El modelo más caro que la marca británica ha producido hasta ahora lleva el nombre de Boat Tail. Esta denominación, utilizada por última vez para una serie de Rolls-Royce carrozados en las décadas de los años 20 y 30, hace referencia a una distintiva parte trasera que imita el casco de un yate de clase J.
El Rolls Royce Boat Tail es un audaz e imponente gran turismo de dos puertas y cuatro plazas, con una longitud de 5,9 metros de largo y techo desmontable. La pena es que solo lo veremos en las carreteras con mucha suerte, ya que apenas se han fabricado tres ejemplares a mano, altamente personalizados según los deseos de sus compradores, que han participado en todo el proceso de diseño.
Y no es para menos porque cada uno de los tres clientes ha tenido que desembolsar la friolera de cerca de 23 millones de euros. Cierto es que el proyecto de cada Rolls Royce Boat Tail ha supuesto un desarrollo de cuatro años.
"Los clientes nos han dado todo el apoyo y el ánimo para proyectar el futuro de la marca, y puedo decir con orgullo que éste es nuestro coche; éste es el coche que queríamos que fuera", ha afirmado el jefe de diseño de Rolls-Royce Coachbuild, Alex Innes.
El Boat Tail tiene ecos del Sweptail, un coupé único presentado en 2017. Innes reveló que esto provocó un aumento del interés de los compradores en la construcción de carrocerías y sirvió como punto de partida para el proceso de diseño y desarrollo de cuatro años del Boat Tail.
En la parte mecánica no se han dado detalles, aunque todo apunta a que se usará el conocido motor V12 de 6.7 litros con un rango de potencia cercano a los 600 CV.