Si hace unos días Hyundai nos deleitaba con la nueva generación del i10, hoy, la firma coreana nos sorprende, todavía más, con la que será su versión más cañera: el i10 N Line. Siguiendo la estela de sus hermanos mayores (como el i30 o el Tucson), el i10 contará con una versión un poquito más picante determinada tanto por su estética como por su mecánica.
Visualmente, el urbanita coreano mantiene ese aspecto tan atractivo, sumando elementos exclusivos que enfatizan su deportividad como los paragolpes o la parrilla rediseñados, llantas de aleación de 16 pulgadas con neumáticos de menor perfil, el emblema N Line, el símbolo i10 en color rojo, así como un spoiler y un difusor. Adicionalmente, los clientes podrán elegir entre un total de seis colores exteriores, que a su vez se pueden combinar con un techo bicolor.
En el habitáculo, los diseñadores han querido inspirarse en el mundo de la competición. Así, además de los pedales en aluminio o de los asientos deportivos con una mayor sujeción, en el apartado estético se completa con el emblema N en el volante y en la palanca de cambios, o con los detalles en rojo en las salidas de ventilación.
Más rendimiento
Mecánicamente, la llegada de la versión N Line a la gama i10 también supondrá el estreno del motor 1.0 T-GDi de 3 cilindros que genera una potencia de 100 CV y un par máximo de 172 Nm. Bloque que se combinará con la transmisión manual de cinco relaciones y que ofrecerá una mayor dinámica al conjunto.
Eso sí, la firma coreana no informa, aunque tampoco se le espera, que este i10 N Line ofrezca una puesta a punto del chasis específica.