El Rimac Nevera se ha convertido en el coche eléctrico de producción más rápido del mundo al alcanzar una velocidad máxima de 412 km/h. Este no es el primer récord que bate el vehículo eléctrico croata, que ya logró la hazaña de recorrer el cuarto de milla en apenas 8,582 segundos, que le granjeó el honor de ser el coche de producción con la aceleración más rápida del planeta.
Según Rimac, para batir el récord se buscó específicamente un óvalo con rectas lo suficientemente largas como para alcanzar la velocidad máxima del Nevera y finalmente se decantó por la pista de Automotive Testing Papenburg en Alemania, con dos rectas de 4 km.
El más veloz y el que más rápido acelera
De hecho, las instalaciones en las que es posible alcanzar velocidades superiores a los 400 km/h son muy escasas, ya que es muy raro que un coche pueda lograr estas increíbles prestaciones.
Para la consecución de esta proeza, el Nevera se puso en su modo de velocidad máxima, creando un perfil aerodinámico que equilibra la resistencia y la carga aerodinámica para garantizar la estabilidad a alta velocidad. Equipado con neumáticos Michelin Cup 2R legales para la carretera y con la supervisión de un técnico de Michelin para comprobar su estado, se puso en marcha para batir el récord.
Al volante estaba Miro Zrnčević, piloto jefe de pruebas y desarrollo de Rimac, que contaba con el reto de conseguir la entrada perfecta en la recta desde las secciones curvas de la pista para dar al coche la mejor oportunidad posible de alcanzar el récord de velocidad.
Cuando el coche se niveló al salir de la curva, viajando a unos 250 km/h, Zrnčević dio rienda suelta a toda la potencia del tren motriz de cuatro motores desarrollado y el paquete de baterías, catapultando al Nevera por encima de los 400 km/h.
No fue hasta que Miro soltó el acelerador, haciendo que el Nevera volviera a velocidades más normales con seguridad, cuando llegó la noticia por radio: 412 km/h, nuevo récord de velocidad para un vehículo eléctrico.
“Viajar a 412 km/h supone viajar a un tercio de la velocidad del sonido”, ha apuntado Zrnčević. ”Lograr eso solo en un coche de carretera es increíblemente complejo, pero en el Nevera hemos creado un automóvil que puede recorrer largas distancias con una sola carga, puede afrontar circuitos de carreras estrechos y revirados y puede derrapar, así como batir récords de velocidad en línea recta, tanto de aceleración como de velocidad máxima”.
Hay que recordar que el récord de coche más rápido de combustión es el Bugatti Chiron Super Sport 300+, que en 2019 logró una velocidad punta de 490,484 km/h.
