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Prueba: Audi A1 1.2 TFSI Attraction – El Audi más barato

Que Audi venda un coche pequeño y relativamente barato no es algo nuevo.

De hecho, en 1974, la firma alemana presentó el Audi 50: un urbano de 3,51 m de largo -desarrollado a partir de la plataforma del primer VW Polo-, del que se vendieron más de 180.000 unidades en Europa. Se trataba de un automóvil económico y de bajo consumo que no entraba dentro de los planes de la marca... pero que la firma alemana se vio 'obligada' a lanzar para dar respuesta a la crisis del petróleo... aunque pasó a la historia como el primer urbano 'premium'. En el año 2000, Audi decidió retornar al segmento de los coches pequeños y lo hizo con el A2; un peculiar urbano con forma de monovolumen que no llegó a triunfar en ventas. ¿Las razón? Este vehículo dispuso de tecnologías poco habituales de aquella época -estaba construido en aluminio, adaptaba el sistema Stop/Start-... y, como consecuencia, su precio era poco competitivo frente a sus rivales -partía de 18.450 euros-.

Ahora, cinco años después de la desaparición del A2, Audi vuelve a intentarlo con el A1; un urbano 'convencional' de tres puertas y 3,95 m de largo concebido con un objetivo muy claro: arrebatar el 'trono' de la categoría al Mini. Para comprobar de qué es capaz, de su gama inicial no nos hemos fijado ni en los populares motores diesel TDI ni en el 'deseable' 1.4 gasolina de 122 CV... sino en la versión más básica y barata de todas: la 1.2 de 86 CV. ¿A qué da derecho el modelo más básico de Audi? ¿Es una compra aconsejable?

Cinco segundos de observación y... no hay duda: es un Audi. Es moderno, no pasa desapercibido y cuenta con detalles interesantes, como la posibilidad de escoger un color diferente para los montantes laterales de la carrocería -450 €-... aunque, en conjunto, su apariencia no resulta llamativa: su imagen no tiene la 'historia' de un Fiat 500 o un Mini, ni resulta tan original como la de un Citroën DS3. De hecho, la marca no ha arriesgado mucho y podríamos decir que se ha limitado a diseñar 'la idea' que todos teníamos de lo que debía ser un Audi pequeño: algo así como un A3 'a escala reducida'. Da igual: lo más importante para el cliente será que, al fin de al cabo, conduce un Audi. En cuanto a su tamaño, con sus 3,95 m de largo mide casi 26 cm más que un Mini y lo mismo que el DS3... pero también es 10 cm más pequeño que urbanos populares como el Seat Ibiza o el Peugeot 207.

Lo mejor está en el interior

Lo más sorprendente del interior del Audi A1 es su calidad: a diferencia de lo habitual en el segmento de los urbanos, en el A1 abundan los plásticos blandos –salvo en la zona de la guantera y los paneles de las puertas- y los ajustes son tan sólidos como los de cualquier Audi. De hecho, en este apartado vence por goleada a todos sus rivales... y no encontraremos ningún modelo mejor dentro de la categoría. Sin embargo, a la hora de analizar el diseño sus oponentes le devuelven ´el golpe´: todos los mandos están bien ubicados, y su manejo es sencillo... pero su interior no es tan vistoso como el de un Mini, no se puede personalizar tan ´a medida´ como el de, por ejemplo, un Fiat 500... y, aunque sus plazas traseras son más amplias que las de ambos modelos, resultan más incómodas que las de un Alfa Mito o un Citroën DS3; sobre todo por la altura disponible al techo.

El salpicadero es más 'serio' y sencillo que el de sus rivales; a cambio, los mandos están bien distribuidos -sólo el de la luneta térmica y el del EPS quedan bajos-, el volante tiene el grosor perfecto, la instrumentación es atractiva...

Por calidad es el mejor urbano... y resulta tan bueno como un Audi A3. Se nota por el ruido que emite la puerta al cerrarse, por el tacto firme y preciso de las ruedecillas del aire acondicionado, porque no hay holguras entre las distintas partes del salpicadero, o porque, en marcha, no se escucha ningún ruidito de desajuste; excepcional. ¿Práctico? No está mal; la guantera principal es amplia y hay bastantes huecos -incluido uno entre los asientos traseros para depositar latas y pequeños objetos-. Por 125 €, hay un pack que añade un cajón bajo el asiento del pasajero, bolsas en los respaldos delanteros, ganchos en el maletero...

Al volante, la postura es muy buena: los reglajes del volante en altura y profundidad son muy amplios. ¿Lo malo? El cinturón no se ajusta en altura. Los asientos son cómodos, aunque sujetan poco a la altura de los hombros. Por 390 €, hay unos deportivos -los de la foto superior- más recomendables. La palanca de cambio está bien situada y la ubicación de los pedales es perfecta, así como la del cómodo reposapiés.

En cuanto al maletero, sus 270 litros son una cifra correcta -y mucho mejor que los 160 litrosdel Mini-... aunque para conseguirla, al igual que el modelo inglés, prescinde de la rueda de repuesto -equipa un kit reparapinchazos-. Por 125 €, puede llevar ganchos para colgar bolsas. En todas las versiones del A1 la batería va ubicada bajo el piso del maletero -algo que mejora el reparto de pesos- excepto en el 1.2 TFSI de esta prueba. ¿La razón? Es el único en el que hay espacio suficiente en el vano motor.

¿Dices en serio que es un 1.2?

Al principio de la prueba comentábamos que hemos elegido la versión de gasolina 1.2 TFSI por ser la más asequible... pero también hay otras razones. Para empezar, resulta 1.470 euros más barato que su equivalente en diesel -es decir el 1.6 TDI de 90 CV-. Además, el motor 1.2 TFSI turbo de inyección directa de gasolina y 86 CV, ofrece unas prestaciones muy similares -acelera de 0 a 100 en 11,7 segundos y alcanza 180 km/h por los 11,5 segundos y 180 km/h del 1.6 TDI de 90 CV- y sólo consume 0,9 l/100 km más de media, pero suena mucho mejor. Y, por último, para amortizar el diesel tendrías que recorrer 100.000 km en cinco años.

¿Y qué tal va este moderno propulso 1.2 gasolina, con turbo, cuatro cilindros y que ha sido estrenado hace apenas un par de meses en el Skoda Fabia? Pues... genial. Al ralentí, se muestra silencioso -además, lleva el sistema Stop/Start, que detiene el motor en los semáforos para ahorrar... y que cuando vuelve a arrancar el propulsor lo hace con mucha 'finura' comparado con sistemas similares, como el del Mini-, y en marcha ofrece una respuesta contundente desde poco más de 1.500 rpm gracias a la sobrealimentación. Esto último se traduce en una excelente capacidad para acelerar en marchas cortas o recuperar velocidad en las largas -algo interesante para adelantar con rapidez-.

En carretera registra unas prestaciones mejores de lo que se espera de un coche de esta potencia... una circunstancia que, en parte, se explica por el buen rendimiento que nos ha dado este motor en el banco de potencia -donde ha ofrecido más de 110 CV-. Dicho de otra forma, este A1 es capaz de mantener cruceros de 140-150 km/h sin dificultad, incluso cuesta arriba... pero también permite rodar tranquilamente a 100-120 km/h con un ruido mínimo y un consumo que ronda los 5,4 l/100 km. Respecto al cambio, el 1.2 TFSI sólo está disponible con una caja manual de cinco velocidades. Su funcionamiento es muy bueno: la palanca tiene un manejo suave, agradable -no tiene ese tacto durito y deportivo de la del Mini, pero cumple-.

El nuevo A1 está desarrollado sobre una plataforma muy conocida: la PQ25, que no es otra que la de los Seat Ibiza y VW Polo. Eso sí, el Audi recurre a unas vías más anchas y a una puesta a punto de la suspensión específica. Esta última resulta bastante firme... pero, aún así, absorbe muy bien las irregularidades o los badenes tan típicos de las ciudades. Además, en autopista, este A1 se emplaza como la referencia de su segmento por aplomo, seguridad y comodidad -de hecho, transmite 'sensaciones' muy similares a las que se tiene al conducir un compacto como el Audi A3-. Por último, en carreteras con curvas, la suspensión contiene muy bien el balanceo de la carrocería, mientras que la combinación de una dirección bastante directa -2,6 vueltas de volante-, un eje delantero que 'entra' con rapidez en las curvas y un peso muy ajustado le hacen muy ágil? De nuevo, no tiene la extrema deportividad de un Mini, pero el resultado global es excelente. En cuanto a los frenos, aunque no son de tamaño exagerado -con discos de 256 mm delante y 230 mm detrás-, resultan potentes y resistentes.

¿Preparado para lo siguiente?

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