 Sportback son 530 litros, los mismos que su hermano y, ojo, 30 litros más que el Maca, 60 por encima del X2, 100 más que el CX-30 y nada menos que 210 litros frente a un UX (que son 242 litros si optamos por el 4x4). Además, al igual que el Q3 ofrece el ya mencionado desplazamiento longitudinal de la banqueta y los diferentes ángulos de los respaldos. A ello se suma la posibilidad de abatir los respaldos traseros (hay un hueco específico para guardar la bandeja) llegando a los 1.400 litros (125 menos que el Q3) y una boca de carga amplia que, eso sí, es más pequeña y está más alejada del suelo que en su hermano.
Derroche de rendimiento
Somos conscientes de que el 45 TFSI quattro S tronic no será la versión más demandada pero teniendo en cuenta la filosofía deportiva de esta carrocería, entendemos que es la que mejor le sienta. Porque los 230 CV generados por el 2.0 TFSI de cuatro cilindros permiten que disfrutemos de un coche tan polivalente como divertido. Rápido en línea recta, solo necesita 6,5 segundos en pasar de 0 a 100 km/h y alcanza los 233 km/h de punta, nos ha llamado la atención lo bien que suena.
Su empuje es contundente desde un régimen muy bajo, gracias sobre todo a los 350 Nm de par que aparecen a tan solo 1.500 rpm y que se mantienen constantes hasta casi las 4.500 rpm. El cambio S tronic es el perfecto aliado. Rápido y eficaz nos permite incluso estirar algo más la aguja del cuentarrevoluciones cuando tomamos el control mediante las levas, mientras que en las retenciones nos concede cierta holgura para revolucionarlo.
Ahora bien, donde más nos ha sorprendido este Q3 Sportback es en el comportamiento. Porque de serie cualquier Q3 ya equipa la suspensión deportiva y una dirección progresiva con una configuración más directa. Elementos que vuelven a justificar ese sobreprecio del que hablábamos y que se vuelven más notorios en nuestra versión. En el caso de que queramos aumentan de nivel, siempre podemos sumar por 1.000 € la regulación adaptativa de los amortiguadores que trabaja en consonancia con el Audi drive select. Así, en función de si elegimos el programa Comfort o el dynamic, la dureza de los muelles variará para brindarnos un coche más confortable o más reactivo, respectivamente. Aunque si solo queremos aparentar, siempre podemos solicitar una suspensión más confortable sin coste alguno.
Otro apartado que nos ha dejado buen sabor de boca es la frenada. Siendo un coche bastante pesado (1.700 kilos), el Q3 Sportback posee una capacidad de detención muy alta, mientras que en lo que a estabilidad respecta, la tracción quattro que monta de serie este 45 TFSI nos mantiene literalmente pegados al asfalto. Echamos en falta quizá la opción de montar un diferencial trasero deportivo que nos otorgue más agarre en curva, pero sin ser demasiado quisquillosos, con lo que monta nos parece suficiente.
En cuanto al consumo, los 8,6 l/100 km que homologa de media serán fáciles de conseguir (e incluso de bajar) si nuestro recorrido se ciñe exclusivamente a vías rápidas y autopistas. Si queremos ajustarlo más, siempre podemos activar el programa efficiency y ver valores cercanos a los 7,5 l/100 km. Por el contrario, a poco que desatemos nuestros instintos más primarios, entiéndase por pasar una jornada trazando curvas, no será descabellado ver cómo el dato sobrepasa con facilidad los 12 l/100 km. Si circulamos sin preocupaciones de ningún tipo y jugamos con todos los escenarios y configuraciones del vehículo, lo más probable es que te muevas en torno a los 9,5 l/100 km.
En resumen
Ya se lo comuniqué a los responsables de prensa de Audi la primera vez que lo vi asegurándoles que “o lo ponían 10.000 € más caro o iba a canibalizar al Q3”. Hay que esperar todavía a este año para que el Q3 Sportback cumpla su primer año completo, aunque teniendo en cuenta cómo estamos por culpa del COVID-19 tampoco será muy exacto, pero estoy convencido que este Q3 Spotback acabará por ser la carrocería más demandada dentro de la familia Q3.
Ahora bien, aunque a priori los 2.850 € de más parezcan asequibles, si quieres tener un Q3 Sportback 45 TFSI quattro S tronic como el que luce en las imágenes tendrás que ir ‘aflojando’ la pasta. En concreto hablamos de 14.880 € en opciones a los que se suman otros 6.980 € del acabado Black line edition. Entre los elementos que consideramos como obligatorios estarían la pintura Plata Rocío metalizado (1.055 €), los faros Matrix LED (920 €), el sistema de sonido 3D firmado por Bang & Olufsen (660 €), el paquete tecnológico (2.600 €), las cámaras de entorno 360º (515 €), el volante deportivo (150 €), la línea interior design selection (735 €) o el Audi phone box con carga por inducción (525 €) pese a que creemos que debería venir de serie.