Con motivo del Día Mundial del Coche eléctrico, ¿por qué no incluir el retrofit o la reconversión de un coche de combustión a eléctrico en el próximo Plan MOVES? Esta medida permitiría a los conductores electrificarse a precio de un vehículo usado de combustión, es decir, ‘democratizaría’ la electrificación, según AutoScout24.
Tomando como referencia Francia -donde estas transformaciones son cada vez más populares-, el precio del proceso de transformación del vehículo suele estar en torno a los 15.000 euros, aunque depende del modelo. Además, en el país vecino se otorgan ayudas de entre 2.000 y 3.500 euros, unos incentivos cuya tramitación conlleva un proceso ágil y rápido. Así, es posible que un conductor francés pueda tener un eléctrico por apenas unos 12.000 euros.
Para AutoScout24 una de las grandes barreras para la electrificación del parque está en la accesibilidad de las rentas medias y bajas a estos coches. De hecho, según el INE, cuatro de cada diez hogares que tienen un vehículo electrificado son de nivel de ingresos alto.
Por tanto, es necesario reconfigurar el MOVES para que las ayudas estén orientadas a rentas medias y bajas y eso pasa incorporar tanto la compra de un coche eléctrico usado como el mencionado el retrofit.
Esta reconversión, además, facilitaría que coches ya existentes con etiqueta B o C pasen a tener distintivo 0, clave en el momento actual por la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones en las ciudades de más de 50.000 habitantes y que deja a muchos conductores en un limbo automovilístico.
Eso sin olvidar que el retrofit es una fórmula que también sirve para dar una nueva vida a clásicos y leyendas del automóvil, como ya sucede en el mercado francés, donde auténticos mitos como el Citroën 2 CV o el Renault 4L (4 Latas) han renacido con energías renovadas.
El retrofit también tiene ventajas en términos medioambientales, según ADEME (Agencia de Transición Ecológica de Francia). En concreto, teniendo en cuenta el CO2 emitido durante la fabricación y el ciclo de vida de un coche nuevo eléctrico, el retrofit supone un 47% menos de CO2 en el caso de un vehículo pequeño/urbano.
Por su parte, para furgonetas y vehículos comerciales ligeros, el ahorro es de hasta el 65%, mientras que para vehículos pesados es algo menor (en torno al 37%).
Según Ignacio García Rojí, portavoz de AutoScout24, “no sólo es necesario incluir el retrofit en futuros planes de ayuda sino tomar el ejemplo de Francia y reducir las actuales trabas burocráticas y administrativas que suponen una barrera disuasoria para proceder a la transformación. Con un parque que se acerca peligrosamente a los 15 años de antigüedad, la administración no debe ceñir las ayudas a la compra de un eléctrico a los vehículos nuevos porque vamos a tardar una eternidad así en electrificarnos. Hay que ser realistas: en España el coche más vendido es un usado de combustión de más de 10 años. A ese público es al que deben dirigirse realmente todas las ayudas”.