Una raza peculiar que aúna practicidad y dinamismo campero a partes iguales y en donde el A4 Allroad se convierte en uno de los integrantes más equilibrados. Nosotros lo hemos probado en profunidad. En otro tiempo, cuando el término SUV no estaba tan metido en la conciencia y la vida de los conductores, las alternativas que existían a los todoterrenos puros eran los crossover familiares. Un segmento creado por Subaru en 1994 con el Outbacky que más tarde aumentó de nivel con la llegada del Volvo XC70 (target=undefined). En 1999, Audi también se subió a este tren poniendo a la venta el primer A6 Allroad (target=undefined).
Sin embargo, la marca alemana dio un paso al frente diez años después, cuando apareció el segundo integrante de la familia Allroad y protagonista de estas líneas: el A4 Allroad. Un modelo enfocado a un tipo de cliente con cierta apetencia por la aventura, gusto por los detalles y el espacio, pero sin la necesidad de ir conduciendo un coche de grandes dimensiones y precio elevado. Una variante que a principios del año pasado se renovó por completo tras siete años de vigencia, aprovechando además la llegada de la quinta generación del A4.
Con traje de campo
Y con todo, así es como ha llegado hasta nosotros. Quizá hemos tardado demasiado en probarlo, pero es lo que ocurre cuando el segmento de los SUV devora todo lo que se encuentra a su paso, que te deja sin tiempo y manos para saborear otros vehículos. Pero obviemos los lamentos y centrémonos en lo que ven nuestros ojos, que es realmente atractivo.
Puede que a muchos nos le atraigan las típicas protecciones de plástico que definen a este tipo de vehículos, pero lo cierto es que le confieren un aspecto robusto, fuerte y bastante llamativo. En el caso del Allroad, además contrastan con las planchas metálicas de los parachoques delantero y trasero. Elementos pensados para proteger lo máximo posible la carrocería una vez queramos sacarle fuera del asfalto.
Por supuesto, no hablamos de un todoterreno puro y duro, pero sus cualidades en terrenos arenosos son más que suficientes para lo que requiere su tipo de conductor. Para ello, además de ofrecer de serie la afamada tracción total quattro, cuenta con una mayor distancia al suelo: 3,4 cm para ser más concretos respecto al A4 convencional, y que logra al aumentar el recorrido de las suspensiones y al montaje de unas ruedas de mayor diámetro (que en nuestra unidad eran unas Pirelli P Zero en medida 245/40 ZR19).
Practicidad familiar
Por dentro, los cambios respecto a cualquier otro A4 son prácticamente inexistentes, un hecho que lejos de ser una desventaja, se convierte en un acierto ya que tampoco es necesario cambiar algo que en realidad funciona. Como siempre, Audi ha cuidado hasta el mínimo detalle los ajustes y el empleo de materiales nobles, definido por elementos como los asientos de cuero, inserciones en aluminio… En el apartado tecnológico, destaca la inclusión del cuadro de instrumentos virtual cockpit, que ofrece un contraste excepcional y una facilidad de manejo excelente. Este se complementa a su vez con la pantalla central retráctil, de aspecto fino y elegante, que en el caso de nuestra unidad se manejaba a través del mando MMI con superficie táctil.
El A4 es una referencia en su segmento no solo por la calidad que desprende (donde resulta imposible hacerle ‘crujir’), sino también por su amplitud interna. En este sentido, que la variante Allroad eche mano de la carrocería familiar es todo un acierto ya que disponer de nada menos que de 505 litros de maletero siempre es más aprovechable, dado que en condiciones normales podremos introducir objetos de hasta un metro y si abatimos la segunda fila, de casi 1,70 centímetros con un volumen de 1.510 litros.
Todo un rutero
Una vez las presentaciones han finalizado, llega el momento importante, el que determina si Audi acertó al poner en liza este modelo y, más ampliamente, esta familia. La respuesta es un sí… aunque con peros. Porque pese a sus aspiraciones off road, el A4 Allroad es un coche pensado para disfrutar del asfalto, y más concretamente, de las autopistas. El crossover familiar alemán es todo un devora kilómetros. Cómodo, silencioso y con suficiente empuje como para salir airoso de cualquier situación.
En este sentido, gran parte de culpa la tiene el motor diésel 2.0 TDI de 190 CV acoplado a la caja de cambios automática con convertidor de par, tiptronic de ocho relaciones. Un propulsor exquisito que le viene como un guante al modelo. Comienza a empujar desde las 1.500 vueltas y no deja de hacerlo hasta las 3.300. La transmisión es rápida y efectiva, mientras que la suspensión filtra a la perfección las irregularidades del terreno.
Para escapadas
Ahora bien, dado su apellido, no podíamos dejar pasar la oportunidad de meterle en el que, a priori, debería ser su terreno. Para ello, pulsamos el selector de modos Audi Drive Select y lo colocamos en el modo offroad. A los pocos metros notamos cómo la dirección y la amortiguación (nuestra unidad montada la suspensión adaptativa) se vuelven más blandas, la transmisión estira más las primeras marchas. Del mismo modo los controles de estabilidad y tracción varían su funcionamiento. El primero se vuelve más permisivo mientras que el segundo comienza a repartir la fuerza entre ambos ejes a la mínima pérdida de adherencia. Por último, podemos activar un control de descenso de pendientes, que nos será muy útil para afrontar bajadas evitando embalarnos.
Con todo, siempre que el terreno no sea muy desfavorable, véase un camino de tierra sin demasiados surcos, el A4 Allroad responderá a las mil maravillas. Resulta complicado descolocarle pues aunque el ESP esté más liberado, el control de tracción trabaja a destajo para ofrecernos siempre la máxima motricidad. Un hecho que logra gracias a la gran gestión del diferencial central de tipo Torsene que en condiciones normales ofrece un reparto de par del 60% en las ruedas posteriores y un 40% en las delanteras. En este sentido, decir que las variantes de gasolina poseen un sistema distinto e inédito, el quattro ultra. Consta de dos partes: una mecánica que añade un embrague trasero que se suma al multidisco convencional, y otra electrónica formada por una red de sensores y centralitas que analizan más de 100 datos por segundo.
Si el terreno se encrespa un poco, los 3,4 centímetros adicionales nos permitirán salir de más de un apuro, aunque si la dificultad es mayor, quizá el A4 Allroad sufra más de la cuenta. Sin embargo, ello no quita para que el modelo de Audi se mantenga como una clara alternativa a los SUV, sobre todo si queremos gozar de un coche atractivo y muy resolutivo. Eso sí, como buen modelo Premium si quieres gozar de la unidad que ilustra estas líneas, ve preparando la chequera porque iba cargada con nada menos que 21.250 € en extras… y eso que el precio de partida ya se sitúa en los 50.490 €, correspondientes al nivel de acabado Unlimited Edition en combinación con el comentado motor diésel de 190 CV.
Ficha Técnica Audi A4 Allroad quattro 2.0 TDI 190 CV Unlimited Edition S tronic
Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea
Cilindrada: 1.968 cm3
Potencia: 190 CV entre 3.800-4.200 rpm
Par: 400 Nm entre 1.750-3.000 rpm
Velocidad Máxima: 220 km/h
Aceleración: 0-100 km/h: 7,8 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 5,5 / 4,6 / 4,9 l/100 km
Emisiones CO2: 128 gr/km
Dimensiones: 4.750 / 1.842/ 1.493 milímetros
Maletero: 505-1.510 litros
Peso: 1.715 kg.
Cambio: Automática, doble embrague, siete velocidades
Depósito: 58 litros
Precio: 50.490 euros
Precio ud. probada: 71.740 euros
Audi A4 Allroad en AutoScout24. (target=undefined)